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El conde polaco Jan Potocki, justamente celebrado por El manuscrito encontrado en Zaragoza, esa especie de serpentin fantastico que hace del tiempo y del espacio una verdadera fiesta para el lector, fue tambien un esforzado viajero por toda Europa, China y el norte de Africa. Fruto de uno de ellos es este Viaje al Imperio de Marruecos, de 1791. &quote;Soy el primer extranjero&quote;, dice Potocki &quote;que ha venido a este pas bajo la simple condicin de viajero&quote;. Sabe lo que dice, porque ha ledo todas las relaciones de todos los viajeros europeos que le han precedido. l busca en Marruecos, dice, y los buscar en casi todos sus muchos viajes, &quote;cambios de paisajes&quote; que son &quote;los verdaderos dominios del soador solitario&quote;. Su profundo respeto por el islam descarta que tenga la ms remota intencin de facilitar una labor misionera cristiana. Su visin de Marruecos est, en suma, absolutamente limpia de deformaciones colonialistas.