el gran libro
de los chistes

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

el gran libro
de los chistes

 

 

Seleccion y presentacion
pluton ediciones

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

© Plutón Ediciones X, S.L., 2012.

 

Primera Edición Digital: Enero 2017

 

Edita: Plutón Ediciones X, S.L.

C / Llobateras, nº 20, Talleres 6, Nave 21

08210 Barberà del Vallés

Barcelona - España

 

E-mail: contacto@plutonediciones.com

Website: www.plutonediciones.com

 

Diseño de cubierta y maquetación: Saul Rojas Blonval

 

Queda rigurosamente prohibida, sin la autorización escrita de los titulares del «Copyright», bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo públicos.

 

I.S.B.N: 978-84-946373-7-7

 

 

Chiste: Una historia interminable...

 

En una expedición en pleno desierto del Sahara, aguardábamos al mecánico porque nuestro 4x4 nos había dejado parados en una duna. La radio apenas si funcionaba... Presos de nerviosismo, nos aburríamos sobremanera. De pronto, un compañero comenzó a reírse a mandíbula batiente...

–¿Qué te pasa? –preguntamos–. ¡No está la situación para risas!

–Es que para matar el rato... (¡cómo no te mate alguien a ti! –dijimos) me estoy contando chistes yo mismo en silencio.

Se ha vuelto loco –pensamos–. Al poco rato, sus risas se transformaron en las carcajadas más escandalosas…

–¿Y ahora qué te pasa?

–¡Es que me he contado uno que no sabía!

–¿Sabéis de dónde viene la palabra chiste? –pregunté.

Nadie pudo contestarme, ni el que se lo estaba pasando tan pipa.

Continué: Deriva del verbo chistar y es una onomatopeya (chis, chis, chis…) que quiere decir: hablar en voz baja. Se trata de una frase, historieta improvisada, relatada o dibujada, que contiene algún doble sentido, alusión burlesca o disparatada que provoca risa. El primero que escribió una obra sobre chistes fue Quevedo en el siglo XVII: La visita de los chistes.

–¡No nos vengas con rollos! –exclamaron mis compañeros.

–¡Dejadme terminar!… Sin haber variado de estructura sustancial, el chiste cristaliza en el siglo XIX en las formas modernas actuales. En la actualidad existen muchas variedades según su contenido, las principales: político o de crítica social, verde o de sal gruesa que combina los temas sexuales y escatológicos, de humor negro o con un desenlace macabro, profesionales, raciales, peyorativos de algo, etc.

Los medios de difusión han contribuido a la difusión del chiste (valga la redundancia), pero los más auténticos son los de transmisión oral que circulan de boca en boca. Mientras riamos sin malicia ni herir a nadie y nos lo pasemos bien contando y escuchando chistes, no hacemos ningún daño…

Alguien concluyó: ¿Por qué en lugar de tanto medio de destrucción, las Naciones Unidas no se inventan unas guerras de chistes?

–El 4x4 no tiene nada –nos dijo el mecánico–, sólo que…¡Se os ha acabado la gasolina! Ya traigo yo de repuesto…más el viaje son, 500 dólares…

¿? ¡Eso sí que fue un chiste!…

 

 

Chistes de
borrachos

 

 

Un hombre entra en un bar y pide dos vasos de vodka. Bebe uno y se echa el otro en el bolsillo de la chaqueta. Después, pide otros dos vasos, y repite la misma acción. Al fin, el barman no logra controlar su sorpresa y dice:

–No me importa seguirle sirviendo, pero siento mucho que esté despreciando constantemente un vaso. Dígame, ¿por qué lo hace?

A este punto el hombre protesta:

–Pago por lo que pido, y puedo hacer lo que quiero. ¡Deje en paz con sus observaciones o le doy un puñetazo!

Mientras pronuncia esta amenaza, un ratoncito blanco se asoma por el bolsillo de la chaqueta de su amo y exclama:

–¡Lo del puñetazo vale también para su maldito gato, barman!

 

 

Un hombre muy mujeriego y muy borracho, se muere y se va al infierno. Allí Satanás lo mete en una habitación llena de porrones y mujeres desnudas, con una cama en medio.

El hombre alucinado al ver este sorprendente espectáculo exclama:

–¡Caramba, vaya con el infierno, pero si esto es lo mío!

Con el paso de los años, se muere un amigo de éste, de iguales características. Al verle, encuentra muy deprimido al primero de ellos. El recién llegado se acerca y le dice:

–Pero, ¿qué te pasa? Pepe, ¿si esto es lo nuestro?

–Calla, desgraciado, eso es lo que pensaba yo; pero, ¿no te has dado cuenta de que ni las mujeres ni los porrones tienen agujero?

 

 

El hombre entra en un bar. La chaqueta está cerrada en el fondo de las mangas, así que no se le ven las manos. Pide un vaso de vino, y lo bebe tomando el vaso con los dientes. La cosa se repite varias veces. Un cliente le pregunta:

–¿Es un accidente?

–¡No! ¡Una chaqueta comprada en unos saldos!

 

 

Un borracho, atizándose unos lingotazos, es interrumpido por un señor que le dice:

–Oiga, buen hombre, ¿no sabe usted que el alcohol mata cada año a un millón de americanos?

–Es igual, yo soy español.

 

 

Estaban dos amigos borrachos y uno le dice al otro:

–¡Oye! ¿Cómo se matan los elefantes azules?

Y el otro le dice:

–Fácil, agarras un rifle para matar elefantes azules.

–¡Aha! ¿Y cómo se matan los elefantes rojos?

–Fácil, lo estrangulas hasta que se ponga azul, y lo matas con un rifle para matar elefantes azules,

–¡Aha! ¿Y cómo se matan los elefantes verdes?

–Fácil, le cuentas un chiste hasta que se ponga rojo de la risa, lo estrangulas hasta que se ponga azul, y lo matas con un rifle para matar elefantes azules.

–¡Aha! ¿Y oye, cómo se matan los elefantes amarillos?

–¿Desde cuándo hay elefantes amarillos?

 

 

Un hombre llega completamente borracho a su casa y es ayudado por un amigo a quien invita a entrar.

–¿Has visto? Este es el... co... comedor... esa... es... la... co... cocina... y es... éste... es el dor... dormitorio...

Entra y encuentra a su mujer con otro en la cama:

–Te presento... hip,... a mí... hip... señora... y el hombre... hip... ¿Debo ser yo ...? Hip... ¿o no ...?

 

 

–Yo me curo el resfriado con unos buenos vasos de whisky...

–¿Y eso te lo cura?

–Mira, no lo sé. Pero es el remedio más agradable que conozco y, además, si no mata los microbios, los hace que se diviertan bastante.

 

 

Érase una vez, un borracho que abordó un autobús en el que viajaba mucha gente, y parándose en el pasillo del autobús, procedió a decir:

–Los de la derecha son unos tarados, los de la izquierda son unos idiotas, los de atrás son unos imbéciles y los de enfrente son unos estúpidos. Cuando escuchó eso el conductor, frenó sorpresivamente, y toda la gente cayó al suelo, incluyendo al borracho, y muy enojado el chofer tomó al borracho por el cuello y le preguntó:

–¡Ahora sí!, dime, ¿Quiénes son unos tarados, unos idiotas, unos imbéciles y unos estúpidos?

Y el borracho contestó:

–Ya ni sé, ¡están todos revueltos!

 

 

Un médico receta una píldora y un sorbo de whisky cada tres horas a su paciente. Al cabo de varios días, la esposa vuelve a la consulta del médico:

–Doctor, el tratamiento lleva un curso irregular. Mi marido se ha atrasado en una docena de píldoras; pero en el whisky lleva como seis meses de adelanto...

 

 

Un tipo entra a un bar y pide un trago con dos gotitas de limón... el cantinero se lo da y se queda pensativo por lo extraño de su petición... el tipo se avienta el trago y sale corriendo y se tira por la ventana... todos los que estaban en el bar salen corriendo a ver el cadáver aplastado y para su sorpresa encuentran que no hay nada en el suelo, el tipo regresa ileso y repite la operación: Trago, corre, salta por la ventana... y regresa... en eso un borrachito feliz le tira: oye tú... te estoy viendo de hace rato... ¿cómo no te mueres? Y nuestro amigo le responde: mira, el secreto es pedir cualquier trago con dos gotitas de limón... sales corriendo, te tiras por la ventana... ¡ y volarás! El borracho acomete la acción… se tira por la ventana felizmente... la gente se asoma... y ven el cadáver destrozado del borracho... Las tripas en el suelo... Todo vuelto leña... el cantinero no tiene más que mirar a nuestro amigo y decirle: Oye, Superman, eres un maldito cuando estás borracho.

 

 

–Con las aguas contaminadas hay que tener mucho cuidado. ¿Qué hace usted?

–Primero las hiervo muy bien...

–¿Y después?

–¿Después? Después bebo cerveza...

 

 

Juan durante toda su vida ha bebido mucho y muy a gusto. Hasta que un mal día el médico le aconseja que se someta al examen de un especialista de hígado. Y éste último receta a Juan que beba sólo leche. Algunas semanas después, el especialista pregunta a Juan qué tal le va.

–Un poco mejor, doctor –contesta el ex borracho, sosteniendo un vaso de leche en las manos. ¡Pero ahora entiendo porque los lactantes están siempre llorando!

 

 

Cuatro viejos compañeros de escuela se encuentran cada año en un restaurante. Ya un poco bebidos discuten qué zona de la mujer es la más hermosa.

–¡La piel ...!

–¡No! ¡Las piernas.. Y

–¡Yo diría que las tetas!

–¡Basta! ¡Basta! –dice el cuarto, el más moralista. ¡Tengo miedo de que si seguís así uno de vosotros acabe por decir la verdad...!

 

 

Dos amigos se dirigen a sus casas completamente borrachos.

–Juan, te tengo que confesar algo: desde hace algunos años soy el amante de tu señora. ¿Me perdonas, amigo?

–Eso demuestra lo mentirosas que son las mujeres –contesta Juan,

–¿Cómo...? No te entiendo...

–Sí... ¡hip, hip! Mi querida señora siempre me ha querido despertar los celos diciendo que tiene un galán bien parecido y elegante... ¡Hip, hip! ¿Y no me irás a decir que tú eres guapo y elegante...? ¡Hip, hip!

 

 

Entra un hombre borracho a un bar, se sienta en una mesa y empieza a gritar fuerte:

–¡Camarera, hip, cabbbmmmarera, hip!

–Señor, por favor compórtese. ¿Qué desea?

Entonces el hombre saca unos pollitos de los bolsillos, los pone sobre la mesa y dice:

–Tráigame una botella de whisky para mí y para mis sobrinos.

La mujer queda muy asombrada, pero le trae la bebida. Al rato vuelve a llamar el hombre:

–¡Camarera, una botella de tequila para mí y para mis sobrinos!

Al rato nuevamente:

–¡Camarera, un champagne para mí y para mis sobrinos!

Entonces la mujer se acerca y le dice:

–Escúcheme, usted ha bebido de más pero no me va a decir que cree que esos pollitos son sus sobrinos.

–Por supuesto que sí, los encontré en la calle y me decían: “Tío, tío, tío, tío”.

 

 

El más conocido borracho del barrio se dirige tambaleante hacia su casa. Es un sábado por la noche. Se da de bruces con el cura párroco, que le pregunta qué es eso tan voluminoso que lleva en el bolsillo del abrigo.

–Es agua bendita –contesta piadosamente el culpable.

El cura le extrae la botella, la olfatea y anuncia severamente que contiene coñac.

–¡Sea para la gloria de Dios! –grita entonces el borracho. ¡¡Acaba de producirse un milagro!!

 

 

Un borracho saca las cerillas para encender un cigarrillo, pero no enciende. Saca una tras otra y las tira. Finalmente, una de ellas enciende; lo apaga y dice:

–¡Hip... hip... Lo guardo... hip... está... hip... es de las buenas...!

Bob, el dueño del bar «Cocodrilo», quiere cerrar, pero cuatro clientes se han dormido, totalmente borrachos, sobre las mesas. Bob llama a un taxi, le da doce euros al taxista y le dice:

–A éste le lleva a la calle Ratos, a este otro a la calle Tota, a este tercero al final de la misma calle, y luego va a la esquina y descarga al cuarto.

Mientras habla los va metiendo en el vehículo. Al cabo de cinco minutos, vuelve el taxista pidiendo:

–¡Por favor, póngamelos otra vez en orden... He pasado por un bache y se me han cambiado de sitio!

 

 

El médico revisa un alcohólico:

–Oiga, su salud es muy precaria, ¡deberá beber mucho más agua que vino!

–¡Imposible, doctor! Ya estoy bebiendo tres litros de vino...

 

 

Era una vez dos borrachos que se acuestan a dormir en una litera, y el borracho que está en la parte de arriba de la litera antes de dormirse comienza a rezar:

Con Dios me acuesto, con Dios me levanto, la Virgen María, y el Espíritu Santo. En eso se cae la litera y el borracho que está en la parte de abajo dice:

–¿Viste? ¡Eso pasa por estar durmiendo con tanta gente!

El borracho pregunta a un paseante dónde puede encontrar una casa de citas. Apunta la dirección; pero se equivoca y entra en un apartamento, donde una señora está lavando. El borracho la echa en el suelo, y empieza a hacer el amor. El marido, que se encuentra en la habitación de al lado, escucha el barullo y va corriendo a la cocina, coge al borracho por la camisa y lo saca por la puerta de mala manera. El pobrecillo borracho lo mira desde la acera, caído en el suelo, y le dice:

—¡Amigo, le aseguro que tiene usted mucho que aprender sobre la forma de dirigir una casa de esas!

 

 

Un señor llega borracho a su casa a las 4 de la mañana, y como no tenía llave se dirigió al patio de su casa, de repente ve que el perro de su casa tiene un lorito muerto en la boca, y el tipo dice:

–¡Dios mío!, si es el lorito de la señora de al lado.

Al señor le dio pena y puso al lorito en la jaula de la vecina y se acuesta a dormir. Al otro día se despierta y ve que su esposa está llorando y le pregunta:

–¿Amor, por qué estas llorando?

Y le dice su esposa:

–Es que se murió la vecina de al lado.

Y dice el esposo:

–Cómo va a ser, si ayer la vi bien y en perfectas condiciones.

Y le dice la esposa:

–Es que le dio un infarto esta mañana. Porque ayer había enterrado al lorito que se le murió y se le apareció en la jaula esta mañana.

Este era un hombre que cada vez que se emborrachaba se convertía en un “busca pleito”. Esa noche entra a la barra y dice:

–¡Todos los que están al lado izquierdo de la barra, son unos estúpidos, y los que están al lado derecho son unos imbéciles!

Sale un hombre del lado izquierdo y le dice enfurecido:

–¡Un momentito, que yo no soy ningún estúpido!

El borracho le contesta:

–¡Pues muévete a la derecha, imbécil!

 

 

Estaban dos borrachitos en un bar cuando ya estaba por cerrar.

–Oye cumpa, ¿por qué no vamos a mi casa para seguir chupando?

–No, mejor vamos a la mía que está aquí cerquita.

–No cumpa, la mía está más cerquita.

–A ver, vamos, a ver cuál está más cerca.

Y se van, llegando a la esquina se detienen y uno le dice al otro:

–Ya llegamos cumpa, esta es mi casa.

Y el otro le dice:

–No puede ser cumpa, esta es mi casa.

–No te creo, es la mía.

–A ver, tocaremos la puerta así sabremos de quién es.

Tocan la puerta, sale la dueña, y les dice;

–¡Qué bonito, qué bonito, padre e hijo borrachos!