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Salim Ismail, Michael S. Malone y Yuri Van Geest

prólogo de Francisco Palao y Peter Diamandis

 

 

 

organizaciones exponenciales

 

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Titulo original: Exponential Organizations

 

©Del texto: Salim Ismail, Michael S. Malone y Yuri van Geest

©De la traducción: María del Mar Castellano Sonera
(www.mariacastellano.com)

©Prólogos: Francisco Palao; Peter Diamandis

 

ISBN papel: 978-84-686-8631-8

ISBN digital: 978-84-686-8638-7

Depósito legal: M-24642-2016

 

Impreso en España

 

Editado por Bubok Publishing S.L.

 

Reservados todos los derechos. No se permite la reproducción total o parcial de esta obra, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio (electrónico, mecánico, fotocopia, grabación u otros) sin autorización previa y por escrito de los titulares del copyright. La infracción de dichos derechos puede constituir un delito contra la propiedad intelectual.

 

 

 

 

PRÓLOGO
Francisco Palao

 

 

 

 

El libro que tienes en tus manos puede transformar tu organización, sea del tipo que sea. Y te aseguro que tu organización necesita transformarse antes de lo que piensas.

Durante los últimos cinco años he tenido la suerte de trabajar junto a Salim Ismail, el principal autor de este libro. Y puedo decir que si hay algo con lo que Salim está comprometido es con la transformación del mundo en un lugar mejor. Estoy seguro de que este es el motivo principal por el que Salim decidió unirse al equipo inicial de Singularity University como Director Ejecutivo y Embajador Global. Para los que no conozcáis todavía esta institución, solamente os diré que Singularity University es una entidad situada en las instalaciones de NASA Ames (Silicon Valley), que fue fundada por empresas de referencia como Google o Autodesk y cuya misión es formar a los líderes del futuro para resolver los grandes retos de la humanidad, utilizando para ello tecnologías exponenciales.

Recuerdo el día que Salim me contó que estaba pensando escribir este libro. Estábamos en el aula principal de Singularity University (tuve la suerte de poder participar en el programa de verano de 2011 y más adelante impartir sesiones sobre innovación disruptiva). Salim me comentó que estaba observando una disrupción radical de la mayor parte de las industrias en las que trabajaban los alumnos y que todas estas personas eran plenamente conscientes, al terminar sus programas en Singularity University, de que las organizaciones que dirigían debían de ser transformadas. Sin embargo, estas personas no sabían qué hacer al regresar a sus organizaciones originales para conseguirlo. Salim tenía claro que podía ayudar a estas organizaciones a transformarse y evitar así ser disrumpidas por los cambios que estaban sucediendo en sus respectivas industrias. Por supuesto, mi reacción no pudo ser más positiva. No solo pensaba que su visión era totalmente acertada sino que era el momento perfecto para comenzar a trabajar en este libro y ayudar a directivos, innovadores y emprendedores, como todos vosotros, a enfrentar los cambios radicales que están ocurriendo hoy en día en todas las industrias.

La verdad es que si dijese que vivimos en tiempos de cambio, no estaría diciendo nada nuevo. El cambio es una constante universal que siempre ha estado ahí. No obstante, lo que sí podemos afirmar es que la velocidad con la que el cambio sucede es cada vez mayor.

En el siglo xvii (por remontarnos a una época lo suficientemente lejana y tomar un poco de perspectiva), una generación social determinada vivía de un modo muy similar a como habían vivido las generaciones anteriores. Pocos progresos tecnológicos y/o sociales se percibían con el paso de los años, excepto en momentos muy puntuales en los que se producía una fuerte transformación, como ocurrió en la segunda mitad del siglo XVIII con la primera revolución industrial en el Reino Unido, extendiéndose durante las siguientes décadas al resto de Europa y América. Durante esta época el mundo vivió la mayor transformación económica, tecnológica y social de la historia de la humanidad desde el Neolítico. Y esto hizo que las organizaciones, de todo tipo, que no se adaptaron a los nuevos tiempos desapareciesen para siempre, dejando paso a la nueva generación de organizaciones que estaban específicamente diseñadas para la nueva etapa.

Tras la primera revolución industrial a mediados del siglo xviii, la segunda sucede en la segunda mitad del siglo xix y la tercera tiene lugar en el siglo xx. Ahora mismo estamos a comienzos del siglo xxi y ya se empieza a hablar sobre la cuarta revolución industrial. Una de las primeras personas en identificarla fue Klaus Schwab, Presidente del World Economic Forum, quien la describe en su libro titulado The Fourth Industrial Revolution.

Uno de los elementos principales de esta nueva revolución industrial es la transformación digital, que ya ha impactado en un gran número de industrias. A día de hoy existen más de cinco mil millones de dispositivos conectados a Internet. Para 2030 se estima que el número de dispositivos conectados a la Red sea superior al trillón. A menudo pensamos que la transformación digital es un proceso que ha ocurrido, cuando la realidad es que no ha hecho más que empezar. Sin embargo, la cuarta revolución industrial va mucho más allá que el proceso de transformación digital que estamos empezando a vivir. Estamos en una época apasionante en la que estamos viendo cómo muchas otras tecnologías exponenciales están confluyendo al mismo tiempo. Algunas de estas tecnologías son Inteligencia Artificial, Vehículos Autónomos, Impresoras 3D, Drones, Realidad Virtual, Interfaces Cerebro-Computadora e Ingeniería Genética; por mencionar solamente unas pocas.

Lo más relevante es que todas estas tecnologías evolucionan de un modo exponencial, lo cual quiere decir que cada año multiplican su potencia respecto al año anterior, es por ello por lo que a menudo son denominadas «tecnologías exponenciales». Esto hace que hoy en día todos nosotros tengamos dispositivos móviles en nuestros bolsillos que sean miles de veces más potentes que el ordenador del Apolo 11 que llevó al hombre a la Luna en 1969. Esto sucede de este modo porque la tecnología de hoy es utilizada para crear la tecnología del mañana, lo cual crea este fenómeno exponencial que describe con total precisión la ley de Moore para tecnologías de computación. Y este efecto no solo sucede en Tecnologías de la Información y la Computación (TIC), sino que ocurre en cualquier otro ámbito tecnológico que esté afectado por las TIC (hoy en día la gran mayoría, si no todos). Por ejemplo, en las impresoras 3D, el fenómeno exponencial está permitiendo que cada día tengamos más materiales disponibles para este tipo de dispositivos y que la velocidad, así como el tamaño, de impresión se duplique cada 12-18 meses. Dentro de poco no solo seremos capaces de comprar cualquier artículo desde Internet, sino de imprimir muchos de ellos desde nuestra propia casa. Y esto es solo un ejemplo de la combinación de dos tecnologías digitales con impresión en 3D, pero recuerda que existen muchos otros tipos de tecnologías exponenciales.

Ahora te pido que te pares a pensar por un momento en las implicaciones de todo esto…

Estás en lo cierto, no solamente da vértigo pensarlo sino que además las implicaciones son imposibles de predecir. Durante la última década hemos vivido una profunda transformación de las organizaciones y de sus modelos de negocio que nadie podía imaginar, debido a la transformación digital que hemos experimentado hasta el momento. Durante los próximos años vamos a enfrentarnos a disrupciones radicales en todas las industrias, no solo provocadas por el gran porcentaje de transformación digital que todavía queda por llegar, sino también por la llegada de muchas otras tecnologías exponenciales que van a converger entre sí.

En cualquier caso, el reto real no es predecir las implicaciones de estas tecnologías sino crear los nuevos tipos de organizaciones y modelos de negocio que aprovechen las posibilidades tecnológicas que tenemos hoy en día. De este modo, no solo conseguiremos sobrevivir a los cambios actuales del entorno, sino que obtendremos resultados muy superiores. El libro Organizaciones Exponenciales: por qué existen nuevas organizaciones diez veces más escalables y rentables que la tuya (y qué puedes hacer al respecto) te ayudará a transformar tu organización actual (sea cual sea su tamaño) o a crear una nueva organización (con la posibilidad de ser global) totalmente adaptada al entorno de esta nueva revolución industrial en la que nos encontramos actualmente.

De hecho, cada mes se duplica el número de Organizaciones Exponenciales que salen al mercado. Algunos ejemplos de este tipo de organizaciones son Airbnb (que tan solo en sus cuatro primeros años gestionó diez millones de reservas y contaba con más de dos millones de habitaciones ofertadas en la plataforma) o Uber (fundada en 2009, y que ha tenido un crecimiento exponencial desde el comienzo y que alcanzó una valoración de 50.000 millones de dólares en 2015). A pesar de ello, incluso estas organizaciones de última generación tienen hoy en día el riesgo de ser disrumpidas y por ello están en transformación constante. Un buen ejemplo vuelve a ser Uber, que ha anunciado recientemente que en unos meses iniciará sus primeras pruebas con coches totalmente autónomos basados en Inteligencia Artificial.

Dicho todo esto, creo que el prólogo de este magnífico libro no solo debe dejar claro por qué todas las organizaciones actuales tienen la necesidad de transformarse cuanto antes o por qué están surgiendo nuevos modelos de organizaciones mucho más globales y escalables que las anteriores, sino que también deberíamos introducir cuáles son los dos ingredientes clave para hacerlo con éxito.

El primer ingrediente son las tecnologías exponenciales, que están al alcance de todos sin necesidad de grandes inversiones y que nos permiten desarrollar nuevos modelos de negocio globales y disruptivos. Esto lo aprendí mientras estudiaba Ingeniería Informática en la Universidad de Granada (dónde más tarde me doctoraría en Inteligencia Artificial). En el año 2000, junto a otros dos compañeros de universidad y mientras cursaba segundo curso de carrera, lanzamos nuestra primera startup en Internet, que consistía en un portal de citas online y fue adquirida dos años más tarde. La desarrollamos sin apenas recursos económicos y sin experiencia previa en plataformas digitales, ya que tan solo teníamos 20 años y por aquel entonces Internet estaba en sus comienzos, pero conseguimos mucho más de lo que nunca habríamos imaginado. Al año de lanzar el proyecto empezamos a recibir mensajes de agradecimiento y fotografías de parejas de distintas partes del mundo que se habían conocido a través de la plataforma y que se habían terminado casando. ¿Cómo…? ¿Que gracias a algo que había hecho desde mi habitación en casa de mis padres había gente en la otra punta del mundo (donde yo nunca había estado) que se había conocido y terminado casando? ¿Y además sin apenas inversión ni experiencia previa desarrollando este tipo de plataformas? Automáticamente comprendí algo muy importante: que la tecnología que hoy en día todos tenemos en nuestras manos nos permite desarrollar proyectos que pueden impactar en el mundo entero sin la necesidad de contar con grandes recursos. Y lo más importante, que cualquiera puede hacerlo, ya sea un individuo, una pequeña empresa o una gran organización.

Algo que también he aprendido a lo largo de estos años es que no es lo mismo inventar que innovar. Mientras que inventar es crear algo nuevo, ya sea una nueva tecnología o incluso un nuevo servicio o producto basado en nuevas tecnologías, innovar es crear algo nuevo que realmente es útil para los usuarios o clientes finales y que, por lo tanto, están dispuestos a utilizar de manera continuada e incluso a pagar por ello. En otras palabras, innovar es inventar más comercializar de modo exitoso. Para conseguir esto, lo más importante no es utilizar la mejor y más avanzada tecnología sino conocer lo mejor posible a los usuarios y sus necesidades para ofrecerles el producto o servicio que realmente necesitan utilizando nuevos modelos de negocio que nos posicionan de un modo privilegiado en la industria e incluso que nos permiten disrumpirla. Y esto no se consigue simplemente utilizando tecnologías exponenciales sin más, sino que la clave es seguir un proceso o metodología de innovación que nos permita desarrollar el producto o servicio que realmente necesitan nuestros clientes, así como el tipo de organización y modelo de negocio adecuado para la época actual.

Esto me lleva al segundo ingrediente que necesitamos para transformar organizaciones tradicionales o para crear la nueva generación de Organizaciones Exponenciales. Se trata de las metodologías y modelos de innovación disruptiva, que son mucho más importantes que utilizar la tecnología más avanzada del mercado. Durante los últimos años, el principal modelo de innovación utilizado tanto por emprendedores como por corporaciones ha sido Lean Startup, cuyo término fue acuñado por Eric Ries (autor del libro Lean Startup) y cuyo precursor fue realmente Steve Blank (quien fue mentor de Eric Ries y autor del libro Four Steps to the Ephiphany, donde se plantean los cimientos del modelo Lean Startup también conocidos como Customer Development). Precisamente una de mis últimas startups, LeanMonitor (adquirida en 2014 por Gust), consistía en una plataforma web para ayudar a startups y a grandes compañías a implementar el modelo Lean Startup. Y es que desde que descubrí la importancia de las metodologías de innovación (y que la tecnología en sí no es tan importante), he dedicado gran parte de mi tiempo y energía a este tipo de proyectos.

Sin embargo, hoy en día no basta con aplicar los principios de Lean Startup (que siguen siendo muy útiles para encontrar nuevas propuestas de valor para nuestros clientes). Como todo nuevo modelo, llega un día que se queda corto y la hora de Lean Startup ha llegado. Del mismo modo que sabemos cómo desarrollar tecnologías que evolucionen de un modo exponencial, hoy necesitamos un modelo que nos permita desarrollar organizaciones que también escalen de un modo exponencial y disrumpan industrias enteras. Y es precisamente aquí donde entra en juego el modelo Exponential Organizations (ExO), que incorpora gran parte de los principios de Lean Startup (como el de experimentación) pero que añade a la ecuación el componente principal de la cuarta revolución industrial: las tecnologías exponenciales. Cerrando así el ciclo de la innovación disruptiva y permitiendo a cualquier emprendedor, innovador, pequeña o gran empresa desarrollar nuevas organizaciones adaptadas al contexto actual, así como transformar las organizaciones existentes que siguen modelos más tradicionales.

En definitiva, estamos en un momento en el que solo hay dos opciones: transformarse para ser el disruptor o ser disrumpido por otros. Todo está sucediendo debido a la llegada de las tecnologías exponenciales a todas las industrias, pero la clave para ser el disruptor no es utilizar la mejor tecnología sino aplicar el modelo de innovación adecuado, que hoy en día es Exponential Organizations, ya que incorpora la base de los modelos de innovación anteriores y la integra con el uso de las tecnologías exponenciales. Y recuerda, si un joven de 20 años sin recursos económicos puede hacerlo desde cualquier parte del mundo, tú también puedes. Es una cuestión de actitud, todo empieza leyendo este libro, entendiendo el modelo ExO y llevándolo a la práctica.

La verdad es que estoy muy contento de haber participado en la edición y revisión de la versión del libro en español (que ha sido traducido de un modo impecable por María del Mar Castellano). Espero que leer y poner en práctica Organizaciones Exponenciales no solamente te ayude a transformar tu organización sino también tu perspectiva personal del mundo y la forma en la que vives.

Enhorabuena, porque hoy empieza el primer día de tu proceso de transformación y tengo que decirte que estoy deseando ver los resultados.

 

Francisco Palao Reinés, PhD

COO, ExO Works

Granada, 1 de junio de 2016

 

 

 

PRÓLOGO
Peter Diamandis

 

 

 

 

 

Bienvenidos a la era del cambio exponencial, el periodo más emocionante para estar vivos.

En las páginas siguientes, Salim Ismail, mi compañero, amigo y uno de los principales pensadores y expertos en el futuro de las organizaciones, nos ofrece una visión preliminar sobre el aspecto de este nuevo mundo y de cómo modificará la forma en que trabajamos y vivimos. Salim ha investigado y entrevistado a numerosos CEO y emprendedores cuyas compañías están aprovechando un nuevo conjunto de externalidades disponibles, gracias a las cuales están consiguiendo escalar sus organizaciones a un ritmo muy superior al de las empresas tradicionales. Lo que es más importante, ha reflexionado en profundidad sobre el tema y ha analizado qué necesitan hacer las organizaciones tradicionales para adaptarse. Por este motivo, no se me ocurre una guía más perfecta para aquellos CEO y ejecutivos interesados en prosperar durante este tiempo de cambio disruptivo.

No tengas ninguna duda, Organizaciones Exponenciales: por qué existen nuevas organizaciones diez veces más escalables y rentables que la tuya (y qué puedes hacer al respecto) es tanto un mapa del camino a seguir como una guía de supervivencia para el CEO, el emprendedor y, por encima de todo, el ejecutivo del futuro. Te felicito por los éxitos que te han traído hasta este punto de tu carrera profesional, pero permíteme advertirte de que esos conocimientos ya están desfasados. Los conceptos recogidos en este libro y las conversaciones que se derivan de ellos son la nueva lingua franca para cualquiera que desee continuar siendo competitivo y mantenerse en el juego. En el mundo corporativo de hoy en día, hay una nueva raza de entes organizativos —las Organizaciones Exponenciales— que circulan por la Tierra y, si no las comprendes, te preparas para hacerles frente y, en última instancia, te conviertes en una, sufrirás una disrupción.

El concepto de Organizaciones Exponenciales (ExO) surgió por primera vez en Singularity University (SU), la cual cofundé en 2008 con el destacado futurista, autor y emprendedor convertido en director de IA para Google, Ray Kurzweil. El objetivo era crear un nuevo tipo de universidad, una cuyo currículo fuese constantemente actualizado. Por ese motivo, SU nunca recibió ninguna acreditación —no porque no nos importase, sino porque su currículo cambiaba demasiado rápido—. El objetivo de SU sería centrarse solo en el crecimiento exponencial (o tecnologías aceleradoras) que evolucionase al ritmo de la ley de Moore. Áreas como computación cuántica, sensores, redes, inteligencia artificial, robótica, fabricación digital, biología sintética, medicina digital y nanomateriales. Por el diseño del programa y por nuestro deseo personal, nuestros estudiantes serían los emprendedores más destacados del mundo, además de ejecutivos de compañías de la lista Fortune 500. Nuestra misión: ayudar a las personas a impactar positivamente en las vidas de mil millones de personas.

La idea de SU surgió en una Conferencia Fundadora que tuvo lugar en el Centro de Investigación NASA Ames Research Center en Silicon Valley en septiembre de 2008. Lo que recuerdo con mayor claridad de aquel evento fue el discurso improvisado que ofreció el cofundador de Google, Larry Page, hacia el final del primer día. Ante cien invitados, Page nos sorprendió con un apasionado discurso sobre cómo esta nueva universidad debía focalizarse en afrontar los mayores problemas del mundo: «Ahora utilizo una métrica muy simple: ¿estás trabajando en algo que puede cambiar el mundo? ¿Sí o no? La respuesta del 99,99999 por ciento de las personas es “no”. Pienso que necesitamos entrenar a las personas para que cambien el mundo. Obviamente, las tecnologías son la manera de hacerlo. Eso es lo que hemos visto en el pasado; eso es lo que dirige el cambio».

Uno de los individuos de la audiencia que escuchaban a Page fue Salim, que había dirigido Brickhouse, la incubadora intraempresarial de Yahoo. Él, también, recogió ese mensaje y, en cuestión de semanas, se unió a SU como parte del equipo fundador en calidad de Director Ejecutivo. Salim, que había dirigido varias startups anteriormente, supo navegar a través de las crisis habituales que surgen en la fase inicial de una empresa y que desempeñaron un papel fundamental para convertir a SU en el éxito que es actualmente. Sin embargo, la tarea más importante que realizó Salim fue recoger las diversas ideas y estudios de caso enseñados en SU y fundirlos para dar forma a una visión de un nuevo tipo de compañía, una que opera con un rendimiento diez veces superior al de hace una década.

Fue un placer para mí ayudar a proporcionar un marco para los atributos, conceptos y prácticas que las Organizaciones Exponenciales exhiben y unirme a Salim, Yuri van Geest y Mike Malone en la creación de este libro. Juntos hemos tenido la gran fortuna de poder estudiar y comprender cómo las tecnologías aceleradoras están cambiando el curso de las naciones, las industrias y toda la humanidad y desarrollar el «manual de instrucciones» de Salim para el Ejecutivo Exponencial. Algo del trabajo descrito en los capítulos siguientes surgió de mi propio libro: Abundancia: el futuro es mejor de lo que piensas, coescrito con Steven Kotler, como unas indicaciones del lugar en el que todos podríamos acabar. No obstante, la mayor parte se aplica a las compañías de hoy en día y versa sobre qué necesitan hacer para navegar hasta allí.

Los coautores de Salim también merecen reconocimiento aparte. En primer lugar encontramos a Yuri van Geest, graduado de Singularity University y uno de los principales expertos mundiales en telefonía móvil, además de ávido estudiante de tecnologías y tendencias exponenciales. Yuri tiene formación en diseño organizativo y ha estado involucrado desde el comienzo en este proyecto. El segundo es el veterano periodista en tecnología punta Mike Malone. Mike no solo es un reportero de tecnología a nivel mundial, sino también el creador de dos modelos organizativos influyentes que preceden a este libro: la Corporación Virtual (con Bill Davidow) y la Organización Proteica.

La visión de Salim de las Organizaciones Exponenciales es muy potente. Grandiosas fuerzas están surgiendo en el mundo —tecnologías exponenciales, el innovador DIY (Do It Yourself), crowdfunding, crowdsourcing y los mil millones emergentes— que nos proporcionarán la capacidad para resolver muchos de los retos más grandes del mundo y el potencial para cubrir las necesidades de cada hombre, mujer y niño a lo largo de las próximas dos o tres décadas. Estas mismas fuerzas están ahora impulsando a equipos más y más pequeños para conseguir lo que anteriormente solo era posible a través de gobiernos y de las grandes corporaciones.

Tres mil millones de nuevas mentes se unirán a la economía global a lo largo de la próxima media docena de años. La relevancia de este hecho tiene dos facetas. En primer lugar, esos tres mil millones de personas representan una nueva población de consumidores que no han comprado nada nunca antes. En consecuencia, representan unas cuantas decenas de billones de dólares de poder adquisitivo emergente. Si no son tus clientes directos, no tengas miedo; son probablemente los clientes de tus clientes. Segundo, este grupo —«los mil millones emergentes»— es una nueva clase empresarial impulsada por la última generación de tecnologías ofrecidas por Internet —todo, desde Google e Inteligencia Artificial a impresión en 3D y biología sintética—. Como tal, experimentaremos una explosión en la tasa de innovación, conforme millones de nuevos innovadores comiencen a experimentar y a subir sus productos y servicios y a lanzar nuevas empresas. Si piensas que el ritmo de innovación ha sido rápido en los últimos años, permíteme ser de los primeros en decírtelo: no has visto nada todavía.

Hoy en día, el único constante es el cambio, y el ritmo de cambio está aumentando. Tus competidores ya no son las grandes corporaciones multinacionales de ultramar, sino el chico o la chica en el garaje de Silicon Valley o Bandra (Bombay) que utiliza las últimas herramientas online para diseñar e imprimir desde la nube su última innovación.

Sin embargo, la pregunta continúa siendo la misma: ¿cómo puedes aprovechar todo este potencial creativo? ¿Cómo puedes construir una empresa que sea rápida, eficiente e innovadora, como la gente que es parte de la misma? ¿Cómo competirás en este nuevo mundo acelerado? ¿Cómo te organizarás para escalar?

La respuesta son las Organizaciones Exponenciales.

No tendrás mucha elección porque, en muchas (y pronto, en la mayoría) de las industrias, la aceleración ya está sucediendo. En los últimos tiempos, he comenzado a enseñar lo que yo denomino las 6 D: Digital, Distorsionado, Disruptivo, Desmaterializar, Desmonetizar y Democratizar.

Cualquier tecnología que se convierta en Digital (nuestra primera D), se adentra en un periodo de crecimiento Distorsionado. Durante el periodo inicial de las tecnologías exponenciales, la duplicación de números pequeños (0,01; 0,02; 0,04; 0,08) básicamente parece cero. Pero una vez que alcanza el codo de la curva, solo estás a diez duplicaciones de 1.000x, veinte duplicaciones te llevan a 1.000.000x, y treinta duplicaciones te llevan a un incremento de 1.000.000.000x.

Un aumento tan veloz describe la tercera D, Disruptivo. Y, como verás en las páginas de este libro, una vez que la tecnología se convierte en disruptiva, se Desmaterializa, lo que significa que ya no tienes que cargar más con un GPS, una cámara de video o una linterna. Todo se desmaterializa en aplicaciones para tu smartphone. Una vez que esto sucede, el producto o servicio se Desmonetiza. Por tanto, Uber ha desmonetizado los taxis y Craiglist ha desmonetizado los anuncios clasificados (arruinando a unos cuantos periódicos en el proceso).

La fase final de todo esto es la Democratización. Hace treinta años, si querías llegar a mil millones de personas necesitabas ser Coca-Cola o General Electric, con empleados en cien países. Hoy en día, puedes ser un chico en un garaje subiendo una aplicación a unas cuantas plataformas conocidas. Tu capacidad de llegar a la humanidad se ha democratizado.

Lo que Salim y su equipo han observado desde primera línea —algo que llegarás a comprender cuando leas este libro— es que ninguna empresa mercantil, gubernamental o sin ánimo de lucro, tal y como están configuradas actualmente, podrá mantener el ritmo que se establecerá con estas 6 D. Esta transformación exigirá un enfoque radicalmente nuevo, una nueva visión de organización que sea tecnológicamente inteligente, adaptativa y comprehensiva (en cuanto a los empleados y, también, respecto de los miles de millones de personas en las vastas redes sociales). Características compartidas con el nuevo mundo en el que operarán y al que, en última instancia, transformarán.

Esta nueva visión de organizaciones son las Organizaciones Exponenciales.

 

Peter H. Diamandis

Fundador y Presidente, Fundación X Prize

Santa Mónica (California)

25 de agosto de 2014

 

 

 

INTRODUCCIÓN

 

 

 

 

 

 

EL MOMENTO IRIDIUM

A finales de los ochenta, en lo que mayoritariamente se consideró un movimiento «con visión de futuro» para conquistar la naciente industria de telefonía móvil, Motorola Inc. lanzó una compañía llamada Iridium. Motorola supo percatarse —antes que los demás— de que mientras que las soluciones de telefonía móvil de alto coste eran relativamente fáciles de implementar en zonas urbanas gracias a su alta densidad de población, no existía una solución comparable en regiones fuera de los grandes núcleos de población, y mucho menos en el campo. Tras realizar algunos cálculos, Motorola se convenció de que el coste de las torres de telefonía móvil —alrededor de 100.000 $ cada una, sin incluir los límites de utilización de espectro y el nada desdeñable coste de producir dispositivos móviles del tamaño de un ladrillo— era demasiado alto para cubrir la vasta mayoría del paisaje.

Sin embargo, poco después, surgió por sí misma una solución más radical pero también más lucrativa: una constelación de setenta y siete satélites (el iridio es el elemento químico de número 77 de la tabla periódica) que cubriría el globo terráqueo en una órbita terrestre baja y proporcionaría telefonía móvil por un precio determinado en cualquier lugar del mundo. Así, Motorola concluyó, si solo un millón de personas en distintos países desarrollados pagasen 3.000 $ por un teléfono con conexión por satélite, más 5 $/minuto de uso, esta red de satélites rápidamente produciría beneficios.

Por supuesto, ahora sabemos que Iridium fue un espectacular fracaso, que en última instancia costó a sus inversores cinco mil millones de dólares. De hecho, el sistema de satélites estaba abocado al fracaso desde antes de comenzar, siendo una de las víctimas más dramáticas de la innovación tecnológica.

Son varios los motivos que causaron el fracaso de Iridium. Ya desde el momento en que la compañía estaba lanzando sus satélites, el coste de instalar antenas de telefonía móvil estaba disminuyendo, la velocidad de red aumentaba en órdenes de magnitud y los dispositivos móviles iban reduciendo tanto su tamaño como su precio. Para ser justos, en Iridium no fueron los únicos en cometer este tipo de error de juicio. Sus competidores, Odyssey y Globalstar, cometieron el mismo error fundamental. De hecho, en total, más de diez mil millones de dólares de inversores fueron desperdiciados bajo la errónea suposición de que el proceso de cambio tecnológico era demasiado lento para mantener el ritmo de demanda del mercado.

Un motivo para esta debacle, de acuerdo con Dan Colussy, quien se encargó de la adquisición de Iridium en el año 2000, fue el rechazo de la compañía a actualizar sus creencias relativas al negocio. «El plan de negocio de Iridium se fijó y bloqueó doce años antes de que el sistema fuera operativo», como él mismo recuerda. Eso es mucho tiempo, tanto que hacía prácticamente imposible predecir cuál sería el estado del arte de las comunicaciones digitales en el momento en que el último satélite se colocase en órbita. Así pues, a esto lo llamamos un Momento Iridium: utilizar herramientas lineales y guiarse por las tendencias del pasado para predecir un futuro que cada vez acelera más rápido.

Otro Momento Iridium fue el archidocumentado caso de Eastman Kodak, que se declaró en bancarrota en el 2012 después de haber inventado, y después de haber rechazado, la cámara digital. Aproximadamente al mismo tiempo que Kodak cerraba, Facebook compró la startup Instagram, con tres años de negocio y solo trece empleados, por mil millones de dólares. (Irónicamente, esto sucedía mientras Kodak todavía era la propietaria de las patentes de fotografía digital.)

Los tropiezos de Iridium y el cambio de era en la industria de Kodak a Instagram no fueron acontecimientos aislados. La competencia de muchas compañías del listado Fortune 500 de EE. UU. ya no procede de China ni de India. Como Peter Diamandis indicó, la competencia de hoy en día proviene, cada vez más, de cualquier par de chicos en un garaje desarrollando una startup que se sirve del crecimiento de las tecnologías exponenciales. YouTube pasó de ser una startup fundada por las tarjetas de crédito personales de Chad Hurley a ser adquirida por Google por 1,4 mil millones de dólares, todo ello en menos de dieciocho meses. Groupon creció de ser una idea a valer seis mil millones de dólares en menos de dos años. Uber está valorada en casi 17 mil millones de dólares, diez veces más de lo que valía hace solo dos años. A lo que estamos asistiendo es al nacimiento de una nueva clase de organizaciones que escalan y generan valor a un ritmo nunca antes visto en el mundo de los negocios. Este gráfico muestra el metabolismo acelerado de la economía.

 

Capitalización del mercado hasta mil millones

 

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Bienvenido al nuevo mundo de las Organizaciones Exponenciales o ExO. Este es un lugar en el que, al igual en que con Kodak, ni la edad, ni el tamaño, ni la reputación, ni siquiera las ventas actuales, garantizan que mañana sigas por aquí. Por otro lado, también es un lugar en el que, si consigues construir una organización que sea suficientemente escalable, ágil e inteligente, podrás encontrar el éxito —el éxito exponencial— hasta niveles que nunca antes habían sido posibles. Todo ello, con un mínimo de recursos y de tiempo.

Nos adentramos en la era de las startups de los mil millones de dólares y, pronto, en la de las corporaciones del billón de dólares, en la que las mejores compañías e instituciones evolucionarán a una velocidad similar a la de la luz. Si no te has reconvertido en una Organización Exponencial, además de parecerte que te quedas fuera de la competición sentirás, al igual que Kodak, que te deslizas hacia el olvido a vertiginosa velocidad.

En 2011, la Escuela de Negocios Babson College predijo que, en diez años, el 40 % de las empresas actuales del Fortune 500 habrán desaparecido. Richard Foster, de la Universidad de Yale, estima que la vida media de una empresa de S&P 500 ha descendido de 65 años en los años veinte del siglo pasado a los 15 años de hoy en día. Es más, considera que esa esperanza de vida va a acortarse aún más en los próximos años, ya que esas gigantescas corporaciones no solo se ven forzadas a competir, sino que se ven aniquiladas —de un día para otro— por una nueva generación de empresas que aprovechan el poder de las tecnologías exponenciales, desde software colaborativo y minería de datos a biología sintética y robótica; y, como el éxito de Google presagia, los fundadores de estas nuevas compañías se convertirán en líderes de la economía mundial en un futuro inmediato.

 

 

DOBLEMOS LAS APUESTAS

A lo largo de la historia de la que disponemos registros, la productividad de una comunidad dependía de los recursos humanos con los que contase: los hombres y las mujeres cazaban, recolectaban y construían, y los niños ayudaban en estas tareas. Si duplicaban el número de manos que recogían las cosechas o que llevaban carne a casa, la comunidad duplicaba su producción.

Con el paso del tiempo, los humanos aprendieron a domesticar animales de carga, como el caballo y el buey, y su producción se incrementó aún más, pero la ecuación seguía siendo lineal. Duplicas las bestias, duplicas la producción.

Cuando surgió la economía de mercado y se inició la revolución industrial, la producción dio un gran salto. Un solo individuo podía operar maquinaria que hacía el trabajo de diez caballos o de cien obreros. La velocidad del transporte y, por tanto, de la distribución, se duplicó y, por primera vez en la historia, se triplicó.

El incremento de la producción trajo prosperidad para muchos y, en última instancia, un salto cualitativo en el nivel de vida. Desde finales del siglo xviii y continuando hasta el presente —y, en gran parte, como resultado de la intersección de la revolución industrial y de la investigación científica moderna y de laboratorio— la humanidad ha duplicado su esperanza de vida y ha triplicado su renta neta per cápita ajustada a la inflación en cada nación del planeta.

A lo largo de esta fase más reciente de productividad humana, el factor limitador del crecimiento ha pasado de ser el número de cuerpos (humanos o animales) a ser el número de máquinas y los gastos de capital se han multiplicado. Duplicar el número de fábricas significaba duplicar la producción. Las empresas han crecido aún más y ahora se extienden por todo el planeta. Con el tamaño, ha aumentado el alcance global, el potencial para dominar el sector y, en última instancia, un éxito duradero e inmensamente lucrativo.

Aunque este crecimiento lleva tiempo y, típicamente, requiere una enorme inversión de capital. Nada de esto sale barato, y la complejidad de los esfuerzos de reclutamiento de personal a gran escala y las dificultades para diseñar, construir y hacer llegar nuevo equipamiento implican que los plazos de implementación todavía ocupan casi una década. En más de una ocasión, los CEO y comités de dirección se encuentran (como ocurrió con Iridium) «apostándose» la compañía en una nueva dirección que requiere una inmensa inversión de capital de varios cientos de millones o miles de millones de dólares. Las compañías farmacéuticas, aeroespaciales, energéticas y de automoción se suelen encontrar realizando inversiones cuyo retorno puede no conocerse durante muchos años.

Aunque se trata de un sistema que funciona, dista de ser un sistema óptimo. Demasiado dinero y talento atrapados en proyectos de una década de duración, cuyo probabilidad de éxito no puede valorarse hasta casi el momento en que fracasan. Todo esto significa un enorme desperdicio, también en términos de potencial perdido para dedicarse a otras ideas y oportunidades que puedan beneficiar a la humanidad.

Esta no es una situación sostenible ni aceptable, especialmente cuando los retos a los que se enfrenta la humanidad en el siglo xxi van a requerir toda la imaginación e innovación que podamos reunir.

Tiene que haber una manera mejor de organizarnos. Hemos aprendido a escalar la tecnología; ahora es el momento de aprender a escalar organizaciones. Esta nueva era requiere diferentes soluciones para construir nuevos negocios, mejorar las tasas de éxito y solucionar los retos que nos encontraremos más adelante.

La solución es la Organización Exponencial.

 

 

ORGANIZACIONES EXPONENCIALES

Comencemos con una definición:

 

Una Organización Exponencial (ExO) es una cuyo impacto (o resultado) es desproporcionadamente grande —al menos diez veces superior— al compararla con sus iguales, gracias al uso de nuevas técnicas organizativas que se sirven de las tecnologías aceleradoras.

 

En lugar de utilizar regimientos de individuos o grandes plantas físicas, las Organizaciones Exponenciales se construyen sobre tecnologías de la información que toman lo que una vez fue físico en naturaleza y lo desmaterializan en el mundo digital a demanda.

En cualquier sitio al que mires verás esta transformación digital en funcionamiento: en 2012, el 93 % de las transacciones de EE. UU. fueron digitales; compañías de equipamiento físico como Nikon ven cómo sus cámaras están siendo rápidamente suplantadas por cámaras de teléfonos móviles inteligentes; los mapas y atlas fueron reemplazados por sistemas de GPS magallánicos que, a su vez, han sido sustituidos por sensores de teléfonos inteligentes; y las bibliotecas de libros y música se han convertido en aplicaciones de teléfono y libros electrónicos. Del mismo modo, las tiendas minoristas de China están siendo reemplazadas por el surgimiento del gran gigante tecnológico del comercio electrónico Alibaba, las universidades se ven amenazadas por los MOOC (cursos de educación online de alcance masivo) como edX y Coursera, y el Tesla S es más un ordenador con ruedas que un coche.

Los sesenta años de historia de la ley de Moore —que consiste, básicamente, en que el precio/rendimiento de un ordenador se duplica aproximadamente cada dieciocho meses— están bien documentados y todo ha cambiado mucho desde 1971, cuando la placa original de circuito tenía solo doscientos chips. Hoy en día tenemos teraflops de la computación que operan en el mismo espacio físico.

Este ritmo constante, extraordinario y aparentemente imposible, llevó al futurista Ray Kurzweil, quien se ha dedicado al estudio de este fenómeno durante treinta años, a realizar las siguientes cuatro observaciones:

 

• En primer lugar, el patrón de duplicación identificado por Gordon Moore en circuitos integrados se aplica a cualquier tecnología de la información. Kurzweil lo llama la ley de Rendimientos Acelerados (LOAR, en sus siglas en inglés) y muestra que los patrones de duplicación se remontan a antes de 1900, mucho más de lo que Moore originalmente propuso.

• Segundo, el combustible que alimenta este fenómeno es la información. Una vez que cualquier ámbito, disciplina, tecnología o industria tiene acceso a la información y se alimenta del flujo de información, su precio/rendimiento comienza a duplicarse más o menos anualmente.

• Tercero, una vez que los patrones de duplicación comienzan, no se interrumpen. Utilizamos los ordenadores actuales para diseñar ordenadores más rápidos, que a su vez construyen ordenadores a su vez más veloces, etc.

• Por último, varias tecnologías clave de hoy en día tienen acceso a la información y están siguiendo la misma trayectoria. Esas tecnologías incluyen inteligencia artificial (IA), robótica, biotecnología y bioinformática, medicina, neurociencia, ciencia de datos, impresión en 3D, nanotecnología e incluso algunos aspectos de la energía.

 

Nunca en la historia de la humanidad hemos visto tantas tecnologías evolucionando a este ritmo. Ahora que estamos permitiendo acceso a la información a todo lo que tenemos alrededor de nosotros, los efectos de la ley de Kurzweil de Rendimientos Acelerados van a ser profundos.

Es más, al mismo ritmo que esas tecnologías interseccionan (por ejemplo, utilizando algoritmos de IA de aprendizaje profundo para analizar ensayos clínicos sobre el cáncer), el ritmo de innovación acelera cada vez más. Cada intersección añade todavía otro multiplicador a la ecuación.

Arquímedes dijo una vez: «Dadme una palanca lo suficientemente larga y moveré el mundo». Para exponerlo de una manera sencilla, la humanidad nunca ha tenido una palanca de este tamaño.

 

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Hace ya mucho tiempo que la ley de Rendimientos Acelerados de Kurzweil y la ley de Moore rompieron con las barreras de los semiconductores y han ejercido una profunda transformación en la sociedad a lo largo de los últimos cincuenta años. En este momento, las Organizaciones Exponenciales, el último ejemplo de la aceleración en la cultura humana y de empresa, están reformando los negocios y otros aspectos de la vida actual, a un ritmo vertiginoso que rápidamente va a dejar atrás el viejo mundo de las «organizaciones lineales». Las empresas que no se suban al barco, pronto pasarán a formar parte de las cenizas de la historia, al igual que Iridium, Kodak, Polaroid, Philco, Blockbuster, Nokia y un sinfín de otras grandes corporaciones que en su momento dominaron su campo, pero que fueron incapaces de adaptarse al vertiginoso cambio tecnológico.

En las páginas siguientes, explicaremos en líneas generales los atributos claves, tanto internos como externos, de una Organización Exponencial, que incluyen su diseño (o ausencia del mismo), líneas de comunicación, protocolo de toma de decisiones, infraestructura de información, gestión, filosofía y ciclo vital. Exploraremos cómo una ExO difiere en términos de estrategia, estructura, cultura, procesos, operaciones, sistemas, personal e indicadores clave de rendimiento. También hablaremos de la importancia crucial de que una compañía tenga lo que llamamos Propósito Transformador Masivo (un término que definiremos en profundidad). Del mismo modo, expondremos cómo lanzar una startup ExO, cómo adoptar prácticas ExO en empresas de mediana capitalización y la manera de reconvertirlas en grandes corporaciones.

Nuestro objetivo no es que este sea un libro lleno de teoría, sino ofrecer al lector una guía sobre la creación y mantenimiento de una Organización Exponencial. Ofreceremos una perspectiva prescriptiva y de «ponte manos a la obra» sobre la organización de empresas capaces de competir al acelerado ritmo de cambio de nuestros días.

Aunque muchas de las ideas que presentamos en este libro pueden parecer radicalmente nuevas, llevan a nuestro alrededor, sub rosa, más de una década. La primera vez que identificamos este paradigma ExO, mostrándose con timidez, fue en 2009. A lo largo de los dos años siguientes, nos percatamos de que varias organizaciones nuevas seguían un modelo específico. En 2011, el futurista Paul Saffo sugirió a Salim que escribiese este libro y, desde entonces, hemos estado investigando en serio sobre el modelo ExO a lo largo de los últimos tres años.

Para ello, hemos:

 

• Revisado sesenta libros de gestión clásica de la innovación, de autores tales como John Hagel, Clayton Christensen, Eric Ries, Gary Hamel, Jim Collins, W. Chan Kim, Reid Hoffman y Michael Cusumano.

• Entrevistado a altos ejecutivos de una docena de compañías de Fortune 200, sirviéndonos de nuestras encuestas y marcos.

• También hemos entrevistado e investigado sobre noventa de los mejores emprendedores y visionarios, tales como Marc Andreessen, Steve Forbes, Chris Anderson, Michael Milken, Paul Saffo, Philip Rosedale, Arianna Huffington, Tim O’Reilly y Steve Jurvetson.

• Hemos analizado las características de las startups de crecimiento más rápido y más exitoso del mundo, que incluyen aquellas que comprenden el Club Unicornio (nombre dado por Aileen Leen a la masa de startups de mil millones de dólares de capitalización de mercado), para desentrañar los puntos en común que estas compañías utilizaron para escalar.

• Por último, hemos revisado presentaciones y recopilado importantes reflexiones de los principales miembros de Singularity University sobre la aceleración que están experimentando en sus campos y sobre cómo esa aceleración podría influir en el diseño de las organizaciones.

 

No pretendemos poseer todas las respuestas pero, en base a nuestras propias experiencias, buenas y malas, creemos que podemos ofrecer a los equipos de gestión ciertas reflexiones críticas sobre esta era de innovación y competición hiperaceleradas, al igual que sobre las oportunidades (y responsabilidades) que este nuevo mundo nos presenta. Si no podemos garantizar el éxito, al menos podemos ponerte en el terreno de juego correcto y enseñarte sus nuevas reglas. Estas dos ventajas, además de tu propia iniciativa, ofrecen buenas opciones para ser un ganador en el nuevo mundo de las Organizaciones Exponenciales.

 

 

 

PARTE UNO
EXPLORANDO LAS ORGANIZACIONES EXPONENCIALES

 

En esta sección analizaremos las características, atributos e implicaciones de las Organizaciones Exponenciales