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Sumario

Créditos 4

Brevísima presentación 9

La vida 9

Apuntes al margen 9

Cartas 11

Carta I. Al prudentísimo señor, el rey Felipe II 11

Carta II. Al ilustrísimo señor don Teutonio de Braganza, arzobispo que fue de Ébora. En Salamanca 12

Carta III. Al mismo ilustrísimo prelado don Teutonio de Braganza, arzobispo de Ébora 13

Carta IV. Al ilustrísimo señor don Álvaro de Mendoza, obispo de Ávila, en Olmedo 18

Carta V. Al mismo ilustrísimo señor don Alvaro de Mendoza, obispo de Ávila. Es la que llaman del vejamen 20

Carta VI. Al muy ilustre señor don Sancho Dávila, que después fue obispo de Jaén 22

Carta VII. Al mismo ilustrísimo señor don Sancho Dávila 24

Carta VIII. Al ilustrísimo señor don Alonso Velázquez, obispo de Osma 24

Carta IX. A la Ilustrísima, y excelentísima señora doña María Henríquez, duquesa de Alba 29

Carta X. A la ilustrísima señora doña Luisa de la Cerda, señora de Malagón 31

Carta XI. Al ilustrísimo señor don Diego de Mendoza, del Consejo de Estado de su majestad 32

Carta XII. A la ilustrísima señora doña Ana Henríquez. En Toro 34

Carta XIII. Al reverendísimo padre, el maestro fray Juan Bautista Rubeo de Rávena, general que fue de la Orden de nuestra Señora del Carmen 35

Carta XIV. Al reverendo padre maestro fray Luis de Granada, de la Orden de santo Domingo 40

Carta XV. Al reverendo maestro fray Pedro Ibáñez, de la Orden de santo Domingo, confesor de la Santa 41

Carta XVI. Al reverendo padre maestro fray Domingo Ibáñez, de la Orden de santo Domingo, confesor de la santa 42

Carta XVII. Al muy reverendo padre prior de la Cartuja de las Cuevas de Sevilla 44

Carta XVIII. Al padre Rodrigo Álvarez, de la Compañía de Jesús, confesor de la Santa 46

Carta XIX. Al mismo padre Rodrigo Álvarez, de la Compañía de Jesús 52

Carta XX. Al muy reverendo padre provincial de la Compañía de Jesús de la provincia de Castilla 59

Carta XXI. Al padre Gonzalo de Ávila, de la Compañía de Jesús. Confesor de la Santa 61

Carta XXII. Al padre fray Jerónimo Gracián de la Madre de Dios 63

Carta XXIII. Al mismo padre fray Jerónimo Gracián de la Madre de Dios 66

Carta XXIV. Al mismo padre fray Jerónimo Gracián de la Madre de Dios 68

Carta XXV. Al mismo padre fray Jerónimo Gracián de la Madre de Dios 69

Carta XXVI. Al mismo padre fray Jerónimo Gracián de la Madre de Dios 71

Carta XXVII. Al padre fray Juan de Jesús Roca, Carmelita descalzo. En Pastrana 72

Carta XXVIII. Al padre fray Ambrosio Mariano de san Benito, Carmelita descalzo 74

Carta XXIX. Al señor Lorenzo de Cepeda y Ahumada, hermano de la Santa 79

Carta XXX. Al mismo señor Lorenzo de Cepeda, hermano de la santa 83

Carta XXXI. Al mismo señor Lorenzo de Cepeda, hermano de la Santa 88

Carta XXXII. Al mismo señor Lorenzo de Cepeda, hermano de la Santa 93

Carta XXXIII. Al mismo señor Lorenzo de Cepeda, hermano de la Santa 96

Carta XXXIV. Al mismo señor Lorenzo de Cepeda, hermano de la Santa 100

Carta XXXV. A don Diego de Guzmán y Cepeda, sobrino de la Santa 102

Carta XXXVI. Al licenciado Gaspar de Villanueva. En Malagón 102

Carta XXXVII. A Diego Ortiz, ciudadano de Toledo 103

Carta XXXVIII. A Alonso Ramírez, ciudadano de Toledo 104

Carta XXXIX. En que consuela la Santa a una persona afligida con la muerte de su mujer 106

Carta XL. A doña Isabel Jimena. En Segovia 107

Carta XLI. A unas señoras pretendientes del hábito de la reforma del Carmen 108

Carta XLII. A la madre Catalina de Cristo, priora de las Carmelitas descalzas de la santísima Trinidad de Soria 108

Carta XLIII. A la madre priora, y religiosas Carmelitas descalzas de la santísima Trinidad de Soria 110

Carta XLIV. A la hermana Leonor de la Misericordia, Carmelita descalza en el convento de la santísima Trinidad de Soria 111

Carta XLV. A la hermana Teresa de Jesús, sobrina de la santa, Carmelita descalza en san José Ávila 112

Carta XLVI. A la madre María la Bautista, Carmelita descalza, priora de la Concepción de Valladolid 113

Carta XLVII. A la misma madre María Bautista, priora de Valladolid, y sobrina de la Santa 114

Carta XLVIII. A la madre priora, y religiosas de la Concepción de Valladolid 117

Carta XLIX. A la madre priora de las Carmelitas descalzas de Malagón 120

Carta L. A la madre priora, y religiosas del convento de san José del Salvador de Veas 121

Carta LI. A las religiosas Carmelitas descalzas del convento de san José de Sevilla 122

Carta LII. A las mismas religiosas Carmelitas descalzas del convento de san José de Sevilla 124

Carta LIII. A la madre María de san José, priora de las Carmelitas descalzas del convento de san José de Sevilla 126

Carta LIV. A la misma madre María de san José, priora de Sevilla 127

Carta LV. A la misma madre María de san José, priora de Sevilla 129

Carta LVI. A la misma madre María de san José, priora de Sevilla 130

Carta LVII. A la misma madre María de san José, priora de Sevilla 132

Carta LVIII. A la misma madre María de san José, priora de Sevilla 134

Carta LIX. A la misma madre María de san José, priora de Sevilla 135

Carta LX. A la misma madre María de san José, priora de Sevilla 138

Carta LXI. A la misma madre María de san José, priora de Sevilla 139

Carta LXII. A la misma madre María de san José, priora de Sevilla 141

Carta LXIII. A la misma madre María de san José, priora de Sevilla 144

Carta LXIV. A la misma madre María de san José, priora de Sevilla 148

Carta LXV. A la madre priora, y religiosas del convento de san José de Granada 150

Libros a la carta 157

Brevísima presentación

La vida

Santa Teresa de Jesús (Gotarrendura, Ávila, 1515-Alba de Tormes, Salamanca, 1582). España.

Teresa Sánchez de Cepeda y Ahumada nació en una familia de judíos conversos, y desde pequeña fue instruida en la vida de los santos. Estas lecturas y los libros de caballería la indujeron a fugarse del hogar paterno con su hermano. Pretendían recorrer el mundo convirtiendo paganos.

Teresa fue internada durante un tiempo en el convento de las agustinas de Santa María de Gracia, pero tuvo que regresar a su casa de Ávila por su precaria salud. A los diecinueve años huyó otra vez para ingresar en el convento de Encarnación, donde se convirtió a la Orden de las carmelitas descalzas. Desde entonces se dedicó a la reforma de la orden, apoyada por san Juan de la Cruz.

Apuntes al margen

En 1562 Teresa de Jesús fundó el convento de San José de Ávila, el primero de las carmelitas y, a instancias de Francisco de Soto y Salazar, su confesor, comenzó a escribir el Libro de mi vida, influido por sus lecturas de libros de caballería y comparado por algunos con las Confesiones de san Agustín. Aquí expone sus preocupaciones humanas y religiosas, sus trabajos y experiencias anteriores. La jerarquía eclesiástica denunció el libro a la Inquisición y pretendió deportar a su autora a Hispanoamérica, pero fray Luis de León, san Juan de la Cruz y el teólogo fray Domingo Báñez lograron que el castigo se redujera y fuese confinada en Toledo.

Esta actividad frenética contrasta con los textos de esta antología, mucho más domésticos y, en ocasiones, extremadamente personales.