RAFAEL DE LOS RÍOS

CUANDO EL MUNDO GIRA ENAMORADO

Semblanza de Viktor Frankl

Decimosexta edición

EDICIONES RIALP, S. A.

MADRID

© 2002 by RAFAEL DE LOS RÍOS CAMACHO

© 2019 de la presente edición by EDICIONES RIALP, S. A.,

Colombia, 63, 8º A - 28016 Madrid

(www.rialp.com)

Primera edición: febrero 2002

Decimosexta edición: enero 2019

Fotografía de cubierta: © Anagramster-Fotolia.com

No está permitida la reproducción total o parcial de este libro, ni su tratamiento informático, ni la transmisión de ninguna forma o por cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopia, por registro u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito de los titulares del copyright. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita reproducir, fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.

Realización ePub: produccioneditorial.com

ISBN (versión impresa): 978-84-321-3388-6

ISBN (versión digital): 978-84-321-5280-1

ÍNDICE

PORTADA

PORTADA INTERIOR

CRÉDITOS

INTRODUCCIÓN

1. SEÑOR, LA CLASE HA TERMINADO

2. EL JUEGO DE UN DEDO

3. ¿SABÉIS A QUIÉN LLAMAMOS AQUÍ UN «MUSULMÁN»?

4. AQUELLOS OJOS CLAROS

5. «¡SI NOS VIERAN AHORA NUESTRAS ESPOSAS!»

6. ¡DEL FONDO DEL PEROL, SEÑORA!

7. SU MAJESTAD, EL KAPO

8. CUANDO SE AMA DE VERDAD

9. ESA MUERTE QUE EMPIEZA POR LOS ZAPATOS

10. CONFERENCIAS DE PSICOLOGÍA SOBRE AUSCHWITZ

11. ENTRAR EN LAS CÁMARAS DE GAS CON LA CABEZA ERGUIDA

12. UN PUENTE SOBRE EL DANUBIO

13. UN PSIQUIATRA EN UNA SESIÓN DE ESPIRITISMO

14. «ET LUX IN TENEBRIS LUCET, Y LA LUZ BRILLÓ EN LA OSCURIDAD»

15. UNA SESIÓN DE TERAPIA COLECTIVA

16. NOCHES DE TAQUIGRAFÍA EN EL KA-BE

17. A LA ESPERA DEL GENERAL PATTON

18. UNA PREGUNTA INFERNAL: «¿DEBO INTENTAR LA FUGA?»

19. PRIMER INTENTO DE FUGA

20. LA TENSIÓN DEL ÚLTIMO DÍA

21. EL MUNDO GIRA ENAMORADO

CRONOLOGÍA

AUTOR

INTRODUCCIÓN

Viktor Emil Frankl, psiquiatra judío de fama mundial, fue el creador de una psicología abierta a la trascendencia que hoy cuenta con numerosos seguidores en los cinco continentes. Su método de curación —que denominó logoterapia— ha ayudado a miles de personas a encontrar sentido a la vida. La atención a la dimensión espiritual del enfermo es la clave de los éxitos clínicos logrados por Frankl y sus colaboradores.

Doctor en Medicina a los 25 años, en 1936 Viktor Frankl se especializó en psiquiatría y neurología. Desde muy pronto mantuvo contacto con Sigmund Freud —fundador del psicoanálisis—, pero se apartó más tarde de esta «primera escuela de Viena». Siguió entonces la psicología individual de Adler —la «segunda escuela de Viena»—, que también acabó abandonando, para formar su propia escuela, calificada por muchos como la «tercera escuela de Viena».

Frankl sostiene que el hombre es un ser libre, cuya motivación primaria no es el instinto de placer (Freud), ni el afán de poder (Adler), sino la voluntad de encontrar un sentido a la vida. Porque un compromiso noble o un ideal sano son capaces de orientar toda la existencia; en cambio, mirarse a uno mismo neurotiza. Por eso Frankl solía decir a sus oyentes estadounidenses que la Estatua de la Libertad, en la costa oriental, necesitaba un complemento: una Estatua de la Responsabilidad en la costa oeste.

En su consulta, el doctor Frankl preguntaba a sus pacientes cuando acudían a él desesperados: «¿Por qué no se suicida usted?» De sus respuestas sacaba la clave sobre el tratamiento médico que debía aplicarse: a éste, lo que le ata a la vida son los hijos; al otro, un talento o habilidad por explotar; a un tercero, unos recuerdos que merece la pena rescatar del olvido. La logoterapia consiste en tejer esas tenues hebras de vidas rotas en una trama firme, coherente, significativa y responsable.

De los 32 libros que publicó, hay varios traducidos al castellano, como Psicoanálisis y existencialismo; La presencia ignorada de Dios; Psicoterapia al alcance de todos; La voluntad de sentido; Ante el vacío existencial; Logoterapia y análisis existencial y La idea psicológica del hombre. Cualquiera de ellos puede servir al lector interesado en su obra para familiarizarse con los principios básicos de la logoterapia.

Su libro más famoso es, sin duda, El hombre en busca de sentido, donde se relata la experiencia vivida por el autor en los campos de concentración nazis. Ha sido traducido a 24 lenguas y la sola edición norteamericana alcanzó los tres millones de ejemplares. Justamente, la biografía de Viktor Frankl que el lector tiene ahora en sus manos ha sido escrita utilizando el esquema narrativo de esa conocida obra, con la finalidad de divulgar la vida y las ideas del psiquiatra judío, algo que resulta hoy bastante oportuno.

No es, por tanto, una obra redactada para especialistas. Al contrario: va dirigida a un público muy amplio, que aún no conoce la rica y sorprendente personalidad de Viktor Frankl. Se comprenderá entonces que en el texto predominen las peripecias, la acción y los diálogos; que las descripciones se reduzcan casi a las estrictamente necesarias, y que las ideas abstractas sean sustituidas por hechos que las concreten. Se ha tratado de buscar la sencillez.

Incluso cabría añadir que se ha escrito más bien como si fuese un guión cinematográfico. Cada capítulo lleva un título que intenta ser atractivo y —también cada uno— concluye de manera interesante, a fin de mantener la atención del lector. Al final, en una Tabla cronológica, se resume lo más importante de la biografía de Viktor Frankl.

El relato es fiel a todos los hechos ocurridos en Auschwitz y Dachau —se trata de una auténtica semblanza—. La mayoría de los diálogos se recogen tal y como sucedieron realmente, y se aprovechan para divulgar las ideas psicológicas que Viktor Frankl publicó en sus libros. Sin duda, cuando el psiquiatra vienés es internado en los campos de concentración —donde cumple 40 años de edad—, sus teorías ya han madurado suficientemente.

En cada capítulo, hay notas a pie de página —las referencias indispensables— que sirven no sólo de apoyo documental, sino también para que el lector pueda acudir a las obras de Viktor Frankl, a fin de ampliar algún tema psicológico que le interese.

Se han utilizado como fuentes, además de las obras del propio Frank, una gran parte de los numerosos estudios, biográficos o teóricos, realizados hasta el presente sobre el fundador de la logoterapia.

1. SEÑOR, LA CLASE HA TERMINADO

Viena. Marzo de 1938. Las tropas de Hitler entran en Austria. Viktor Emil Frankl, psiquiatra, de 33 años de edad, está dando una clase aquella fatídica tarde. De repente, la puerta del aula se abre con estrépito e irrumpe la figura de un hombre vestido de uniforme nazi, con el afán de sabotear la explicación. Los alumnos se sorprenden, hasta que los ojos negros y experimentados de Viktor Frankl posan su mirada en el militar.

El soldado comprende que no son unos ojos cualquiera. Resultan amables, sí; pero también presentan un magnetismo y una capacidad de persuasión fuera de lo común. Ignora, por supuesto, que se trata de unos ojos de raza judía. Desconoce también que las pupilas de ese especialista en Psiquiatría, nacido en Viena el 26 de marzo de 1905, aprendieron a hipnotizar perfectamente cuando sólo tenían 15 años. En realidad, el hombre de uniforme nazi no acierta a comprender qué le está ocurriendo.

Simplemente, se mantiene en pie bajo el dintel de la puerta, envuelto en la mirada suave del profesor de pelo moreno y de flamante corbata. Incluso le parece que está oyendo las notas de un vals: el Danubio Azul, de Johann Strauss, himno no oficial de Austria. No sabe, claro está, que el doctor Frankl nació y vive en el número 6 de la calle Czernin, al otro lado del edificio donde Johann Strauss compuso el famoso vals.

Ha recibido la orden terminante de poner fin a la clase, pero algo superior a sus fuerzas se lo impide. Siente que los tacones de sus botas se han clavado en el suelo de madera. Y, sobre todo, le extraña ese deseo de prestar atención a las palabras del doctor Frankl:

—Como les estaba diciendo, he conocido personalmente a Sigmund Freud, creador del Psicoanálisis y fundador de la Primera Escuela Vienesa de Psicología —la voz de Viktor Frankl suena alta y persuasiva—. Según Freud, el motor de todos los actos del hombre es el «afán de placer». Pero yo no estoy de acuerdo.

Los ojos del profesor Frankl sonríen mientras siguen fijos en el hombre de Hitler.

—También he pertenecido a la Segunda Escuela Vienesa de Psicología —prosigue el doctor Frankl—. La abandoné hace diez años. Para ser exactos, me echaron porque me opuse a las ideas de su fundador: ya saben, Alfred Adler. Según su opinión, el motor de todos los actos del hombre es el «afán de poder». Y yo, naturalmente, tampoco estaba de acuerdo en eso del «afán de poder».

Casi sin darse cuenta, los alumnos giran sus cabezas hacia el soldado nazi. Viktor Frankl se permite el lujo de alzar aún más su voz:

—¿Cómo se puede estar de acuerdo con que el hombre se mueve sólo por el instinto de poder? ¡Qué barbaridad! Ni siquiera bajo el influjo de la hipnosis cabe pensar así.

Entonces sus palabras se tornan más íntimas y convincentes:

—El afán de placer y el afán de poder pueden, efectivamente, mover a algunas personas, especialmente cuando están enfermas o se han vuelto locas de remate.

Mira al reloj. Sí, ha llegado en verdad la hora de concluir la lección del día.

—Lo que realmente mueve a la persona es la búsqueda de sentido de la vida —afirma solemnemente el psiquiatra judío—. Porque el hombre se siente frustrado o vacío cuando no encuentra una tarea que realizar, o alguien a quien amar, incluso alguien por quien sufrir. Dentro de unos años, si Dios quiere, esta nueva vía —la logoterapia, es decir, la curación desde el espíritu (logos, en griego)— se habrá convertido en la Tercera Escuela Vienesa de Psicología. En cualquier caso, recuerden siempre que lo único que no se debe reprimir es la búsqueda del sentido de la vida. Y, llegado el momento, claro está, del sentido de la muerte.

Finalmente, Viktor Emil Frankl apunta las palmas de sus manos en dirección al soldado nazi y le dice:

—Señor, la clase ha terminado[1].

[1] Cfr. Viktor Frankl Recollections. An Autobiography. Ed. Plenum Press, New Work, 1997, p. 76. En adelante se citará este libro simple- mente como Autobiography. No está traducido al castellano.