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Para mis queridos hijos,
Miles Roosevelt y Frederick Heschel:

Son mi inspiración y la razón más grande
de todos los frutos de mi trabajo.
Gracias por enseñarme sobre este camino
de crecimiento y por motivarme a ser
una mejor mamá cada día.
¡Los amo más que al sushi!

INTRODUCCIÓN

En caso de que aún no lo sepas, no soy un varón. Jamás lo he sido y jamás lo seré. Soy una mujer que alguna vez fue niña. Y luego crecí... de niña a adolescente, y de adolescente a mujer adulta. Una mujer que hoy es, además, madre y neurocientífica.

Estudié Neurociencia porque amo todo lo relacionado con el cerebro y el sistema nervioso en nuestro cuerpo. Me especialicé en psiconeuroendocrinología, y estudié mucho sobre el comportamiento humano y sobre cómo los químicos de nuestro cuerpo cambian la manera en que interactuamos con las demás personas. Durante los siete años que cursé en la universidad, eso fue todo lo que viví y respiré.

Y ese proceso de aprendizaje se dio mientras tomaba la gran decisión de ser mamá; de hecho, mi primer hijo nació cuando yo aún estudiaba. Miles ahora tiene 12 años, y su hermano Frederick, de 9 años, nació apenas había finalizado mi doctorado. Admito que me suelen llamar “Dra. Mamá” cada vez que me vuelvo demasiado técnica para hablar sobre un raspón en la rodilla o para responder a comentarios como: “Pero, mamá, ¿por qué tengo que bañarme? ¡Lo hice hace tres días!”. Las voces de mis hijos, sus deseos y sus experiencias me acompañan constantemente como madre y como neurocientífica. Mi objetivo es poder transmitirte todo lo que hemos aprendido juntos.

Durante los primeros años de vida de Miles y Frederick me quedé en casa. Retomé la carrera de actuación –que había comenzado de pequeña– cuando mi hijo menor tenía dos años de edad. Desde entonces, he sido la doctora Amy Farrah Fowler en The Big Bang Theory. Amo mi trabajo y también, ser la mamá de mis dos hijos. Y amo especialmente ser una mamá que es, además, científica.

En el libro De niña a mujer hablé de mi viaje desde la “niña que no siempre encajaba” a “la mujer que no siempre encaja”, y una gran parte de eso se debe a que siempre elegí cosas que fueron catalogadas “para los varones”. Verás, soy una madre algo brusca, y eso a mis hijos y a mí nos queda muy bien. Soy el tipo de mujer a la que le gustan mucho los autos deportivos. Amo los deportes, todos los que se te puedan ocurrir; los miro por televisión, los practico, puedo hablar sobre ellos... Soy deportista de los pies a la cabeza, y la primera en sugerir un partido de lucha libre en el parque. Prefiero el museo de Ciencias Naturales y construir torres de LEGO a salir de compras o hacerme las uñas. Adoro los superhéroes y las películas de acción. La gente me catalogaba como “varonera”, pero ahora sé que esa es mi personalidad. ¡Nada más y nada menos!

Luego de haber escrito De niña a mujer, parecía casi una obviedad seguir con un libro como el que tienes ahora en tus manos. De niño a hombre trata sobre los caminos que los chicos deben recorrer para hallar su lugar en el mundo y convertirse en jóvenes seguros de sí mismos, jóvenes productivos, padres amorosos, maestros, doctores, amigos, compañeros de trabajo, personas que van a cambiar el mundo. Incluí también las voces de chicos que ya han crecido (hombres de distintas procedencias e historias, diferentes profesiones y estilos de vida). Verás sus contribuciones en cada capítulo, en los recuadros llamados: “Lo que él dijo...”. Quiero que este libro sea auténtico y accesible, divertido e informativo, diverso y lleno de sentido para ti.

Hablaremos sobre todas aquellas cosas importantes de ser un chico, como por ejemplo: ¿cómo se desarrolla tu cuerpo y cómo funciona? ¿Cómo crece desde un punto de vista nutricional, físico, emocional e incluso espiritual? ¿Qué cosas necesitan los chicos y jóvenes del siglo xxi para contribuir a una cultura que los malinterpreta la mayor parte del tiempo? Y, tal vez lo más importante, hablaremos de cómo convivir con tanta información confusa respecto de cómo deberían comportarse los varones (no seas tan rudo, no seas tan suave) y de cómo comprender entre todos la biología y la psicología en este proceso de crecimiento de manera que nos ayude a aceptar a absolutamente todos los niños y hombres que hay en el mundo, sin importar las diferencias.

Este libro ha sido escrito para chicos, adolescentes, adultos que alguna vez fueron niños y para cualquiera que desee comprender mejor el maravilloso misterio de ser un hombre.

¿Preparados? ¿Listos? ¡Vamos!