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EL ALMA DE LA ESPADA

Título original: Soul of the Sword

© 2019, Julie Kagawa

Publicado según cuerdo con Harlequin Books S.A.

Traducción: Marcelo Andrés Manuel Bellon

Portada: © 2019, Harlequin Books S.A.

Ilustraciones de portada: Jenue (espada), Shutterstock (fondo)

D.R. © 2019, Editorial Océano de México, S.A. de C.V.

Primera edición en libro electrónico: septiembre, 2019

eISBN: 978-607-557-040-2

Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de la cubierta, puede ser

Libro convertido a ePub por:
Mutāre, Procesos Editoriales y de Comunicación

Portada

autora

Julie Kagawa es autora de varios éxitos de venta de The New York Times, como las series Iron Fey y Blood of Eden. Nació en Sacramento, California, aunque actualmente vive en Louisville, Kentucky, junto a su marido, un gato detestable, un pastor australiano más inteligente de la cuenta y un papillon hiperactivo.

juliekagawa.com

juliekagawaauthor

@Jkagawa

julie.kagawa

ÍNDICE

Portada

Página de título

Dedicatoria

Imperio de Iwagoto

PARTE I

1. El nacimiento de una Asesina de Dioses

2. El demonio de los Kage

3. Las sombras se acercan

4. Un talento oculto

5. La presa más peligrosa

6. El Sendero de las Sombras

7. La tumba maldita

8. Invitados de la Sombra

9. El Bosque de los Mil Ojos

10. La neko y La Rana de la Suerte

11. El castillo de los demonios

12. A través de Yume no Sekai

PARTE II

13. Profecía para un fantasma

14. Castillo de pesadillas

15. Té con el enemigo

16. El jardín congelado

17. El precio de la ilusión

18. Yuki onna

19. El sonido de la flauta

20. Guardianes de piedra

21. El Templo de la Pluma de Acero

22. Preguntas yurei

PARTE III

23. El Destructor se acerca

24. Cambiar el destino

25. El plano del alma

26. Batalla por el Templo de la Pluma de Acero

27. Encontrar lo perdido

28. Kitsune-bi y fuego de demonio

29. Unión de almas

Epílogo

Glosario

Datos de la autora

Página de créditos

GLOSARIO

A

aka: “rojo”.

amanjaku, amanojaku: significa literalmente “espíritu del mal celestial”, son criaturas demoniacas del folklore japonés.

ano...: es una muletilla, equivale a “eh...”, “este...”.

arigatou, arigatou gozaimasu: “gracias”.

ashigaru: literalmente “pies ligeros”. Soldados rasos, campesinos, a menudo sin armas, armadura o calzado hasta que eran contratados por algún clan y conseguían armarse sirviéndose de saqueos.

azuki: Vigna angularis, conocido como frijol rojo o soja roja.

B

baka, bakamono: “tonto”, “idiota”, “estúpido”.

bakemono: son un tipo particular de yokai que puede cambiar su forma; entre los más tradicionales estaban los kitsune (zorros) y los tanuki (mapaches): se supone que ésa era su forma original, pero se podían presentar con apariencia humana.

baku: espíritus devoradores de sueños, especialmente de pesadillas. Se dice que se formaron con los restos de la creación divina y por eso suelen tener un aspecto quimérico muy diverso (de hecho, los japoneses usan ahora esa palabra también para llamar al tapir, debido justo a su extraña forma). Los espíritus malvados y los yokai les temen y suelen evitarlos por completo.

bushi: guerrero, samurái.

bushido: “el camino del guerrero”, código de honor que guía la vida de un samurái.

C

-chan: sufijo diminutivo que suele emplearse para referirse a chicas adolescentes o a niños pequeños, pero también para expresar cariño o una cercanía especial.

D

daimyo: antiguo señor feudal japonés.

daitengu: “gran tengu ”. Son los más antiguos y sabios de los tengu, se presentan por lo general como monjes ascetas, con rostros colorados y narices muy largas (entre más larga sea la nariz, más poderoso será el daitengu). No suelen recurrir a su apariencia aviar, a diferencia de los tengu .

-dono: sufijo honorífico, más formal que –san y de un rango similar a –sama , que se utiliza para una persona de una posición superior, a quien se admira, se sirve o se quiere honrar. Antiguamente, lo utilizaban sobre todo los hombres para referirse a mujeres nobles o de una posición muy superior a la propia.

F

furoshiki: tela japonesa para envolver y transportar objetos.

fusuma: paneles deslizables japoneses usados para redefinir espacios en las habitaciones.

futón: estilo de cama tradicional japonesa.

G

gashadokuro: enormes yokai que toman la forma de esqueletos gigantes. Suelen rondar campos con energía negativa y se dice que se formaron con los huesos de miles de soldados caídos en batalla. Su nombre proviene del sonido que producen los huesos —gacha, gacha— al chocar entre sí.

geisha: joven mujer instruida en las artes del entretenimiento: la danza, la música, la ceremonia del té; se contrata para animar ciertas reuniones masculinas.

geta: zuecos de madera.

go: juego táctico de tablero de origen chino.

gomen, gomennasai: “perdón”, “disculpe”.

H

hai: “sí”, “de acuerdo”.

haiku: composición poética de origen japonés que consta, tradicionalmente, de tres versos de cinco, siete y cinco sílabas respectivamente. [DLE]

Hakaimono: el nombre del demonio significa literalmente “obra del destructor”.

hakama: un tipo de pantalón largo con pliegues utilizado para proteger las piernas, pero que también llegó a convertirse en símbolo de estatus, por el que eran reconocidos los samuráis.

hakumei: el nombre del castillo del Clan de la Sombra significa “crepúsculo” o “anochecer”.

haori: prenda estilo kimono que cae a la altura de la cadera o de los muslos.

harakiri: forma de suicidio ritual, practicado en el Japón por razones de honor o por orden superior, consistente en abrirse el vientre. [DLE]

hari onago: yokai que toma la forma de una hermosa mujer de largos cabellos. Cada punta de cabello está dotada con púas parecidas a ganchos, con las que gusta atrapar a hombres jóvenes y atractivos. Se dice que el relato de las hari onago se usa para advertir a los varones sobre los peligros de cortejar a chicas desconocidas durante las noches.

Heichimon: deidad de la fuerza y el coraje.

hitodama: alma errante de un recién fallecido en forma de lengua de fuego.

hoshi no tama: “esfera de estrella”. Se dice que esta perla representa el alma de un kitsune.

I

inu: “perro”.

ite: “duele”, “ay”, “auch”. Se emplea para comunicar dolor.

J

Jigoku: Infierno, el inframundo dentro de la religión budista.

Jinkei: “misericordia”, “caridad”. Dios de la misericordia.

jorogumo: es un tipo de yokai , una araña con la apariencia de una bella mujer que atrae a los humanos, especialmente a los jóvenes, para devorarlos.

jubokko: árboles yokai que, corrompidos por tierras asoladas por la maldad y la masacre, se han vuelto carnívoros y buscan alimentarse de sangre humana.

K

kabuki: género de teatro tradicional japonés en el cual los actores se presentan con los rostros maquillados.

kabuto: casco tradicional de la armadura samurái. De amplios alerones en los costados, y grandes astas como cuernos al frente, su figura expresa señorío y poder. El nombre evoca, por su forma, a los escarabajos, insectos muy apreciados en la cultura nipona, pues se les atribuye gran fortaleza física.

kage: “sombra”.

kage no michi: “Sendero de las Sombras”.

kago: una especie de litera utilizada para transportar personas.

kama: arma utilizada en las artes marciales, una especie de hoz con mango largo.

kami: “dios”. Deidad o espíritu sagrado de la religión sintoísta.

kanji: ideogramas (sinogramas) procedentes del chino utilizados en la escritura del japonés.

kappa: tipo de yokai acuático que habita ríos y corrientes. Torpe en tierra, es una criatura con una hendidura en forma de cuenco sobre su cabeza llena de agua que, si alguna vez se derrama, hace que pierda su fuerza, quede inmóvil, e incluso muera.

karesansui: jardín de rocas, también conocido como “jardín zen ”, es un tipo de jardín seco compuesto por arena y grava (en una capa poco profunda), y rocas. Por lo general se utiliza para la meditación y contemplación en templos budistas. La arena es rastrillada para representar simbólicamente el mar y sus olas, mientras las rocas representan las montañas, morada sagrada de los kami .

katana: sable tradicional curvo japonés, de un solo filo y con al menos 60 cm de longitud. Arma predilecta de un samurái.

kawa, gawa: “río”.

kimono: túnica de mangas anchas y largas, abierta por delante y que se ciñe, cruzándola, mediante un cinturón o faja (obi).

kirin: ser mitológico con cuerpo y osamentas de ciervo, piel escamada como la de un dragón y cola de buey. Posee una larga crin llameante y es considerado una deidad por toda Asia Oriental. Verlo se considera un buen presagio, y la señal del advenimiento de un buen líder o un gran sabio.

kitsune: “zorro”.

kitsune-bi: fuego fatuo. Literalmente significa “fuego de zorro”, y su posesión y manipulación es una de las habilidades mágicas que se les atribuyen a estos seres.

kitsune-tsuki: “posesión de zorro”. En el folklore japonés se considera que algunos kitsune —entre otros yokai traviesos— son capaces de poseer a los seres humanos y hacer que actúen de maneras extrañas.

kodama: espíritus de los árboles.

komainu: poderosos perros míticos que actúan como guardianes de los santuarios sintoístas.

konbanwa: “buenas noches”.

-kun: sufijo honorífico utilizado generalmente en hombres, hace referencia a una persona de menor edad o posición. También lo utilizan los jóvenes entre sí como una expresión de cercanía y afecto.

kunai: cuchillos arrojadizos shinobi .

kuso: “mierda”, “maldición”, “diablos”. Expresión soez de enojo, frustración o molestia.

kyūbi, kyūbi no kitsune: “nueve colas”, “zorro de nueve colas”. Poderoso zorro de gran longevidad, cuyo poder rivaliza incluso con el de los grandes dioses del panteón asiático.

M

majutsushi: “mago”, “hechicero”.

Meido: término del budismo japonés para el inframundo, el otro mundo, el reino de la muerte. Es la primera parada de un alma, si la persona no fue suficientemente buena o mala para viajar directo a Tengoku (el Cielo) o Jigoku (el Infierno). El alma permanece aquí antes de trascender al Cielo, renacer o ser arrojada al Infierno.

miko: doncella consagrada a un santuario sintoísta.

minna: expresión para referir a “todos” dentro de un contexto dado.

mino: impermeable hecho de paja tejida.

mochi: bollo de pasta de arroz glutinoso, generalmente dulce. Según una interesante estadística, la consistencia de este rico postre es la causante de numerosas muertes por asfixia entre adultos mayores en la nación nipona.

mon: “emblema”.

mori: “bosque”.

N

¿nande?, ¿nani?: “¿qué?”, “¿por qué?”.

ne: una de las múltiples partículas que en japonés se usan para terminar una frase. Pronunciada como pregunta, y con el objetivo de suavizar el tono de una expresión, comunica asentimiento o confirmación de una información que se pretende común entre los hablantes, y puede adaptarse al español como “¿cierto?”, “¿verdad?”.

neko: “gato”.

nezumi: “ratón”.

Ningenkai: el “mundo de los humanos”.

ninja: guerrero japonés especialmente dedicado a las artes de la infiltración, el espionaje, el sabotaje y el combate. A diferencia de un guerrero samurái, un shinobi o ninja no se rige por el código de honor bushido y se sirve de formas no ortodoxas para obtener su objetivo, por lo que es especialmente temido por sus adversarios.

nogitsune: literalmente “zorro salvaje”. Un nogitsune era un kitsune malvado.

nue: de forma quimérica —cara de mono, cuerpo de tanuki , miembros de tigre y cola de serpiente—, los nue son yokai a los que se les atribuye el control de los relámpagos. Son también los espectros yokai de los que se tiene más antiguo registro escrito en la historia de Japón (712 d. C.).

nurikabe: yokai que toma la forma de muro viviente. Bloquea los caminos y las puertas, lo que hace imposible atravesarlos o rodearlos. Hay quienes dicen que en realidad se trata de una transformación de los traviesos tanuki, y que el muro que erigen no es más que una forma cambiada de sus enormes escrotos, alargados para impedir el paso y al mismo tiempo mofarse de los paseantes.

O

obi: faja o cinturón del kimono.

ofuda: amuleto protector.

oi: “hey”. Se emplea para llamar la atención.

ojou, ojou-san: joven mujer, “dama”, “señorita”, estilo formal.

okuri inu: yokai en forma de un amenazante perro —o lobo— negro que sigue a los viajeros solitarios en caminos poco transitados durante las noches. Se dice que si el viajante llega a tropezar y caer, el okuri inu saltará sobre su presa hasta destrozarla.

oni: un tipo de yokai , o demonio, por lo general con apariencia de ogro.

Oni no Mikoto: “Príncipe de los Demonios”.

onii-san: “hermano mayor”. Una expresión que entre personas que no son familia denota cercanía y respeto, incluso admiración y subordinación. También se utiliza para referirse al líder de un determinado grupo. Naturalmente, puede emplearse con ironía.

onmyodo: disciplina esotérica japonesa con bases en la teoría de los cinco elementos y del yin y el yang.

onmyoji: practicante de onmyodo , se especializa en magia y adivinación, y solía trabajar en la corte para protegerla de los fantasmas y adivinar su futuro, entre otras tareas.

oyasuminasai: “buenas noches”. Frase para antes de dormir.

R

ronin: samurái errante, sin señor a quien servir.

ryokan: “posada”.

S

sagari: yokai con apariencia de cabeza de caballo. Se dice que surge de los restos de un corcel que, al haber muerto, fue abandonado. Suele vérsele colgado de las ramas de los árboles para asustar a los transeúntes distraídos. También se cuenta que aquél que escucha sus lamentos puede sufrir terribles fiebres.

sake: bebida alcohólica hecha a partir de arroz.

sakura: árbol del cerezo.

-sama: sufijo honorífico, más formal que -san , que se utiliza para personas de una posición muy superior (como un monarca o un gran maestro) o alguien a quien se admira mucho.

samurái: guerrero jurado a las órdenes de un noble, o gran señor.

-san: es el sufijo honorífico más común, expresa cortesía y respeto, y se utiliza tanto en hombres como en mujeres.

sayonara: “adiós”.

sensei: “maestro”.

seppuku: nombre formal de lo que solemos conocer como “harakiri ”, el suicidio ritual generalmente asociado con los samuráis.

shinobi: término formal con el que se nombra a un guerrero ninja.

shogi: juego táctico de tablero, también conocido como “ajedrez japonés”.

shoji: tradicional puerta corrediza con marco de madera y papel de arroz.

sora: “cielo”.

sugoi: “sorprendente”, “asombroso”, “genial”.

sumimasen: “perdone”. Manera formal de disculparse.

T

Taiyo: “Sol”.

tanuki: “mapache”. En el folklore japonés son retratados como animales extraños y hasta supernaturales.

tatami: esteras tradicionalmente hechas de paja que se utilizaban para recubrir el piso de las habitaciones y eran consideradas una unidad de medida de estos espacios.

Tengoku: Cielo, el paraíso dentro de la religión budista.

tengu: yokai representados con características aviares y humanas. De acuerdo con muy diversos relatos, a veces se les considera torpes y fáciles de engañar, a veces orgullosos y muy astutos; virtuosos y protectores, o completamente depravados, violentos y viciosos.

tetsubo: antigua arma japonesa parecida a una gran maza, usualmente hecha de madera y repleta con puntas de metal. A los oni se les representa tradicionalmente con una maza tetsubo en las manos.

tofu: ingrediente muy común en la cocina japonesa, es una especie de queso realizado a partir de la fermentación de la leche de soya.

torii: arco tradicional japonés ubicado en la entrada de los santuarios sintoístas que marca la frontera entre lo profano y lo sagrado, el paso del mundo de los mortales al mundo de los kami.

toshi: “ciudad”.

tsuchigumo: un agresivo yokai en forma de araña gigante, que en ocasiones también es representado con aspecto humano. De acuerdo con los relatos antiguos, vivían en cuevas bajo la tierra, se escondían en las montañas y devoraban personas.

Tsuki: “Luna”.

W

wakizashi: sable tradicional más corto que una katana, de entre 30 y 60 cm de longitud.

Y

yari: lanza de hoja recta.

yojimbo: “escolta”, “guardaespaldas”.

yokai: los demonios y seres sobrenaturales se agrupan bajo este término.

yokatta: “qué bueno”, “qué alivio”, “me alegro”.

yuki onna: “mujer nívea”, “mujer de nieve”.

Yume no Sekai: “Reino de los Sueños”.

yurei: “espíritu caído”. Nombre genérico para los fantasmas.

Z

zen: escuela budista que tiende a alcanzar la iluminación espiritual mediante la meditación que no se somete al conocimiento intelectual y a sus conceptos. [DLE]

EPÍLOGO

El sol del amanecer se elevó sobre el horizonte, alejando a las estrellas y tiñendo de rosa las nubes. Inmóvil sobre el acantilado nevado de la montaña, Seigetsu levantó su rostro hacia los primeros rayos del sol y cerró los ojos.

—Ella lo hizo —murmuró Taka a sus pies. Sonaba aliviado pero infeliz, como si todavía estuviera incómodo con el engaño que Seigetsu le había pedido efectuar—. Los salvó.

—Sí —convino Seigetsu—. Exactamente como lo predijiste. La niña zorro poseería a Hakaimono, el ejército de Genno atacaría el templo y el alma perdida les advertiría a todos ellos sobre la destrucción que estaba por venir. Ella sólo necesitaba un pequeño empujón para encontrar su valor.

—¿Que hacemos ahora?

—Genno tiene ahora todos los trozos de la plegaria del Dragón —Seigetsu hizo un gesto de satisfacción y dio un paso atrás desde el borde. Por costumbre, estuvo a punto de meter su mano en la manga en busca de la esfera, antes de recordar que ya no estaba allí—. Se dirigirá a la isla de Ushima cuanto antes para presidir la Invocación. La chica kitsune y su demonio lo seguirán, por supuesto. El tablero está listo. La última jugada está a punto de ocurrir.

Por sólo un instante, quizá por primera vez en siglos, Seigetsu se permitió sentir un pequeño destello de emoción. Años de planificación, observación y espera daban fruto por fin. Era casi la hora.

—Ven, Taka —en un torbellino de túnicas y cabello plateado, Seigetsu se dirigió hacia el carruaje en la nieve, a pocos metros de distancia. Taka trepó obedientemente detrás de su amo, saltando para evitar los montones de nieve.

—¿Adónde vamos ahora, Maestro? ¿A la Isla de Ushima?

—Así es —Seigetsu sacudió el polvo blanco de su túnica y entró en el transporte—. Hay un último artículo, una pieza más que adquirir, antes de la maniobra final —observó a Taka revolverse dentro del carruaje, sacudiéndose con furia la nieve de sus pantalones, y sonrió. Qué apropiado encontraba que el juego llegara a su conclusión en el lugar donde todo había comenzado. La chica kitsune no tenía idea de la tormenta a la que se dirigía ni de lo que encontraría cuando llegara allí, pero sería interesante, por decir lo menos.

—Prepárate, Taka. Viajaremos a la isla de los kami, al lugar de nacimiento de la profecía, para encontrar la esquirla capaz de trastornar a un dios.

Para Misa-sensei, por su ayuda.
Y para Tashya, por todo lo demás

1

EL NACIMIENTO DE
UNA ASESINA DE DIOSES

Hace mil años

Su garganta estaba en carne viva por gritar plegarias al viento.

La tormenta arrasaba todo a su alrededor, golpeaba los acantilados y azotaba el agua del océano contra las rocas. La noche era una total oscuridad, sus ropas empapadas estaban heladas, y su voz apenas se escuchaba por encima del aullido del viento y el rugido del mar. Aun así, él se mantenía cantando, con el pergamino apretado con firmeza entre sus manos temblorosas y la linterna titilando salvajemente a sus pies. Su visión estaba borrosa por el rocío salado y las lágrimas, pero su voz no vacilaba mientras gritaba cada palabra del arrugado pergamino como si fuera un desafío para los mismos dioses.

Clamando la oración final, dejando que el viento la arrancara de sus labios y la arrojara sobre el océano, cayó de rodillas sobre las piedras. Jadeante, inclinó la cabeza, sus brazos cayeron a sus costados, el pergamino abierto revoloteó en sus manos.

Durante varios latidos desesperados e intensos, se quedó allí arrodillado, solo. La tormenta bramaba, cortando y arañando con garras de espuma. Sus heridas, sufridas en la lucha contra una horda de demonios camino a este lugar, pulsaban. La sangre iba impregnando su pecho, sus brazos, el pergamino. Manchaba el rollo de color rosado.

A muchos metros mar adentro, el océano se batió. Las olas surgieron y se agitaron, y la superficie del agua comenzó a elevarse como si algo monstruoso estuviera moviéndose justo por debajo.

Con una explosión de rocío y el aullido de un dios, una enorme forma oscura emergió de las profundidades y ascendió en espirales a la noche. Relucientes relámpagos iluminaron los enormes cuernos, los colmillos, las escamas brillantes del color de la marea. Una ondulante crin corría a lo largo del lomo de la criatura, y un par de bigotes tan largos como un navío se retorcía y revoloteaba en el viento mientras el Gran Dragón se enrollaba en el cielo, perforando y anidando entre las nubes. Un par de ojos como lunas brillantes observó la diminuta figura allá abajo, y una perfecta perla iridiscente resplandeció como una estrella en el centro de su frente. Con el estruendo de un tsunami cercano, el kami1 habló.

¿Quién me convoca?

Apretando la mandíbula, el hombre levantó la cabeza. Su corazón se estremeció al saber que no debía mirar tan audazmente a un dios, al Heraldo del Cambio de frente, pero la desesperación y la enfermedad del odio en lo profundo de su alma ahogaban cualquier otra emoción. Tragó el dolor de una garganta herida por la potencia de sus gritos y elevó la voz.

—Yo, Kage Hirotaka,2 hijo de Kage Shigetomo, soy el mortal que ha invocado el poder de la plegaria del Dragón —su voz fina y áspera se desvaneció en el viento, pero la enorme criatura inclinó la cabeza, escuchando. Su mirada inhumana, que contenía la sabiduría de la eternidad, se encontró con la del hombre, y éste de pronto sintió como si estuviera cayendo en un pozo insondable.

El guerrero colocó sus manos en el suelo delante de él, se inclinó y tocó la áspera piedra con su frente, mientras sentía la mirada del Dragón sobre su espalda.

—Gran Kami —susurró—, según mi derecho como portador del pergamino, esta noche, en el milésimo año después de que Kage Hanako elevara su deseo sobre el pergamino, le pido humildemente que conceda el anhelo de mi corazón.

Una vez más, un Kage me llama —la voz profunda y atronadora no sonaba ni divertida ni sorprendida—. Una vez más, el Clan de la Sombra juega con la oscuridad y tiene el destino del reino en sus manos. Que así sea, entonces —los relámpagos destellaron y el estallido de los truenos sacudió las nubes, pero la voz del Gran Dragón se elevó por encima de todo—. Kage Hirotaka, hijo de Kage Shigetomo, portador del pergamino del Dragón, ¿cuál es el anhelo de tu corazón? ¿Qué buscas se haga realidad?

—Venganza.

La palabra fue apenas audible, pero el aire pareció detenerse mientras la pronunciaba.

—Mi familia fue asesinada por un demonio —prosiguió el guerrero, mientras se sentaba lentamente—. Mató a todos. Mis hombres y mis sirvientes estaban esparcidos de un extremo al otro de la casa. Mi esposa… mis hijos… no dejó siquiera algo para enterrar —cerró los ojos, temblando de aflicción y de rabia—. No pude salvarlos —susurró—. Llegué a casa para encontrar una masacre.

El observador frío e indiferente que esperaba en las nubes nada dijo. La mano del guerrero se dirigió a la espada en su cinto, y sus dedos se curvaron alrededor de la vaina.

—No lo quiero muerto —dijo con voz áspera, ahogada por el odio—, no por un simple deseo. Yo mismo mataré al monstruo, meteré mi espada en su negro corazón para vengar a mi clan, a mi familia, a mi esposa… —su voz tembló, y los nudillos que rodeaban su espada se pusieron blancos—. Pero cuando él muera, no quiero que su espíritu regrese a Jigoku. Quiero atraparlo aquí, en este reino mortal. Que conozca el dolor y la rabia, y la impotencia. Que comprenda que no hay alivio ni manera de que regrese como el demonio que era —el guerrero mostró los dientes—. Quiero que sufra. Toda la eternidad. Ése es mi deseo.

En lo alto, el Gran Kami miró a través de la tormenta. Los relámpagos destellaron en sus escamas azul oscuro.

Sellado el deseo —retumbó, con una voz tan impasible como era posible—, no se puede volver atrás —inclinó la cabeza y sus bigotes interminablemente largos revolotearon en el viento—. ¿Estás seguro de que éste es el deseo de tu corazón, mortal?

—Sí.

El trueno bramó y el viento se intensificó, aullando mientras azotaba contra el guerrero y la roca. El Gran Dragón pareció desvanecerse en la tormenta hasta que sólo sus ojos y una gema resplandeciente brillaron en la oscuridad. Luego, desaparecieron también en las tinieblas, mientras las nubes se arremolinaban con violencia hasta parecer un gran remolino en el cielo.

Un cegador rayo blanco descendió desde lo alto y golpeó el centro de la roca, a sólo unos metros de donde el guerrero se encontraba arrodillado. El samurái se estremeció y cubrió su cara mientras fragmentos de piedra volaban por todas partes y cortaban su piel. Cuando el brillo se desvaneció, levantó la mirada, pero entrecerró los ojos por el dolor mientras la sangre y el agua corrían por su rostro. Por un instante, sólo pudo distinguir un sutil resplandor contra la oscuridad. Luego, sus ojos se abrieron de par en par, y observó con asombro lo que el relámpago había dejado tras de sí.

Una espada se levantaba en el centro de un cráter humeante, con la punta perforando la piedra. Su hoja brillaba contra la oscuridad. Un poder casi hambriento latía en su hoja, era casi como si estuviera viva.

Olvidando sus heridas, el samurái Kage se levantó y caminó sobre piernas temblorosas hacia el sable, que brillaba débilmente contra el negro, como alimentada por su propia luz interior.

Está hecho —la estruendosa declaración sostuvo la irrevocabilidad de la muerte, de una espada que arrancaría la vida de un cuerpo. Aunque la majestuosa serpiente estaba a punto de desvanecerse una vez más en su leyenda, su voz resonó a través de la tormenta—. Que sea por todos conocido, el deseo de esta era ha sido pronunciado y los vientos de cambio han modificado su rumbo. Que ningún mortal invoque el poder del pergamino por otros mil años. Si este reino sobrevive a lo que está por venir.

—¡Espere! Gran Kami, ¿cómo debería llamarla? —el guerrero tendió la mano, tocó la empuñadura de la espada y sintió un temblor correr por su brazo—. ¿Acaso tiene ya un nombre?

El guerrero sintió al Gran Dragón deslizarse del mundo como una anguila a través de una red, para volver a su reino en las profundidades de las olas. Un último retumbar de trueno salió al mar y, en el eco del viento, escuchó la última palabra del kami.

Kamigoroshi.

Kage Hirotaka se encontró solo en la plataforma sombría de la roca, mientras el viento y el rocío todavía azotaban a su alrededor, y una sonrisa salvaje cruzó su rostro. Kamigoroshi.

Asesina de Dioses.

1 Muchos nombres y términos usuales del japonés se encontrarán marcados en cursivas a lo largo del libro. No olvides consultar el glosario al final de este volumen.

2 En Japón, por norma de uso suele anteponerse el nombre de la familia, el apellido, al nombre de pila.