10 Capítulo

descubriendo Dónde

se necesita el cambio


Miguel y Conchita me habían preguntado si podíamos hablar porque “las cosas eran un desastre”. Ambos parecían agobiados, así que nos reunimos tan pronto como nos fue posible. Llevé conmigo a alguien que estaba discipulando para el ministerio personal. Cuando pregunté qué estaba pasando, Miguel empezó a contar la historia familiar más confusa que jamás había escuchado. Ambos habían estado casados antes y habían mezclado dos familias, cada uno con cuatro hijos mayores. Conchita interrumpía de vez en cuando con detalles que solo aumentaban mi confusión. ¡Me parece que en mis clases de teología en el seminario nunca tomé tantas notas como lo hice aquella tarde! Su historia estaba llena de tramas y tramas secundarias. Sus intentos de resolver los problemas siempre los agravaban. Parecía que sus hijos también habían tomado todas las decisiones equivocadas. ¡Era un desastre!

Al cabo de una hora, Miguel dijo: “Como puede ver, Pablo, tenemos una inmensa necesidad de ayuda”. Eso fue un eufemismo. Me senté en silencio, mirando a mi pila de notas y a las caras de dos personas heridas que tendían las manos en busca de cualquier ayuda que pudieran conseguir. Estaba tan abrumado que no podía pensar en nada inteligente que decir. Probablemente solo permanecí en silencio durante unos segundos, pero parecieron horas. Por último, les dije que iba a pensar y orar sobre lo que me habían dicho, y nos reuniríamos a hablar de nuevo.

Cuando se fueron, la persona que yo estaba discipulando dijo: “¡Vaya, eso fue alentador! ¡Yo puedo hacer ministerio personal! ¡Todo lo que tienes que hacer es hacer que la gente te cuente su historia y entonces le prometes que vas a pensar y orar! ¡Yo pensaba que era mucho más difícil de lo que realmente es!”

He recordado muchas veces aquella primera tarde con Miguel y Conchita. Yo no les di muchas esperanzas, y tampoco tuve mucho éxito en entender sus luchas. Pero teniendo en cuenta aquella montaña de detalles confusos, creo que tomé la decisión correcta. El ministerio personal le hace relacionarse con personas que están perdidas en el caos de la vida, cuyas vidas se ven complicadas por sus propias decisiones insensatas o por los pecados de otros. A menudo escuchará hablar de años de intentos de solución que solo han empeorado las cosas. Podrá ver las obras destructivas del enemigo que engaña, divide, y devora, y el impacto de no pensar bien las cosas y de la consejería deficiente.

Pero el ministerio personal también le permite ver a Dios obrando, y como Él lleva a la gente más allá de su propia fuerza y sabiduría. Usted será testigo de cómo Su plan de redención se lleva a cabo en la vida de las personas. Usted tendrá el privilegio de conectarlas con los recursos que son de ellos en Cristo, de tal forma que su corazón y vida sean transformados. Ustedes serán Sus embajadores a medida que tratan de encarnar el amor del Señor Jesús, al entrar en el mundo de otra persona, movidos por su sufrimiento, y ofreciendo la esperanza del evangelio. Ustedes serán parte de la gran obra del reino de Dios.

El ministerio personal no se trata de saber siempre qué decir. No es arreglar todo lo que está roto a simple vista. El ministerio personal es conectar a las personas con Cristo para que sean capaces de pensar como El quiere que piensen, deseen lo que Él dice que es mejor, y hagan lo que El les pide que hagan, aunque sus circunstancias nunca se “arreglen”. Esto implica mostrarles la gloria de Dios a las personas heridas, perdidas y confundidas, de modo que renuncien a la búsqueda de su propia gloria y vivan para la gloria de Él. Se trata de sumergir las historias personales de la gente dentro de la gran historia de la redención para que vean cada situación y relación desde la perspectiva de la “Historia de Dios”. ¡Tenemos que estar llenos de asombro ante lo que el Señor nos ha llamada a participar!

Mientras pensaba y oraba por Miguel y Conchita, sucedieron dos cosas. En primer lugar, tuve la oportunidad de ver a Dios obrando en medio de su caos. Me entusiasmé por ayudarlos a verlo a Él. En segundo lugar, su historia comenzó a ser menos confusa. Empecé a ver cómo las piezas del rompecabezas encajaban. Yo tenía más preguntas que hacer, pero también tenía cosas que decir. Tenía un sentido bíblico de dirección y eso me motivaba grandemente para reunirse con Conchita y Miguel.


Dándole sentido a los datos


El ministerio personal no se trata solo de recopilar la información necesaria, sino de darle sentido bíblico a la misma. En el capítulo 3 vimos que la gente no vive la vida basada en los hechos de sus experiencias, sino en su interpretación de los hechos. Lo mismo puede decirse de ministerio personal. Dios nos creó para ser intérpretes, así que cuando otras personas cuentan sus historias, instintivamente tratamos de dar sentido a lo que oímos. Todo lo que decimos o hacemos en respuesta no se basa únicamente en lo que la persona nos dijo, sino en cómo lo interpretamos.

El ministerio bíblico personal debe ser simplemente eso: bíblico. Esto significa que nosotros miramos la vida de las personas desde la clara perspectiva de una visión bíblica del mundo. Nosotros tratamos con la gloria de Dios, el pecado del hombre, la condición caída del mundo, la realidad del Diablo, la gracia del Evangelio, y la certeza de la eternidad. El ministerio personal bíblico tiene que ver más con perspectiva, identidad, y llamamiento que con arreglar lo que está roto.

En el caso del matrimonio, ¿qué necesitan las parejas en problemas? ¿Les serán de ayuda las técnicas de comunicación o los debates honestos sobre el sexo? ¿Necesitan un frente único con respecto a la crianza de los hijos y las finanzas, y maneras saludables de lidiar con los conflictos? La respuesta a todas estas preguntas es “¡Sí!” Pero necesitan más. Necesitan comprender quienes son, quién es Dios, y lo que Él está haciendo en su matrimonio. Pablo nos recuerda en 2 Corintios 11:1-3 que nuestras vidas ahora son el campo de entrenamiento para nuestro matrimonio futuro. Somos la novia de Cristo. Dios nos está preparando para el matrimonio perfecto que está por venir. Por esa razón, la gran pregunta de nuestras relaciones de ahora no es si vamos a ser felices, sino si el amor que le hemos prometido al Novio se lo daremos a alguien o a algo más.

De otra manera, las relaciones cristianas no se pueden entender, en particular, el matrimonio. ¿Por qué puso Dios la relación humana más importante, exigente y difícil del mundo (el matrimonio) justamente en medio del proceso más importante del mundo (la santificación)? Si lo hizo para que la gente se diera cuenta de sus sueños individuales, hubiese tenido sentido haberlos santificado completamente antes de enfrentarse a las pruebas del matrimonio. Pero Dios no ha cometido un error. Él está trabajando en un sueño más grande por el cual nos prueba y nos atribula. Él permite que nuestros sueños se nos escapen de entre los dedos para que a medida que aprendamos a amarnos mutuamente, nos enamoremos más profundamente de Él.

Cuando miramos el matrimonio de esta manera, usted no seguirá intentando que su cónyugue cumpla sus sueños. Ahora sabe quién es usted (desposado con Cristo) y lo que Dios está haciendo (preparándolo para la boda final). Al lidiar con el estrés de la crianza de los hijos, la comunicación, el sexo, las finanzas, usted tiene más gozo de lo que creía posible en un matrimonio bastante imperfecto. Solo desde esta perspectiva, los principios bíblicos para los esposos y las esposas tienen sentido. Son aplicaciones prácticas de lo que significa vivir en un matrimonio ahora con un enfoque de matrimonio futuro.

Lo mismo es cierto, por supuesto, para aquellos que no están casados. Usted también está siendo preparado para ser la esposa de Cristo a través de las relaciones y situaciones que experimenta con la familia, vecinos, compañeros de trabajo, y la familia de la iglesia. Aunque puede que no tenga un cónyugue terrenal, su vida ahora es una preparación tan rigurosa para el matrimonio futuro como la de sus homólogos casados. Usted también necesita una identidad, una perspectiva y un llamado bíblico, y Dios se ha comprometido a ayudarle a lograrlo.

Si usted no ayuda a las personas a ver sus historias desde una perspectiva claramente bíblica, y centrada en Cristo, su ministerio no hará más que lanzarles frases y principios teológicos trillados. Sus corazones se mantendrán iguales, y cualquier cambio de comportamiento será temporal. No solo seguirán en guerra con los demás, sino también con un Dios que no cederá el derecho exclusivo que posee sobre sus corazones.

El ministerio personal bíblico prospera cuando una buena exégesis de las Escrituras conduce a una exégesis correcta de la vida de la persona. Este doble proceso interpretativo es lo que hace único el ministerio personal bíblico. Nosotros no podemos comprender adecuadamente a la gente sin hacer una exégesis precisa de la Escritura, y no podemos aplicar correctamente las Escrituras sin hacer una exégesis precisa de las personas. Debido a que la Biblia nos dice que la gente vive según su corazón, siempre estamos interesados en cómo se revelan los pensamientos y los deseos del corazón mediante las decisiones que toman las personas y por las cosas que dicen y hacen. Es en la convergencia de este doble proceso interpretativo que a la larga los corazones y las vidas cambian.


ORGANIZANDO LA información bíblicamente



No podemos permitirnos dar consejo a alguien sin pensarlo, o con poca o ninguna preparación. A menos que nos tomemos el tiempo para pensar bíblicamente acerca de lo que otros comparten con nosotros, seremos ciegos guiando a otros ciegos. Debemos preguntarnos: “¿Qué temas, perspectivas, promesas y mandamientos de la Escritura se aplican a esta persona y hablan a esta situación?”. Nuestro consejo será bíblico solamente si filtramos lo que hemos escuchado a través de una rejilla bíblica sólida.

Recuerde, nunca pasa un día en que no nos aconsejemos mutuamente. Una esposa puede aconsejar a su marido mientras él se prepara para el trabajo. Un padre puede preparar a un niño sobre cómo hacer frente a una dificultad en la escuela. Un hermano puede ayudar a su hermana a discutir detenidamente algunos problemas con sus amigos. Un jefe puede confrontar a un trabajador. Todos los días compartimos nuestras interpretaciones de la vida con otra gente, y le damos forma a su manera de entender sus vidas. La cuestión es si nuestro ministerio mutuo es bíblico. En toda esta conversación, ¿nos estamos preguntando lo que dice la Biblia al respecto?

Conocer a una persona es como ir por toda la casa recogiendo la ropa sucia. En poco tiempo usted tendrá un montón variado de ropa multicolor, pero es mejor que lo clasifique antes de lanzarlo en la lavadora, ¡o le saldrán medias de divertidos colores! Lo mismo se cumple al conocer a otra persona. Nadie dice: “Preste atención, ahora estoy a punto de compartir con usted una parte importante de mi pasado”. Nadie dice: “Escuche con atención, porque estoy a punto de revelar los motivos de mi corazón”. En cambio, mezclamos historia con circunstancias actuales, y emociones con razonamiento lógico. Interpretamos el comportamiento de los demás al hablar de nosotros mismos. Decimos cosas acerca de Dios al describir las circunstancias. Todo sale como un montón desordenado de hechos aislados que necesitan organización e interpretación.

El primer paso para dar sentido a las cosas es organizar la información en categorías bíblicas sencillas. Este paso es como la clasificación de la ropa sucia o armar un rompecabezas. Cuando hemos terminado la tarea, podemos dar un paso atrás y preguntarnos: “¿Dónde dice la Biblia que debe llevarse a cabo el cambio en esta persona, en esta situación?”

Vamos a practicar la organización bíblica de los datos. Imagine que Isabela, una mujer de la iglesia, pide hablar con usted. Ella está preocupada por su marido Juan, que cada vez tiene más mal genio. Le grita a ella y a los niños por la más mínima cosa. Es crítico y exigente. Cada vez pasa más tiempo en el trabajo, y la mayor parte de su tiempo en casa lo pasa en la computadora. Cuando ella le pregunta a Juan qué es lo que pasa, él le dice que la vida es basura. Isabela dice que el padre de Juan era un tipo negativo que pensaba que la gente le quería hacer daño. Juan no era así cuando se casó con ella, pero Isabela tiene miedo de que se esté poniendo como su padre. Cuando Isabela le pregunta cómo puede ayudarle, todo lo que Juan dice es, “Dame un poco de espacio para que pueda respirar”.

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La figura 10.1 es una herramienta sencilla de organización de datos para ayudarle a ordenar la información a medida que va conociendo a alguien. La organización de la información que Isabela le ha dado, le ayudará a dar un paso atrás para ver el panorama completo de una manera bíblica. (En este caso, usted solo está empezando a reunir información. Para ayudar realmente a Isabela y Juan, tendría que reunir mucho más información mediante buenas preguntas).

La Situación. (¿Qué está pasando?) Aquí colocamos toda la información que describe el mundo de la persona (sus circunstancias), tanto pasada como presente. Lo que sabemos hasta ahora acerca de Juan es que, en el pasado, fue criado por un padre negativo y cínico. En la actualidad es un esposo cada vez más airado, crítico y distante.

Las Respuestas. (¿Qué hace la persona en respuesta a lo que está pasando?) Aquí incluimos datos sobre el comportamiento de la persona. Nos hemos enterado de que Juan le está gritando a su familia, pasa más tiempo en el trabajo; y en la casa, permanece en la computadora.

Los Pensamientos. (¿Qué piensa la persona de lo que está sucediendo?) Esto incluye información sobre cómo la persona ha estado interpretando su mundo. Todo lo que sabemos acerca de Juan hasta el momento en esta categoría es que él dice que, “la vida es basura”.

Los Motivos. (¿Qué desea la persona de, o en medio de, lo que está pasando?) Esto incluye lo que sabe acerca de los deseos de la persona, sus objetivos, tesoros, motivos, valores, e ídolos. ¿Para qué vive? ¿Qué gobierna realmente su corazón? Todo lo que sabemos acerca de Juan en este momento es que él dice, “Dame un poco de espacio para poder respirar.” Sin embargo, no sabemos lo que quiere decir con “un poco de espacio” o porqué lo quiere.

Estas cuatro categorías proporcionan cuatro ganchos sencillos para organizar la información que usted reúne de los Juan e Isabela del mundo. Ellos también le ayudan a identificar los tipos de información que aún necesita.


Comprensión y uso de los ganchos


Permítanme demostrar cómo los cuatro ganchos simplifican el proceso de recopilación de datos. Para esto le presentaré a otra pareja y organizaremos su información con esta herramienta.

Sara se me acercó después del culto del domingo. Me dijo que su matrimonio era un desastre y que necesitaba hablar inmediatamente. Fijamos una fecha para reunirnos y le pedí que invitara a su marido, Eduardo. Sin embargo, Sara llegó sola, contando su historia de forma muy emotiva y con grandes detalles. Eduardo no estuvo dispuesto a venir, y le dijo “o te arreglas o me voy de aquí”.

Sara me contó sobre una relación cada vez más violenta. Ella y Eduardo ya no dormían en la misma habitación ni iban juntos a ningún lugar. Ellos tenían cuentas bancarias separadas y habían acordado recientemente que era mejor comer por separado. Sus dos niños pequeños se turnaban para comer con cada uno de ellos.

Incluso antes de su matrimonio, ellos habían experimentado problemas de comunicación. Eduardo sintió que Sara siempre estaba tratando de controlarlo. Sara sintió que Eduardo nunca le prestaba atención a su punto de vista a menos que ella “lo remachara muchas veces”. Sin embargo, Eduardo decía que Sara era la mujer más bella del mundo y Sara decía que Eduardo era lo mejor que le hubiese pasado a ella.

Eduardo era un “mandamás” con un negocio de importaciones en expansión, y Sara disfrutaba estar con gente que “importe”. Ella había vivido toda su vida en casas de amparo filial y nunca conoció a sus padres biológicos. Eduardo se crió en un barrio urbano de clase media. Eduardo había dicho durante años que Sara estaba destruyendo lentamente su hombría. Sara confesó dos aventuras amorosas durante el matrimonio. Eduardo estaba muy enojado, y parecía que ella estaba igual.

Sara aclaró muy bien su agenda cuando hablamos. “Yo no estoy aquí para que trabaje conmigo”, dijo. “Creo que estoy bien. Estoy aquí porque mi matrimonio está en problemas. ¿Cree que pueda lograr que mi esposo hable con usted? ¡Él es el que necesita ayuda!”

Usemos las cuatro categorías (Situación, Respuestas, Pensamientos, Motivos) para organizar lo que hemos aprendido sobre Sara y Eduardo.


La situación


Para que el ministerio personal sea efectivo, debo entender el mundo cotidiano de Sara. ¿A qué presiones, oportunidades, responsabilidades, y tentaciones se enfrenta a diario? ¿Quienes son las personas importantes en su vida, y qué están haciendo? ¿Qué conozco sobre su pasado? Al revisar los hechos, me pregunto, “¿Qué está (o estaba) pasando?” y cuelgo toda la información situacional en este gancho.

Aquí hay dos listas de preguntas que usted puede utilizar para clasificar la información sobre el pasado y la situación actual de una persona. Estas listas no pretenden ser exhaustivas, sino son solo un incentivo para darle una idea del tipo de cosas que debe escuchar y preguntar.

Histórico

Recuerde que esta lista no es exhaustiva. Simplemente sugiere cosas que pueden ser importantes para comprender el pasado de la persona.

Presente

El objetivo es conocer a Sara en su mundo. Necesito saber los detalles, porque mi llamado es a construir un puente de entendimiento desde la Palabra de Dios hasta los detalles de su vida, para que Sara pueda entender lo que Dios ha prometido y lo que le ha llamado a hacer. Vamos a comenzar a clasificar la información con Sara.

La Situación de Sara


LAS RESPUESTAS


Aquí me concentro en el comportamiento de Sara. Recopilo toda la información que describe sus reacciones ante lo que está pasando. Estoy buscando temas y patrones. ¿Cuáles son las formas típicas en que ella responde a las situaciones y a la gente? Estos temas y patrones me darán una idea de lo que está pasando en su corazón. Cualquier información que describa el comportamiento de Sara se coloca debajo de la pregunta: ¿Qué hace esta persona en respuesta a lo que está pasando?

Las Respuestas de Sara

Al revisar esta lista de respuestas de Sara, busque temas y patrones en la forma en que ella trata con sus problemas.


LOS PENSAMIENTOS


Esta categoría observa el corazón” que dirige la conducta de Sara. Sé que, como ser humano, Sara es una creadora de significados. Ella siempre está tratando de dar sentido a su vida. Ella no se limita a responder a los hechos de su vida, sino a su interpretación de esos hechos. Si sus interpretaciones no son bíblicas, sus respuestas tampoco lo serán.

Si tengo una visión distorsionada del pasado, del presente, de Dios, del futuro, y de mí mismo, no hay manera de que responda adecuadamente a lo que Dios ha permitido en mi vida. Este es uno de los problemas más importantes de Sara. Cuando tratamos de ministrar a gente como ella, tenemos que buscar las semillas del mal comportamiento, en un pensamiento distorsionado y no bíblico. Comenzaremos por identificar los hechos que describen cómo ella piensa acerca de la vida y los pondremos bajo la pregunta: ¿Qué piensa esta persona acerca de lo que está ocurriendo?”

Los pensamientos de Sara


LOS MOTIVOS


Siempre hay algo o alguien que gobierna nuestros corazones, y lo que gobierne nuestros corazones controlará nuestro comportamiento. En esta categoría, recopilamos toda la información que describe lo que Sara quiere de verdad, los deseos que gobiernan su corazón, y los ídolos que han tomado el control. Dado que el comportamiento de Sara es un intento de conseguir lo que quiere de la gente y de las situaciones, necesitamos identificar sus motivos y colocar toda esta información bajo la pregunta: ¿Qué quiere esta persona de, o en medio de, lo que está ocurriendo?

Los Motivos de Sara

En este punto, ¿qué hemos logrado? En lugar de responder de inmediato a la pila caótica de hechos que Sara ha compartido con nosotros, hemos tratado de organizarlos en categorías bíblicas. Ahora la información nos habla, y en muchos casos nos sugiere hacerle más preguntas a Sara y a Eduardo. Esto se cumple particularmente en la categoría de los Motivos, ya que necesitamos saber más acerca de por qué Sara quiere las cosas que quiere. Sin embargo, incluso en el momento inicial de esta relación ministerial, las categorías nos ayudan a armar el rompecabezas, y a comenzar a ver dónde debe lograrse el cambio en Sara y en su matrimonio.


¿QUÉ PASA CON LAS EMOCIONES?


Tal vez usted haya notado que las emociones no eran una de las cuatro categorías de organización. ¿Cómo debemos considerar exactamente el papel que las emociones juegan en nuestras vidas?

La Biblia pinta las emociones humanas, con colores ricos y profundos. Desde los conflictos familiares hasta la intriga política, desde la agricultura rural hasta la vida en la gran ciudad, desde los tiempos de paz nacional hasta generaciones de guerra internacional, de la lealtad y la amistad hasta el rechazo y la traición, de la riqueza y la abundancia a la sequía y la pobreza, de la belleza de un jardín hasta el horror de los desastres naturales, de la libertad y el descanso a la esclavitud violenta y de la adoración pura a Dios hasta todo tipo de idolatría, la Biblia capta toda la gama de la experiencia humana. Está llena de historias con las que podemos identificarnos y personajes que son como nosotros. Aparte de las diferencias históricas y culturales, el mundo bíblico es como nuestro mundo, en su sinfonía de experiencias cotidianas.

La Biblia también es brutalmente honesta, al presentarnos personas y situaciones con un candor que probablemente nosotros, de haberlas escrito, las hubiésemos ablandado. La Biblia se niega a pasar por alto el impacto del pecado en nosotros y en nuestro mundo. Pero también es honesta por otra razón: para demostrar cómo la sabiduría del Señor y la gracia transformadora de Cristo son lo suficientemente potentes como para tratar con los problemas más profundos de la experiencia humana. Si usted lee la Escritura cuidadosamente, nunca se llevará la idea de que la obra de Cristo es para personas bien equilibradas que solo necesitan un pequeño impulso redentor. Nunca presenta ninguna condición o dilema humano fuera del alcance del Evangelio. La redención no es nada más ni nada menos que el rescate de personas impotentes que enfrentan una eternidad de tormento, aparte del amor de Dios.

¿Qué tiene que ver esto con las emociones? Todo. La Escritura, al plasmar experiencias de la vida real en cada página, describe la gama completa de las emociones humanas. Capta los celos violentos de Caín, las lágrimas amargas de la estéril Ana, y el miedo de Israel cuando sus amos egipcios los acorralaron frente al Mar Rojo. Plasma la alegría de la victoria nacional, el regocijo de la adoración pura, y el dolor aplastante de David por la muerte de su perverso hijo Absalón. Representa la depresión de Elías que lo llevó a desear la muerte, la falta de humanidad de los fariseos, y las desesperadas súplicas de los mendigos por la ayuda de alguien. Nos muestra la furia de Cristo en el templo profanado, su pena y dolor por su separación del Padre, y su ternura en la búsqueda de sus confundidos y temerosos discípulos después de Su resurrección. Muestra a Zacarías celebrando el nacimiento de su hijo, y María y Marta de luto por la muerte de su hermano. En la Escritura se representa un arco iris lleno de emociones humanas de una manera que solo Aquel que conoce el corazón podía hacer.

La emoción impregna cada aspecto de nuestras vidas, por lo que no es una categoría separada, a través de la cual podamos clasificar la información sobre una persona. La emoción es un aspecto importante de las cuatro categorías. Cada hecho de la gente se tiñe de emoción. Se intercala en cada situación, respuesta, pensamiento, y motivo que tenemos. La emoción es como el clima de nuestras relaciones y situaciones. Podemos vivir en la tormenta de la ira de alguien o en el calor de la envidia de otro. Es posible que nos encontremos en la noche fría y oscura del dolor o en el cálido verano de la vida, la salud, y la paz. La emoción es una parte esencial de toda relación y situación en la que Dios soberanamente nos ponga.

Nuestras acciones, pensamientos y palabras también tienen componentes emocionales. Captar con precisión los temas y los patrones de comportamiento de alguien, incluye reconocer el color emocional de todo lo que fue dicho y hecho. Los pensamientos tampoco existen en un vacío sin emociones. Si pensamos que nuestro trabajo es imposible, nos enfrentamos a la tarea con frustración y desaliento. Si nos aferramos en nuestros corazones a la bondad, la gracia y la gloria del Señor, vivimos con alegría y esperanza. Usted no puede entender completamente lo que la gente piensa a menos que sepa lo que siente también. Nuestros sentimientos expresan nuestras reacciones a nuestras interpretaciones; y volvemos la espalda e interpretamos también nuestros sentimientos.

Los motivos no son diferentes. Mis emociones son una de las formas en que mi corazón expresa lo que anhela, atesora, y sirve. Si yo vivo por su cariño y usted me rechaza, las emociones de tristeza e ira inundarán mi vida. Si yo valoro la realización personal y tengo éxito, voy a ser feliz, aunque puede que no tenga gozo y mi felicidad sea fugaz. Si queremos saber lo que la gente realmente quiere, tenemos que aprender acerca de su vida emocional. La felicidad es el resultado de obtener lo que anhela mi corazón. El desaliento es la respuesta emocional de mi corazón cuando aquello para lo que vivo se aleja de mí. Mi corazón se llena de miedo cuando de repente pierdo lo que estoy convencido que necesito. En resumen, nuestras emociones reflejan lo que adoramos. Ellas revelan eso que ha cautivado nuestros corazones. Al hacernos a Su imagen, Dios nos dio las emociones, y sirven para ayudarnos a vivir en comunión con Él. Ellas son un indicador clave de si estamos viviendo en gozosa comunión de pacto con Él o al servicio de otra cosa.

Nuestro modelo de organización de la información (Situación, Respuestas, Pensamientos y Motivos) no ignora las emociones. Por el contrario, reconoce que las emociones están presentes en cada situación, cada respuesta, cada pensamiento y cada motivo.


AMAR A DIOS Y LA GENTE LO SUFICIENTE

COMO PARA DEDICARLES TIEMPO


Si usted entiende la historia de la redención, sabrá que Dios no parece tener ese horrible apuro que a menudo caracteriza nuestros esfuerzos de ayudar a los demás. Seguir Su ejemplo significa tomarnos el tiempo para preguntar, escuchar, pensar, interpretar y orar. No debemos asumir que sabemos más acerca de las personas de lo que en verdad conocemos. Seguir el ejemplo de Dios nos anima a tomarnos el tiempo para hacer preguntas bíblicas que ayudan a las personas a mirarse detenidamente a sí mismas y a sus vidas. Nos anima a hacer pregunta tras pregunta, asegurándoles que realmente queremos comprender y organizar lo que aprendemos, de manera tal que podamos pensar sobre ello desde una perspectiva bíblica clara. Hacemos todo esto para llevar la gracia transformadora de Cristo a las personas como realmente son, en medio de lo que realmente están enfrentando.

Este trabajo de conocer a la gente es impulsado por dos grandes mandamientos que Jesús resumió en Mateo 22:37-40:


Jesús le dijo: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.”

Debido a mi amor por Dios, quiero manejar Su verdad exacta, clara y específicamente. Quiero construir puentes de comprensión entre la sabiduría de la Palabra y los detalles de la vida de las personas. Y debido a mi amor por la gente, no voy a estar satisfecho con lanzarles granadas de verdades generales. Más bien, a través de buenas preguntas, de escucharlos con detenimiento, y de una interpretación cuidadosa, voy a entrar en su mundo con el entendimiento necesario para llevar la ayuda de Cristo a donde realmente se necesita. Por estas razones, incluso algo tan aparentemente mecánico como la recopilación de información personal puede ser alimentado por el amor y convertirse en una oportunidad de encarnar la presencia y la gracia de Aquel que es amor.


AMAR

CONOCER

● HABLAR

HACER