onusida
<http://www.unaids.org/es/>
Página oficial de onusida, está en español y pueden encontrarse documentos sobre todos los aspectos de la epidemia.
Censida
<http://www.censida.salud.gob.mx/>
Página oficial del Centro Nacional para la Prevención y el Control del vih/sida, México. Tiene documentos sobre diversos aspectos de la epidemia y varios sitios de interés.
Telsida
52-07-40-77 o 01-800-712-08-89
Puedes plantear dudas y te dan información sobre dónde acudir para hacerte la prueba o para atención médica.
El virus de la inmunodeficiencia humana (vih) ha provocado una epidemia de sida que se ha propagado a todos los rincones del mundo, está ocasionando el retroceso de importantes avances en el desarrollo, acabando con millones de vidas, ensanchando las diferencias entre ricos y pobres y socavando la seguridad social y económica.
Los jóvenes están en el centro de la epidemia mundial de vih/sida porque son fuertemente afectados por ella, pero al mismo tiempo son la mayor esperanza en la lucha contra esta enfermedad.
Aunque generalmente hemos oído hablar del sida, muchas personas no saben cómo se transmite el virus y no creen estar en riesgo de contraerlo. Los que saben algo del vih no aplican esta información en su protección, es decir, no adoptan comportamientos seguros.
Es preciso entender que los factores que aumentan la vulnerabilidad alvihestán profundamente ligados a prácticas y creencias sociales y culturales, la mayor parte de ellas del ámbito íntimo, personal y privado.
Hay que entablar un diálogo abierto en torno a este problema, aprender el uno del otro —los jóvenes de los jóvenes, los jóvenes de los adultos, los adultos de los jóvenes, los adultos de los adultos, los vih negativos de los vih positivos— en cuestiones de respeto, participación, protección contra la infección y contra el miedo y el estigma que rodean a esta enfermedad.
El reporte de onusida de la epidemia, a finales de 2012, señalaba que el número de nuevas infecciones, así como de muertes por vih a nivel global, tenía una tendencia a la baja. Los datos epidemiológicos proporcionados en este reporte indicaban que había 34 millones de personas con vih en el mundo, que durante 2011 se habían producido 2.5 millones de nuevas infecciones y que 1.7 millones de personas habían fallecido ese año.
De acuerdo con esta publicación, de 60 países para los cuales hay información, las nuevas infecciones han bajado 50% en 25 de ellos, principalmente de África subsahariana; sin embargo, en otros nueve países han subido más de 25%. En América Latina el número de nuevas infecciones ha permanecido estable.
En México las estimaciones epidemiológicas indican que existen 180 000 personas que viven con vih, que en un año se producen 9 900 nuevas infecciones y que mueren aproximadamente 4 900 personas cada año.
La epidemia no es homogénea en todas partes; se observan grandes variaciones entre países y aun en distintas regiones de cada uno de ellos. Por ejemplo, en África uno de cada 20 adultos está infectado, mientras que en el mundo se estima aproximadamente uno por cada cien.
En el mundo, las mujeres jóvenes son quienes corren mayor riesgo. Aquéllas de entre 15 y 24 años de edad tienen 1.6 veces mayor probabilidad que los hombres de la misma edad de estar infectadas con elvih. En África, al sur del Sahara, la proporción de mujeres a hombres entre los jóvenes infectados es de 3.6; en Medio Oriente y el África septentrional, 70% de todos los jóvenes que tienenvihson mujeres. Esto se debe a que ellas son más vulnerables a la infección que los hombres por razones biológicas, socioculturales y económicas; pero las adolescentes y las jóvenes enfrentan riesgos adicionales. Por ejemplo, el aparato reproductor de las niñas menores de 14 años es más susceptible de desgarramiento debido a que no ha llegado a la madurez, lo que aumenta el riesgo de infección con elvihy otros padecimietos de transmisión sexual. Las mujeres más jóvenes y las niñas son esencialmente vulnerables a la violencia y a la explotación sexuales, y están en posición desventajosa para negociar los términos de las relaciones sexuales, incluso el derecho a decir “no” y a insistir en la utilización de condones.
Sin embargo, como ya dijimos, la epidemia no es igual en todo el mundo y así, en la mayor parte de Latinoamérica, ésta afecta principalmente a los hombres que tienen sexo con otros hombres (hsh), así como a las personas que usan drogas recreativas inyectables (udi). En México, la epidemia sigue siendo predominantemente masculina: hay entre tres y cuatro hombres infectados por cada mujer infectada.
Podemos deducir, reconstruyendo el pasado prehistórico, que algunos de los virus modernos estaban asociados con los primeros precursores de los mamíferos y evolucionaron conjuntamente con los humanos; otros, sin embargo, entraron a la población humana recientemente.
Las leyes en Mesopotamia describen las responsabilidades de los propietarios de perros rabiosos desde mil años antes de nuestra era. De esa misma época hay jeroglíficos egipcios que ilustran lo que parece ser la consecuencia de infecciones por virus de polio. Otras enfermedades virales conocidas desde tiempos antiguos son la viruela, las paperas y la influenza. La fiebre amarilla se describió cuando los europeos descubrieron África. Algunos virus que eventualmente se establecieron en las poblaciones humanas fueron transmitidos originalmente por animales, igual que hoy en día continúa sucediendo.
Los humanos no sólo hemos sido sujetos de enfermedades virales a lo largo de nuestra historia, sino que hemos manipulado estos agentes aun antes de conocerlos.
El primer reporte de un agente patógeno menor que cualquier bacteria conocida apareció en 1892, cuando el científico ruso Dimitri Ivanovski observó el agente causal de la enfermedad de mosaico en el tabaco, el cual no se podía suprimir usando filtros de porcelana que eliminaban las bacterias.
La característica fundamental de los virus es su dependencia absoluta de un hospedero vivo para reproducirse, lo que los hace parásitos obligados.
Se cree que el vih se introdujo en la población humana entre 40 y cien años atrás, y probablemente haya sido transmitido por chimpancés. Sus efectos patogénicos se describieron a principios de los ochenta, y ya para 1983 se reporta el aislamiento de este agente patógeno.
Los microorganismos pueden producirnos infecciones respiratorias, intestinales, generales, de transmisión sexual y otras, debido a que tienen preferencia por algún órgano de nuestro cuerpo para reproducirse.
Las infecciones de transmisión sexual (its) son causadas por microorganismos que entran en nuestro cuerpo cuando tenemos relaciones sexuales con alguien que las padezca. Antes se conocían como enfermedades venéreas o secretas, y pueden ser causadas por bacterias, parásitos o virus.
Las its suelen causar molestias, aunque algunas de ellas pueden pasar inadvertidas, debido a que no ocasionan síntomas. Sus manifestaciones son muy variadas y no son iguales en hombres que en mujeres. Pero ante cualquier malestar, se debe acudir a una revisión médica.
El riesgo de contagio puede presentarse a partir de una sola relación sexual con alguna persona infectada; sin embargo, es importante saber que las infecciones de transmisión sexual se pueden prevenir. Está comprobado que la presencia de otras its facilita la transmisión y el contagio del vih, en particular las its que producen úlceras genitales o inflamación. Por ejemplo, la gonorrea, las tricomonas y la clamidia aumentan entre tres y cinco veces el riesgo de transmisión del vih.
A continuación se enlistan las its más comunes, los síntomas que presentan tanto en hombres como en mujeres, y la importancia que tienen.
Las infecciones virales dependen de variables complejas como el tipo de virus, las defensas del hospedero y el ambiente, pero también existen patrones comunes. Las infecciones pueden ser rápidas y autolimitadas (llamadas agudas) o de largo tiempo (llamadas persistentes).
Como ya mencionamos, los virus son parásitos obligados, es decir, necesitan entrar en una célula viva para replicarse; algunos infectan y rápidamente matan a la célula hospedera produciendo un gran número de nuevas partículas de virus; otros infectan a la célula y producen nuevas partículas virales infecciosas sin causar la muerte inmediata de la célula, y algunos infectan y no matan a la célula hospedera ni producen virus.
En todos los casos hay tres requisitos básicos para que se produzca la infección: 1) que haya suficiente cantidad de virus para iniciar la infección, 2) que las células con las que ese virus entra en contacto sean susceptibles y permitan la entrada y replicación del virus, y 3) que el sistema inmune del hospedero sea incapaz de controlar la infección. En muchas ocasiones nos exponemos a los virus sin que se produzca una infección ya que alguna de estas condiciones no se cumplió.
La infección porvihpresenta varias etapas: se inicia con el contacto del virus con células susceptibles; después hay un largo periodo —de varios años, entre ocho y diez— en que el virus lentamente va destruyendo algunas células, pero no se presentan síntomas clínicos, y decimos entonces que las personas son “seropositivas”; y hay una etapa final caracterizada por una susceptibilidad mayor a infecciones oportunistas y neoplasias.
El vih