Esta colección bifronte ofrece, en una de sus caras, una serie de textos fundadores del pensamiento renacentista (correspondientes a la Antigüedad Tardía, el Medioevo y al propio Renacimiento) en su traducción al castellano.

Su segundo rostro se conforma por estudios especializados sobre los textos, temas y problemas del pensamiento renacentista que abarcan la historia de la filosofía, el humanismo, la dignidad del hombre, la unidad del bien y la belleza, el pensamiento mágico-astrológico y el pensamiento poético, entre otros muchos.

Jano se propone, con ello, poner a disposición del lector las fuentes y las herramientas para adentrarse, desde un enfoque plural, en el conocimiento y el estudio de las tradiciones que se cultivan en el Renacimiento.

 

 

Comité editorial Colección Jano

Massimo Riva. Brown University

Marie-Elisabeth Boutroue. Centre national de la recherche scientifique

Laura Benitez Grobet. Instituto de Investigaciones Filosóficas, UNAM

Ernesto Priani Saisó. Facultad de Filosofía y Letras, UNAM

María Teresa Rodriguez. Facultad de Filosofía y Letras, UNAM

Silvia Magnavacca. Universidad de Buenos Aires

 

Títulos de la Colección

Sobre el Sol y Sobre el Lumen Por Marsilio Ficino

Traducción de Alejandro Flores Jiménez

Presentación de Ernesto Priani Saisó

Sobre la eternidad del mundo

Ernesto Priani Saisó, coordinador

En viaje hacia el Renacimiento

Silvia Magnavacca

Epistolario

Marsilio Ficino, Pico della Mirandola

Comentario a una canción de amor de Bienivieni

Pico della Mirandola

 

En viaje hacia

el Renacimiento

Silvia Magnavacca

 

Los derechos exclusivos de la edición quedan reservados para todos los países de habla hispana. Prohibida la reproducción parcial o total, por cualquier medio conocido o por conocerse, sin el consentimiento por escrito de los legítimos titulares de los derechos.

Primera edición: Mayo de 2016

De la presente edición:

© Bonilla Artigas Editores, S.A. de C.V., 2016

Cerro Tres Marías número 354

Col. Campestre Churubusco, C.P. 04200

México, D. F.

editorial@libreriabonilla.com.mx

www.libreriabonilla.com.mx

ISBN: 978-607-8450-38-1 (libro electrónico)(Bonilla Artigas Editores)

Responsables en los procesos editoriales en
Bonilla Artigas Editores:

Cuidado de la edición: Nicolás Mutchinick

Coordinación editorial: Felipe Campos Gutiérrez

Diseño de portada: Teresita Love

Diseño digital para ePub: KubikPress

Hecho en México

 

Contenido

Presentación

A manera de introducción

Capítulo 1

Filosofía y lenguaje

Capítulo 2

Entre Metafísica y Antropología

Capítulo 3

Ética e individuo

Capítulo 4

Ética y sociedad

Capítulo 5

Política

Casi una conclusión

 

A María Antonia Ferrer, mi madre, que me enseñó a renacer.

In memoriam

 

Presentación

Este libro es resultado de un acto de generosidad: el de mis colegas de la Facultad de Filosofía de la UNAM, específicamente, los que constituyen el equipo de trabajo coordinado por Ernesto Priani Saisó. Hace ya un tiempo nos reunieron intereses comunes vinculados con la filosofía del Renacimiento. A ella yo había dedicado algunos de mis trabajos, a veces, confrontando el tratamiento que los humanistas hacen de algunos temas con el que recibieron en los siglos finales de la Edad Media. Así, cuando me propusieron este libro, pensé de inmediato que se podía adecuar bien para una colección cuyo nombre es el del dios que mira hacia uno y otro lado, que tanto tiene que ver con la cultura y que, además, según los antiguos romanos, augura buenos finales.

Quise aprovechar la ocasión, entonces, para volver a esos trabajos, revisarlos, escoger algunos y ver hasta qué punto mi pensamiento se ha modificado sobre las cuestiones que encaran. Como era previsible, hay algunas cosas que se mantienen, especialmente, las mencionadas en la “Introducción”. Hay tesis específicas que han sufrido ajustes de enfoque, porque vuelven, como se decía, a temas ya tratados. El capítulo tercero es, en cambio, completamente inédito, ya que aborda la consideración medieval y humanística de la amistad, tema al me he dedicado recientemente en el marco de un proyecto de investigación en curso en Argentina.

En cuanto a aspectos puramente formales, cabe advertir, en primer lugar, que, salvo expresa indicación en contrario, todas las traducciones textuales que aparecen en este libro son propias, así como excepcionales y eventuales subrayados. En segundo lugar, en lo que concierne a la bibliografía, conviene hacer dos observaciones: por una parte, no hemos añadido un elenco bibliográfico como apéndice, precisamente porque, en virtud de la disparidad de los temas que se abordan, una lista única se tornaría dispersa, perdiendo así su utilidad para el lector; por la otra, puede sorprender que algunos de los títulos citados sean de antigua data. Los hemos elegido por considerar que su valor intrínseco sostiene su vigencia frente a textos más recientes que, en nuestra opinión, no los superan. En tercer término, y en lo que hace a cuestiones terminológicas, aclaramos que en varias ocasiones nos hemos valido de un anacronismo: la palabra “intelectual”. Lo usamos con el significado simple que le otorga en contexto medieval Le Goff en su clásico ensayo Los intelectuales en la Edad Media: el intelectual, hombre de ciudad, es alguien cuyo oficio es escribir y/o enseñar, un hombre que es un sabio y un profesor.

Volviendo ahora al contenido de las páginas que siguen, cabe decir que las principales modificaciones hechas sobre antiguos artículos, capítulos o contribuciones a congresos, obedecen, en general, al hecho de que esta vez he antepuesto tratamientos medievales en los temas típicamente humanísticos, precisamente porque se trata de mostrar de qué manera se da el tránsito que nos permite ponernos “en viaje al Renacimiento”. Para ello, hay que ver rápidamente cómo, con elementos similares, van variando –ciertamente, con la espasmódica lentitud propia de los procesos históricos– las figuras en ese calidoscopio que vira desde el Medioevo al Humanismo renacentista.

Más que en cualquier otro período, la filosofía en el Renacimiento reclama un abordaje interdisciplinario, cosa que se ha tenido en cuenta al acercarnos a sus autores. De todos modos, nos hemos ceñido al campo de las ideas sobre el que confluyen otras perspectivas. Asimismo, hemos tomado como referencia esencial, en la “Introducción”, su momento más pleno y emblemático, el siglo XV, con epicentro en Florencia. Aun así, sería imposible abarcar en un solo libro el fenómeno renacentista. Circunscripto de esta manera el radio de examen, nos hemos propuesto una suerte de selección de imágenes: ellas presentan diversos aspectos del pensamiento en ese período.

El criterio de selección tuvo que ver, sobre todo, con diferentes ramas o senderos de la reflexión filosófica que en el Humanismo, y como no podía ser de otra manera, giran en torno de la antropología, del examen acerca de la condición del hombre, sus límites, sus posibilidades y su destino, ya individual, ya colectivo. Sin embargo, previa al tratamiento de cualquier temática –con una anterioridad, claro está, no cronológica– es la consideración del lenguaje filosófico que se está utilizando. El período humanístico no fue una excepción en este sentido.

Sobre todos estos criterios se funda el índice del presente libro. Así, después de una introducción donde se plantea una concepción general sobre el Renacimiento y la crisis del último siglo medieval que le dio lugar, se articulan cinco capítulos:

El primero gira en torno de la cuestión “Filosofía y Lenguaje”. Los ejemplos de la sintaxis y aun de la morfología medievales son confrontados con la crítica que de ellos hace Ermolao Barbaro. Ante ésta, el príncipe de los humanistas, Pico della Mirandola, yergue una defensa encendida del latín de los escolásticos y, lo que es más importante, plantea las diferencias entre elocuencia y retórica. En la base de este discurso está precisamente la mutua implicación que guardan filosofía y lenguaje.

El segundo capítulo, “Entre metafísica y antropología”, encara un eje primordial en esta transición, puesto que examina de qué manera el tejido ontológico de la realidad parte no sólo de Dios –que, además, lo sostiene– sino también del hombre que ha recuperado el centro del escenario filosófico. Lo hace analizando una cuestión sobre la que no se ha insistido bastante pero que es crucial: la recepción del ser por parte del hombre como microcosmos en los autores medievales, y su viraje hacia la constitución del mundo como macrohombre en los humanistas.

Operado el giro antropocéntrico, el capítulo tercero, “Ética e individuo”, se circunscribe a la relación ética de los sujetos humanos entre sí. Estudia esta cuestión a propósito del tema de la amistad, mostrando la diversidad de su tratamiento tanto entre los autores medievales como entre los humanistas y la convivencia de optimismo y escepticismo antropológico en unos y otros.

El cuarto extiende la mirada al ámbito de “Ética y sociedad”. Para ello, sigue a grandes rasgos la evolución del mapa político-social en la Cristiandad entre los siglos XIII y XIV. Explora, así, los nuevos planteos que se formulan ante la crisis del Imperio pero también de las nacionalidades, tomando como ejemplo un autor considerado tardo-medieval y prehumanista a la vez: Dante. Un enfoque de esta índole hace que, tal como sucede en los capítulos anteriores, éste sea una preparación para el siguiente.

El quinto y último capítulo, dedicado a la “Política”, intenta mostrar que, al acercarse el final de la Edad Media, la polémica sobre la superioridad de la vida contemplativa sobre la activa o viceversa, vira hasta convertirse en otra concerniente al papel del consejero del príncipe. Así, este capítulo despliega los hitos fundamentales de la historia del debate sobre ambas formas de vida, en el que se involucraron tanto los autores medievales como los humanistas. De este modo, rastrea la última hebra que liga la política a la ética, antes de llegar a la modernidad de Maquiavelo.

Una serie de consideraciones finales, tampoco publicadas hasta ahora, salvo de modo fragmentado y disperso, cierran el texto que ahora ofrecemos. Ellas conforman “Casi una conclusión”. Desde luego, el adverbio obedece a que en Filosofía –o, lo que es lo mismo, su historia– toda conclusión es, por principio, siempre provisoria. Pero ese “casi” responde también al hecho evidente de lo inacabado, de lo fragmentario: ya se ha anticipado de alguna manera que los pocos capítulos que componen este volumen no alcanzarían ni remotamente a fundar una perspectiva de conjunto del tránsito al Renacimiento, aun cuando abordan aspectos diferentes del fenómeno.

Con todo, la relectura final, de un lado, confirmó los puntos esenciales propuestos en la “Introducción” y concebidos hace años; del otro, sugirió relevar una lista de algunos prejuicios usuales alrededor de la confrontación Medioevo-Renacimiento que resultan desmentidos, o al menos puestos en tela de juicio, por los textos e ideas que aquí se traen a colación. Tampoco ese elenco de prejuicios pretende ser exhaustivo. Sólo esperamos que su invalidación sea de alguna manera útil.

Ciertamente, no están ausentes el texto fundacional del Humanismo, de Petrarca, ni el manifiesto del Renacimiento, de Pico. Pero, como no podía ser de otro modo, el que sigue es un repertorio limitado de aspectos que, dentro de su disparidad, explora y propone una visión de Renacimiento. No se pretende que sea única ni la más válida; sólo una de las muchas posibles en un fenómeno que no sólo es polifacético sino que además se muestra muchas veces contradictorio. En la misma medida es férvido, idealista, apasionado, rebelde… Todo ello ha llevado a pensarlo más de una vez como la adolescencia de nuestro Occidente, hoy tan vituperado, y siempre tan capaz de recuperación, de resurgimiento a partir de las energías que se nutren de sus raíces.

Silvia Magnavacca

Montevideo, en el mes de Jano de 2016