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Plano de Marrakech

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 1  Djemaa el Fna.  2  Medina.  3  Mellah.  4  Kutubia.  5  Jardines Majorelle.  6  Murallas.  7  Madraza Ben Yusef.  8  Tumbas saadíes.  9  La Menara.  10  Palmeral.

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Marrakech, hoy

Cuentacuentos, aguadores, tatuadoras de alheña, artesanos, encantadores de serpientes, sacamuelas, malabaristas, vendedores... y, en medio, el visitante hechizado. Embrujado por construcciones míticas como el minarete de la Kutubia, hermana gemela de la Giralda de Sevilla, el hotel Mamunia, auténtico palacio de las Mil y Una Noches, o por espacios verdes como el jardín de la Menara o del Agdal.

Marrakech bien merece el sobrenombre de “la Perla del Sur”. La famosa plaza Jemaa El Fna sólo es el principio del nuevo mundo de sensaciones que espera al visitante. Perderse por el zoco, dejarse fascinar por la teatralidad de los contadores de cuentos, compartir un sabroso tajín o un delicioso alcuzcuz con los marrakechíes en los restaurantes populares... La ciudad roja promete cientos de experiencias y sólo pide una cosa al visitante: que esté abierto a un nuevo mundo, a dejarse fascinar por una cultura diferente, a adoptar nuevas costumbres.

Situada al suroeste de las montañas del Atlas, en la llanura del Haouz, con su más de 1,5 millón de habitantes, Marrakech vive por y para el turismo. Todo son facilidades para el visitante: alojamiento de los más diversos estilos y calidades, restaurantes para todos los gustos y bolsillos. Pero lo mejor de la ciudad son los numerosos monumentos declarados patrimonio de la Humanidad, que harán las delicias de los amantes del arte.

Marrakech tiene un pasado esplendoroso. Las dinastías almorávide y almohade se fraguaron en esta ciudad. Ha visto nacer y morir imperios permaneciendo impasible para llegar a nuestros días con renovado esplendor. La ciudad siempre ha atraído a grandes personajes a lo largo de su historia, el primer ministro británico Winston Churchill sintió este flechazo, e hizo célebre la frase “Si dispones de un día en Marruecos, pásalo en Marrakech”.

Recomendaciones para el viaje

Época y equipaje

ituada en el centro del país y a los pies del Alto Atlas, la época más propicia para visitar la ciudad y alrededores es la que abarca los meses de octubre hasta abril, cuando los días son cálidos pero no abrasadores como en pleno verano. Las noches pueden llegar a ser bastante frías (por debajo de los 15ºC). Llueve poco en la ciudad, una media de 247 mm entre octubre y mayo, pero a menudo lo hace de forma torrencial.

Sea cual sea la época del año que se escoja para visitar la ciudad es aconsejable llevar ropa de manga larga, no solo por no desentonar con las costumbres locales más recatadas —tanto para hombres como para mujeres—, sino por el fuerte sol de la zona. Por ello tampoco se debe olvidar la protección solar, el gorro y las gafas de sol. A diferencia de otros países musulmanes donde la visita a las mezquitas es un atractivo turístico más, en Marruecos la entrada de no musulmanes en ellas está prohibida (herencia del protectorado francés), así que no será necesario para las mujeres llevar pañuelo.

Dinero

La moneda utilizada en Marruecos es el dirham (DH). Se emiten billetes de 20 a 200 dirhams y monedas de 0,5 a 10 dirhams. Un dirham equivale aproximadamente a 0,10 euros (1 euro = 10 dirhams). Resulta mucho más sencillo cambiar euros o dólares a dirhams en Marruecos que solicitar el cambio desde el país de origen del visitante. Todas las sucursales bancarias marroquíes ofrecen este servicio, así como multitud de pequeñas oficinas de cambio, a menudo integradas en negocios de compraventa de oro. Los bancos suelen abrir de 8.30 h a 12 h y de 14.30 h a 17.30 h de lunes a viernes (en verano cierran a las 14 h). Los cambistas, principalmente en las zonas más turísticas, hacen un horario más extenso abriendo incluso los domingos. En el aeropuerto se desaconseja cambiar dinero si no es imprescindible, por las tarifas generalmente desfavorables para el viajero.

Las tarjetas de crédito internacionales se aceptan en la mayoría de establecimientos turísticos, aunque en algunos sitios cargan el coste de la gestión al cliente. La mayoría de sucursales bancarias disponen de cajero automático, que aceptan las tarjetas de crédito más comunes. Eso sí, debido a la gran afluencia de visitantes es posible que los cajeros de la zona de Djemaa el Fna y de la medina no dispongan de billetes avanzado el fin de semana. Para solucionar este inconveniente la mejor opción es utilizar los cajeros automáticos del barrio de Guéliz. Fuera de la ciudad no es tan fácil encontrar dispensadores de billetes, por lo que se aconseja retirar el dinero antes de partir.

Llamar por teléfono

Para llamar a Marruecos desde España hay que marcar el 00 internacional y el prefijo del país 212 seguido del prefijo de zona sin el cero.

Si se trata de un móvil, es obligado eliminar también el cero y marcar normalmente 00+212+número del móvil.

Para llamar a España desde Marruecos, hay que marcar el 00 internacional, el prefijo español 34 y el número de abonado completo.

Para llamadas en Marruecos es necesario marcar 0+prefijo de la zona+ número de abonado, y si se trata de un móvil, incluir el 0 antes de los 8 dígitos.

De España a Marrakech: 00+212+524+no abonado

De Marrakech a España: 00+34+no abonado

De Marruecos a Marrakech: 0+524+no abonado

De Marrakech a otras provincias: 0+prefijo de provincia + no abonado

Mujer

La sociedad marroquí es respetuosa con sus mujeres y también con las extranjeras. No se debe confundir el recato en el vestir (común en ambos sexos) con la represión. Una mujer extranjera no deberá cambiar su forma de vestir en Marruecos, a no ser que se sienta más cómoda respetando la costumbre local de vestidos anchos. Llevar ropas excesivamente ajustadas o mostrar mucha piel puede suponer dos cosas: sufrir un golpe de calor y/o tener que soportar moscones todo el día.

Aparte de los temas superficiales del vestir, en Marruecos todavía hay ciertas diferencias entre sexos. Los cafés son claramente dominio masculino. Los bares acostumbran a albergar mujeres de dudosa reputación. Ello no implica que una mujer sola tenga prohibida la entrada a estos espacios, pero no será el sitio más confortable para ella. Para tomar un café, los salones de té-pastelerías son el lugar más recomendable, pues acogen grupos mixtos y también de chicas solas.

Igualmente, no es aconsejable pasear sola por la noche ni hacer autostop. Por desgracia, la televisión ha difundido una imagen de la mujer occidental que provoca que aquello que un marroquí nunca se atrevería a proponer a una mujer de su propia nacionalidad, lo haga sin asomo de vergüenza a una occidental. La prudencia e imitar el comportamiento de las marroquíes asegurará un buen viaje.

Asimismo, las mujeres conservan también espacios propios en las casas, como por ejemplo en las azoteas. Una mujer extranjera está en clara ventaja con los hombres, pues podrá acceder a este espacio privado con facilidad.

Hora marroquí

La hora marroquí se rige por el Meridiano de Greenwich (GMT). En verano hay dos horas de diferencia con España (las 10 h en Marruecos son las 12 h en España) y en invierno, una. Los horarios en Marruecos se asemejan a los franceses, realizando la pausa para comer entre 12 h y 14.30 h. El fin de semana –a diferencia de otros países árabes que lo realizan viernes y sábado– cae en sábado y domingo. Aun así, el día más importante es Al-yuma, viernes. Su nombre significa “la reunión”, y hace referencia a la oración colectiva que se realiza en las mezquitas. La pausa para la comida suele ser más larga los viernes para permitir a los trabajadores visitar el templo.


Seguridad

Marrakech sabe que su principal baza es el turismo, así que la seguridad está muy cuidada. Son extraños los hurtos, a excepción de los carteristas de la zona de la plaza Djemaa el Fna. Las mujeres solas no tendrán problema para visitar la ciudad, solo algún piropo puede causar molestias. La palabra “policía” suele bastar para ahuyentar a los moscones. Cualquier problema de envergadura relacionado con el turismo: falsos guías, estafas, acoso,... es gestionado por la brigada turística de la policía. Este cuerpo vigila estrechamente el correcto comportamiento de los marrakechíes con el turismo, y atiende amablemente a los visitantes en apuros. Plaza Jemaâ El Fna, cerca de la oficina de correos. Tel. 524 384 601 y 524 888 680. Abierto las 24 horas.

OTROS TELÉFONOS DE INTERÉS

Policía: 19

Emergencias médicas: 524 404 040

Ambulancia: 524 443 724

Farmacia de guardia en Djemaa el Fna: 524 430 415

Hospitales: 524 446 399 (Guéliz), 524 438 585 (Hivernage)

Asistencia en carretera: 177



Alojamiento

Marrakech cuenta con más de 150.000 camas para el turismo. Aun así, en temporada alta es mejor reservar habitación y no dejar nada al azar. Incluso es aconsejable llamar al hotel el día de la llegada para asegurar que la reserva ha sido anotada correctamente.

Los hoteles se clasifican en 5* Lujo, 5*, 4*, 3*, 2* y 1*. La equivalencia con la clasificación europea no es exacta, una misma categoría en Marruecos suele tener menos prestaciones, pero el precio también es menor, por lo que se puede optar por categorías más altas. Se pueden encontrar hoteles de la principales cadenas hoteleras internacionales, así como hoteles y hostales de gran encanto.

Los riad son un mundo aparte (véase recuadro siguiente). Se pueden alquilar enteros o por habitaciones. Otra opción son las villas y casa de huéspedes, en general de precio más elevado, pero de gran calidad y un esmerado servicio.

También hay albergues juveniles para presupuestos ajustados. No suelen imponer límites de edad, pero exigen el carné de alberguista internacional (www.hihostels.com). Fuera de la ciudad se encuentran los campings y casas rurales. Estas últimas suelen ubicarse en las zonas más atractivas de las montañas, en los principales centros de excursiones. Los campings acostumbran a presentar condiciones muy irregulares.

Algunas webs útiles para encontrar alojamientos son:

www.madein-marrakech.com

www.riads-marrakech.net

www.espace-maroc.com


Riad

Las cascos antiguos de Marruecos albergan auténticas maravillas arquitectónicas. En el imaginario popular destacan los riad (casa grande con jardín interior), pero también hay excelentes dar (casa sin jardín) y douiria (vivienda adosada al riad o dar).

Los riad son casas cerradas al exterior, hacia donde solo hay pequeñas ventanas, la mayoría recubierta con celosías. Los riad se abren a un patio interior, algunos poseen árboles y fuentes.

La belleza de sus edificios, compaginada con la supervivencia de una forma de vida que ha mantenido el uso originario de los riad, ha motivado la catalogación de la medina de Marrakech como patrimonio universal. Este hecho ha propiciado que inversores de todo el mundo hayan dirigido su mirada hacia las viejas construcciones de la ciudad, comprándolas y restaurándolas para convertirlas en viviendas o hoteles.

Las restauraciones suelen ir en dos direcciones: una con voluntad modernizadora, que respetando la tradición dota a las casas de elementos actuales como baños completos, calefacción... Otras han mantenido exactamente la misma estructura y funciones. A menudo se utiliza el tadelakt, un rebozado de cal brillante y impermeable que utiliza cal de Marrakech como materia primera. El uso de este material es complejo, por lo que existen expertos artesanos, los maale, especializados en su colocación.

Los riad son un compendio maravilloso del saber artesanal. El trabajo de la madera en las celosías, único en el mundo árabe, y en los techos y puertas, el trabajo de la forja para rejas y barandillas, la cerámica para la decoración de suelos, paredes y tejados, son sólo una muestra del gran trabajo realizado en estos edificios.

Es posible encontrar riad en la mayoría de ciudades del país, pero los de Marrakech, Fez y Essauira son los más reputados. Son un gran atractivo para el turismo, pues que permiten sentir la autenticidad de la ciudad.



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10 visitas imprescindibles

1. Djemaa el Fna: Las mil y una noches en vivo

2. Medina: Laberinto de tiendas y artesanos

3. Mellah: La antigua judería

4. Kutubia: La mezquita más esplendorosa

5. Jardines Majorelle: Relax con glamour

6. Murallas: Frontera entre lo nuevo y lo viejo

7. Madraza Ben Yusef: La más bella escuela coránica

8. Tumbas saadíes: Un secreto bien guardado

9. La Menara: El parque del sultán

10. Palmeral: El oasis junto a la ciudad

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1 DJEMAA EL FNA

La plaza más increíble del mundo

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Quienes conocen Djemaa el Fna coinciden en señalarla como la plaza más increíble del mundo. El espectáculo espontáneo e ininterrumpido que allí se desarrolla cada día del año no tiene parangón en ningún otro sitio del planeta.

De planta irregular, Djemaa el Fna fue hasta el siglo XIX plaza de ejecución pública. De ahí su nombre, que significa literalmente “asamblea de los muertos”. Al parecer, hasta la llegada de los franceses, las cabezas de los condenados a muerte se colgaban a la vista de todos para escarmiento público.

Pero hoy Djemaa el Fna es la antítesis del terror, y solo quienes teman a las muchedumbres, la música, el jaleo, el jolgorio y el desorden deben reservar alguna reticencia antes de acercarse a ella. La plaza está viva a cualquier hora del día. No goza de ningún edificio que la haga especialmente destacable –aunque la cercana Kutubia preside el horizonte–, pero no es la arquitectura la que le otorga su carácter único en el mundo, sino los marroquíes que la pueblan. Y los turistas, que ejercen de actores secundarios.

Los primeros en llegar por la mañana son los exprimidores de cítricos. Carros convertidos en tiendas con preciosos cargamentos de naranjas, limones y pomelos, principalmente. Por un módico precio se recibe una inyección de vitaminas recién exprimidas y se puede entablar una divertida conversación con los descarados vendedores. Frutos secos de inmejorable aspecto como dátiles, almendras o cacahuetes contribuyen a hacer atractivos los carruajes convertidos en comercios, que se instalan en el ala oriental de la plaza de forma ordenada y que permanecen abiertos desde las nueve de la mañana hasta la medianoche o incluso más tarde en pleno verano.