La Penal de Oblatos

Historias siniestras de vida y muerte

Colección Jalisco

Serie Edificios y espacios públicos

La Penal de Oblatos

Historias siniestras de vida y muerte

Universidad

de Guadalajara

Centro Universitario

de la Costa

Jesús Zamora García

Itzcóatl Tonatiuh Bravo Padilla

Rectoría General

Miguel Ángel Navarro Navarro

Vicerrectoría Ejecutiva

José Alfredo Peña Ramos

Secretaría General

Mario Alberto Orozco Abundis

Rectoría del Centro Universitario

de Arte, Arquitectura y Diseño

Ernesto Flores Gallo

Rectoría del Centro Universitario

de la Costa

José Alberto Castellanos Gutiérrez

Rectoría del Centro Universitario

de Ciencias Económico Administrativas

José Antonio Ibarra Cervantes

Coordinación del Corporativo

de Empresas Universitarias

Edgardo Flavio López Martínez

Dirección de la Editorial Universitaria

Coordinación editorial

Sayri Karp Mitastein

Coordinación de diseño

Edgardo Flavio López Martínez

Cuidado editorial

Jorge Orendáin Caldera

Diseño

Edgardo Flavio López Martínez

Virginia Ramírez Moreno

Primera edición electrónica, 2014

Coordinador de la colección

Carlos René de León Meza

Texto

© 2010, Jesús Zamora García

Ilustraciones

©2010, Jorge Enrique Fregoso Torres

D.R. © 2011, Universidad de Guadalajara

Editorial Universitaria

José Bonifacio Andrada 2679

Colonia Lomas de Guevara

44657 Guadalajara, Jalisco

www.editorial.udg.mx

01 800 UDG LIBRO

ISBN 978-607-450-330-2

2011

Hecho en México

Made in Mexico

La Penal de Oblatos. Historias siniestras de vida y muerte

se terminó de editar en las oficinas de Editorial Universitaria, José Bonifacio Andrada 2679

Lomas de Guevara 44657, Guadalajara, Jalisco

Para la formación de este libro se utilizaron las tipografías Karmina y Karmina Sans diseñadas por José Scaglione y Veronika Burian.

Se prohíbe la reproducción, el registro o la transmisión parcial o total de esta obra por cualquier sistema de recuperación de información, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia o cualquier otro, existente o por existir, sin el permiso por escrito del titular de los derechos correspondientes.

Zamora García, Jesús

La Penal de Oblatos. Historias siniestras de vida y muerte / Jesús Zamora García. 1a ed. Guadalajara, Jalisco : Editorial Universitaria : Universidad de Guadalajara, Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño : Centro Universitario de la Costa, 2011.

(Colección Jalisco : serie edificios y espacios públicos)

Bibliografía: p. 93

ISBN 978-607-450-330-2

1. Prisiones-Guadalajara, Jalisco (México)-Edificios

2. Arquitectura-Guadalajara, Jalisco (México)-Historia

3. La Penal de Oblatos (Guadalajara, Jalisco)-Historia. I. t. II. Serie

725.609 7235 .Z25 (DD21)

HV9514 .J26 .Z25 (LC)

La Penitenciaría de Oblatos. amg.

La Penal de Oblatos en 1970. amg.

10Presentación

13Fundación

17Ubicación

23Composición de la Penal

33Andanzas

39Oblatos y las luchas políticas

43«El Rastro»

49«La Loba» y «El Corralito»

53Vida diaria y presos en Oblatos

67Las fugas de Oblatos

73Los motines

79El Departamento I y los motines de octubre

89«Buenos días, Penal»

91El escape de Oblatos

93Referencias

Índice

La Penal de Oblatos. Historias siniestras de vida y muerte

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Presentación

Por desgracia, una de las ciudades coloniales de México que mayor de-vastación ha sufrido sobre su patrimonio histórico y cultural, es la de Guadalajara, capital del estado de Jalisco. La segunda mitad del siglo xix y la primera del xx representan dos etapas en que su configuración arquitectónica sufrió, bajo la premisa de la idea del progreso, terribles cambios que llevaron a la destrucción de numerosos e invaluables edi-ficios y espacios públicos. Estas construcciones, que significaban un rasgo de identidad no sólo para los tapatíos sino para todos los jalis-cienses, simboliza ahora un vago recuerdo de un lejano cuento narrado por nuestros abuelos, un sentimiento de nostalgia para aquellos que tu-vieron la fortuna de conocer algunos de ellos, pero, sobre todo, un dejo de frustración y reclamo entre los que no tuvimos la fortuna de admirar su belleza.

Los inmuebles más afectados fueron los de carácter religioso; de algunos de ellos sólo podemos observar pequeños espacios que se res-

Presentación

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petaron, pero muchos desaparecieron por completo. Ejemplo de los primeros son los conventos de San Francisco, El Carmen, San Juan de Dios, San Agustín y Santa Mónica. De los segundos, el mejor ejemplo es el palacio del arzobispado que se ubicaba en lo que hoy es la sede del gobierno municipal, el convento de San Diego, Santa María de Gracia, entre otros. También varias casas coloniales del centro histórico fueron derrumbadas o transformadas para dar lugar a establecimientos comer-ciales como Las Fábricas de Francia, El Nuevo Mundo, El Nuevo París, y a la construcción de plazas. Basta tener presente la demolición de las manzanas ubicadas a espaldas de Catedral en las que se ubicaba el Pa-lacio de los Cañedo.

Son innumerables los ejemplos de fincas destruidas en la ciudad de Guadalajara; pero también al interior del estado de Jalisco se dio este grave proceso que implicó la desaparición de importantes hacien-das como la de Cuisillos, El Cabezón, Los Cedros, Atequiza, San Isidro Mazatepec, Buenavista, así como fábricas de hilados, papel, tabaco y espacios industriales. Es plausible, por ello, el esfuerzo que realiza la Editorial Universitaria no sólo por rescatar del anonimato la historia de esos edificios y espacios públicos ya desaparecidos, sino por brindarnos una herramienta que nos permita conocer esas edificaciones a través de los cautivadores e interesantes relatos que van acompañados de valiosas imágenes y fomentar, al mismo tiempo, una conciencia crítica que nos motive a buscar la preservación de aquellos otros que han sobrevivido.

Estamos ciertos que esta nueva serie de publicaciones, pertene-ciente a la Colección Jalisco, será del agrado y disfrute de los lectores, quienes nos sentiremos transportados a un viaje fascinante por el tiem-po que nos llevará a recordar viejos momentos familiares o a construir etapas de una vida cotidiana que sólo se podrán vivir en el imaginario de cada uno de nosotros al momento de conocer a los personajes que los habitaron, los disfrutaron o, en su defecto, los sufrieron.

La Penal de Oblatos en la década de los treinta. ahj.

Fundación

Aquí en la Penal había una fuente que tenía pescaditos. Entonces me encontré un día un preso que estaba echando los pescaditos por el resumidero.

Y le dije: ¿Qué estás haciendo aquí?

Me respondió: Yo estoy echando los pescados a «la libre», pa'que se vayan. Pobrecitos, ¿Por qué están aquí presos? Uno hace algo, pero ellos no hacen nada.

¿Por qué van a estar aquí?

Don Reyes, ex celador de la Penal de Oblatos, 1958–1978.

Sesenta pesos gastó en cohetes el gobierno de Jalisco para celebrar la inauguración de la Penitenciaría del Estado, mejor conocida en la ciudad como la Penal de Oblatos. La apertura se llevó a cabo el 8 de julio de 1932. Para dicha ocasión, la Banda Musical del Estado de Jalisco ejecutó una breve sección musical. Don Manuel Acosta Ba-yardo, secretario del Ayuntamiento, fue el encargado de pronunciar un discurso lleno de «juventud y entusiasmo revolucionario». Se permitió la entrada a los habitantes de la época para que admira-ran la fortaleza de sus instalaciones. Ese año, la recién inaugurada cárcel fue considerada una moderna construcción acorde a los nue-

Para Alejandra

La Penal de Oblatos. Historias siniestras de vida y muerte

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vos tiempos. Una placa conmemorativa se colocó a la entrada del edifico, en la que se leyó lo siguiente: «En 1930, y siendo Gober-nador Provisional del Estado el C. José María y Cuéllar, se inició esta obra, y fue concluida e inaugurada el 8 de julio de 1932, bajo el go-bierno del C. Licenciado Sebastián Allende.»

Así empezó su historia una de las construc-ciones más emblemáticas de la Guadalajara del siglo XX: la Penal de Oblatos. Propiamente, el lugar debe llamarse El Penal dada la condición masculina de la palabra; sin embargo, para el caso de esa prisión, en Guadalajara referimos al lugar como «la Penal» ya que es una contrac-ción de la idea con que se conoció a «La Colonia Penal». Más que un espacio de castigo, la Peni-tenciaría de Oblatos fue pensada como un lugar de convivencia carcelaria, cuya estructura or-ganizativa contendría en su interior las formas de relación propias de un pequeño pueblo. Tan sólo debo comentar la existencia en el Archivo Histórico de Guadalajara, de un mapa de 1932, en el cual se señalan espacios para talleres, salo-nes de escuela, almacenes, una enfermería, un teatro, un estanque, varios jardines y un amplio espacio que cubría la mitad de la Penitenciaría como un campo agrícola que hacía las veces de área deportiva. El hecho es que se trataba de lograr una reproducción organizada de la vida exterior en el interior. Esa recreación incluía también espacios negros vinculados a los más

Plano de la Penal de Oblatos en 1930. ahj, clave f-11-932.

Fundación

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terribles escarmientos. Las celdas de castigo conocidas dentro de Oblatos como «Las Lobas», son un ejemplo de éstos: cuartos de aisla-miento total, en los que ni un soplo de luz entraba. El nombre de Obla-tos le vino a la Penal de la zona en que fue situada. Fue ahí que en el siglo XVII se instalaron los religio-sos conocidos como «Los Oblatos», un vasto grupo de misioneros que viajaban por el mundo, abriendo paso al cristianismo donde la labor de los sacerdotes «oficiales» no estaba bien asentada. La Penal de Oblatos tomó el lugar de la antigua Penitenciaría de Escobedo en 1932, la cual fue construida durante la década de los cuarenta del siglo XIX en los huertos del Convento del Carmen. Actualmente, en dicho lu-gar se encuentra el llamado Parque Revolución —popularmente cono-cido como «El Parque Rojo»— en el cruce de la avenida Federalismo y la calle Juárez del sector Hidalgo.

El diseño de los baños en la Penal de Oblatos fue extraído de una revista inglesa. ahj.

Detalle del plano de la Penal de Oblatos. ahj, 1975.