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Pedro de Morales

Triunfo de los santos

Créditos

ISBN rústica: 978-84-9816-546-3.

ISBN ebook: 978-84-9953-475-6.

Sumario

Créditos 4

Presentación 7

La vida 7

Personajes 8

Prólogo 9

Jornada primera 13

Escena I 13

Escena II 20

Escena III 28

Jornada segunda 37

Escena I 37

Escena II 45

Escena III 51

Jornada tercera 59

Escena I 59

Escena II 64

Escena III 75

Jornada cuarta 81

Escena I 81

Escena II 86

Escena III 90

Jornada quinta y última 101

Escena I 101

Escena II 106

Escena última 114

Libros a la carta 127

Presentación

La vida

Pedro de Morales (Valdepeñas, 1538-1614, México). España.

Pedro de Morales ejerció como abogado en Madrid y en Granada antes de entrar en la Compañía de Jesús en 1570. Poco después partió a la Nueva España con la expedición que incluía a Pedro de Hortigosa para «leer las artes y teología» en el Colegio de San Pedro y San Pablo.

Morales trabajó luego como calificador e inquisidor del Santo Oficio y como consultor en el Tercer Concilio Mexicano en 1585.

Vale destacar que en el Virreinato de México la práctica teatral tuvo para la Compañía de Jesús una finalidad «catequística». En los tiempos de Pedro de Morales, el drama religioso era un elemento clave en la labor educativa de la Compañía. Y según prescribía Ignacio de Loyola se debía de hacer más ameno e interesante el magisterio con la realización de actividades como la rima de versos o la práctica de diálogos recitados.

Personajes

Albinio, caballero

Caridad

Cromacio, presidente

Crueldad

Daciano, adelantado

Diocleciano, emperador

Dos alguaciles

Esperanza

Fe

Gentilidad

Idolatría

Iglesia

Magno Constantino

Nuncio

Olimpio, caballero

Pregonero

San Doroteo, mártir

San Gorgonio, mártir

San Juan, mártir

San Pedro, mártir

Secretario

Silvestre, papa

En México, por Antonio Ricardo

Prólogo

En que se representa la persecución de Diocleciano y la prosperidad que se siguió con el imperio de Constantino.

La Caridad, que es siempre agradecida

y nunca un solo punto estuvo ociosa,

fuerza a salir en algo de medida

en fiesta tan solemne y tan dichosa;

y, agradeciendo el don de la venida

de las reliquias santas, no reposa

hasta que sus triunfos celebrando

en todos vaya el bien comunicando.

Y para que mejor se entienda y vea

la gloria que a los santos es debida, 10

cuéntanse las hazañas y pelea

con que ha sido por ellos merecida;

y pues que Dios se ensalza y se recrea

en ver que por su amor dieron la vida,

quien a los santos ama será justo,

oiga con atención, silencio y gusto.

Y aunque de todos géneros y estados

de cuerpos santos Dios ha concedido

a México los huesos consagrados,

no puede ser de todos referido 20

el modo con que fueron coronados,

y así entre todos hemos escogido

los mártires sagrados, cuya historia

causa a los cuerpos santos suma gloria.

Es la tragedia, historia muy sabida,

de la persecución y torbellino

con que por Diocleciano combatida

la Iglesia fue, y después por Constantino

a suma paz y bien restituida.

Mostrándose mayor favor divino 30

a la sazón, que por juicio humano

parece estaba lejos de su mano.

La Iglesia, de virtudes adornada,

estaba en su reposo muy contenta,

pensando ser la lluvia ya pasada;

y entonces se levanta más tormenta,

que la Gentilidad acompañada

de Idolatría y Crueldad cruenta,

venciendo el pecho de Diocleciano,

hacen que en perseguirnos ponga mano. 40

Viendo la tempestad que se movía,

san Pedro, san Gorgonio y Doroteo

(que eran en el palacio de valía)

proponen al martirio su deseo.

Publica el César su cruel porfía

con edicto y pregón horrendo y feo.

Cromacio en Asia a perseguir la gente

se parte, y Daciano al occidente.

Hace la Iglesia digno sentimiento

en tiempo de peligro y pena tanta. 50

Las Virtudes le dan divino aliento

con que el deseo al padecer levanta.

Un caballero, con ilustre intento,

llamado Juan, movido de ira santa

en la corte, con ánimo valiente,

los edictos rompió públicamente.

Siendo por esto preso y afligido

y ante el emperador atormentado,

al fin no pudo un punto ser movido.

Pedro, al sacro martirio aficionado 60

publica ser cristiano y haber sido

con Doroteo y Gorgonio acompañado,

y dando por su fe razones fuertes,

fueron a padecer dichosas muertes.

Procura el César que en ninguna vía

se dé a los cuerpos santos sepultura,

pero la Iglesia, como madre pía,

con grande pompa dársela procura.

Supo el emperador que no podía

vencer la fe conforme a su locura, 70

y de rabia y furor dejó el estado,

y murió duramente atormentado.

Sucede en el imperio Constantino,

a quien la Santa Cruz por estandarte

fue dada; y con aquel favor divino

venció a Magencio el venturoso Marte.

Después, estando ya al morir vecino,

sin ser para sanarle el mundo parte,

llamó a Silvestre del monte Sorano,

y siendo bautizado quedó sano. 80

Reconociendo pues el beneficio

tan raro, tan precioso y soberano

para hacer a Dios algún servicio,

entronizó a Silvestre por su mano.

Restituyó el divino sacrificio

y tanto ennobleció el pueblo cristiano

que con razón la Iglesia, de afligida,

quedó triunfante y muy engrandecida.

Hizo buscar los huesos consagrados

que la persecución había escondido; 90

y siendo dignamente venerados,

les dio templos y culto enriquecido.

Siendo pues nuestros bienes restaurados

en estado cual nunca habían tenido,

vuélvese la tragedia de dolores

en cánticos divinos y loores.

Triunfa finalmente con grandeza

de la Gentilidad la Iglesia Santa;

de Idolatría, Fe con gran firmeza;

y de la Crueldad que al mundo espanta 100

la divina Esperanza sin flaqueza,

que puso al duro golpe la garganta;

y al fin la Caridad que a todas ellas

concede silla sobre las estrellas.

Y dada brevemente desto cuenta,

pido atención devota, pues la pide

la grave historia que se representa.

Y quien con la flaqueza nuestra mide

la empresa grande, ve que sin afrenta

el saber de alcanzarla se despide; 110

pero en hecho tan arduo y tan debido

es gloria acometiendo ser vencido.