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PRÓLOGO A ESTA EDICIÓN

PRÓLOGO A LA PRIMERA EDICIÓN

INTRODUCCIÓN

LO QUE COMPRENDE EL DUCE

ABREVIATURAS USADAS EN ESTE DICCIONARIO

PRIMERA PARTE
VOCABULARIO (EXCEPTO VERBOS)

A

B

C

D

E

F

G

H

I

J

K

L

M

N

Ñ

O

P

Q

R

S

T

U

V

W

X

Y

Z

SEGUNDA PARTE:
VERBOS

A

B

C

D

E

F

G

H

I

J

L

M

N

O

P

Q

R

S

T

U

V

X

Y

Z

TERCERA PARTE:
APÉNDICES

1. ACENTUACIÓN ESPAÑOLA

1.1. PALABRAS AGUDAS, GRAVES, ESDRÚJULAS Y SOBRESDRÚJULAS

1. 2. USO DEL ARTÍCULO ANTE PALABRAS QUE COMIENZAN POR A O HA ACENTUADAS

1.3. TILDE DIACRÍTICA O DISTINGUIDORA

1.4. TILDE ENFÁTICA O PONDERATIVA

1.5. ACENTUACIÓN DE PALABRAS CON DIPTONGO Y CON HIATO

1.6 ACENTUACIÓN DE PALABRAS COMPUESTAS

1.7. ACENTUACIÓN DE TÉRMINOS EXTRANJEROS

1.8. TILDE EN LETRAS MAYÚSCULAS

1.9. PALABRAS CON DOBLE ACENTUACIÓN

A

B

C

D

E

F

G

I

L

M

N

O

P

R

T

V

Z

2. ADIVINACIÓN

3. ANIMALES

4. NOMBRES COLECTIVOS

5. COLORES

6. CONSTRUCCIÓN Y CONCORDANCIA HIPOTÉTICA

7. DIMINUTIVOS Y AUMENTATIVOS

7.1. DIMINUTIVOS

7.2. AUMENTATIVOS

8. GÉNERO

9. GENTILICIOS

10. MAYÚSCULAS Y MINÚSCULAS

10.1. MAYÚSCULAS SOSTENIDAS

10.2. USO DE MAYÚSCULAS INCIALES

10.3. SE ESCRIBIRÁN CON INICIAL MINÚSCULA

11. NUMERALES

11.1. NUMERALES CARDINALES

11.2. NUMERALES ORDINALES

11.3. NUMERALES PARTITIVOS

12. PLURAL

13. PRONOMBRES

13.1. PRONOMBRES PERSONALES

13.2. PRONOMBRES DEMOSTRATIVOS, POSESIVOS, RELATIVOS E INDEFINIDOS

13.3. PRONOMBRES INTERROGATIVOS Y EXCLAMATIVOS

14. PUNTUACIÓN

14.1. USO DEL PUNTO (.)

14.2. USO DE LA COMA

14.3. USO DEL PUNTO Y COMA

14.4. USO DE LOS DOS PUNTOS

14.5. USO DE LOS PUNTOS SUSPENSIVOS

14.6. USO DE LOS SIGNOS DE INTERROGRACIÓN Y DE EXCLAMACIÓN

14.7. USO DE LOS PARÉNTESIS

14.8. USO DE LOS CORCHETES

14.9. USO DE LA RAYA, GUION LARGO O GUION MAYOR

14.10. USO DEL GUION O GUION MENOR

14.11. USO DE LAS COMILLAS

14.12. OTROS SIGNOS ORTOGRÁFICOS

15. VERBOS: SUS ACCIDENTES Y USO

15.1. MODO

15.2. TIEMPO

15.3. NÚMERO

15.4. PERSONA

ALGUNAS NOTAS SOBRE EL USO DE LOS TIEMPOS VERBALES

INFINITIVO

GERUNDIO

PARTICIPIO

LISTA DE VERBOS CON DOBLE PARTICIPIO

VERBOS QUE TIENEN SOLO PARTICIPIO IRREGULAR

MODOS DEL VERBO

MODO INDICATIVO

TIEMPOS SIMPLES

TIEMPOS COMPUESTOS DEL INDICATIVO

MODO SUBJUNTIVO

TIEMPOS SIMPLES DEL SUBJUNTIVO

TIEMPOS COMPUESTOS DEL SUBJUNTIVO

CUARTA PARTE:
SUPLEMENTOS
GRÁFICOS

APROXIMACIÓN A LA MÚSICA NACIONAL

DIVERSIDAD Y GÉNERO

INFORMÁTICO O DE INFORMÁTICA

A

B

C

D

E

F

G

H

I

J

K

L

M

N

O

P

Q

R

S

T

U

V

W X Y

Z

BIBLIOGRAFÍA SUPLEMENTOS LEXICOGRÁFICOS

BIBLIOGRAFÍA “APROXIMACIÓN A LA MÚSICA NACIONAL”

BIBLIOGRAFÍA “DIVERSIDAD Y GÉNERO”

GLOSARIO INFORMÁTICO

BIBLIOGRAFÍA SUSCINTA











PRÓLOGO A ESTA EDICIÓN

El Centro de Publicaciones de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador ha resuelto generosamente reimprimir este Diccionario del uso correcto del español en el Ecuador, cuya primera edición se hizo en Planeta, en 2004. Tesauro viejo ya, aunque solo cumpla dieciséis años, en una época signada por la velocidad comunicativa, cuando es tal la celeridad de los medios que nuestra propia vida se ve poderosamente cuestionada por un pasar difícilmente controlable, sumido, por momentos, en la desesperanza, y lucha por aprovechar los días, que huyen con inusitado apremio.

Esta edición viene, sin embargo, a contradecir mi sensación de paso: el libro, su intención, su permanencia física y su presencia entre nosotros es una forma contundente de vida entre los nuestros; de un seguir hic et nunc, aquí y ahora, en el anhelo singular de comunicarnos inevitablemente más deprisa, sí, aunque precisamente por esto, con mayor exigencia de atención, concentración y dominio.

Este DUCE anhela procurar a sus lectores comprensión, señorío de la riqueza inigualable que constituye nuestra lengua, posesión más lúcida del español como idioma materno que brilla desde un fecundo, variado y gozoso mestizaje, entre la fuerza y gracia castellano-andaluza y el fino espíritu de nuestros indios. Ha nacido de las dudas de todos, incontables lectores de veintitantos años de artículos de prensa; alumnos de cursos universitarios de distintas carreras y opciones, todos, necesitados de dominio del lenguaje, instrumento que es, por esencia, asiento del conocer y hacer humanos.

Una exigencia de siempre, que ha de serlo también de hoy, es la de evitar que la prisa por informarnos y, en el mejor de los casos, el apuro por saber nos obliguen a andar desaliñados en los caminos del decir. Debemos reconocer la importancia del esfuerzo por profundizar cada día más en los meandros de nuestra lengua oral y escrita, y difundir el valioso alcance personal y social de su uso correcto. Si hablan español alrededor de quinientos setenta millones de seres humanos en el mundo, la trascendencia de conocerlo más y mejor es evidente: ocuparnos de esta fuente de comunicación y ciencia se vuelve primordial. Reconocen el español como lengua oficial veintidós países distintos, cada uno de los cuales cuenta con su respectiva Academia de la Lengua. En los Estados Unidos de hoy, el español pretende ser relegado por un ignorante y deslenguado mandante innominable, aunque jamás se borrará la presencia de nuestro idioma en ese gran país, al cual más de cincuenta y siete millones de hispanohablantes aportan su saber y trabajo, y donde existe una Academia Norteamericana de la Lengua Española inteligente y singularmente activa.

Hemos readecuado nuestro DUCE respecto de las exigencias de hoy; comprende, como el de las sucesivas ediciones, un registro léxico de artículos, adjetivos, nombres, pronombres, adverbios, preposiciones, conjunciones e interjecciones, sobre cuyo uso correcto nos preguntamos a menudo: Si pertenecen o no, al español general; en qué registro, culto, coloquial, popular o vulgar los empleamos. Se ha excluido de esta primera parte el verbo, palabra esencial para formar la oración gramatical, tanto que, sin ella, no existe enunciado con sentido completo. Si disponemos las siguientes palabras en cualquier forma: Oh alma mía no a la vida inmortal pero el mundo de lo posible …, Posible lo el de mundo oh alma no a vida la inmortal pero mía…, no hemos dicho ni escrito nada con sentido; pero al introducir entre ellas el verbo o los verbos necesarios, nos deslumbra la luz de su significado: Oh alma mía, no aspires a la vida inmortal, pero agota el campo de lo posible. Esta hermosa sentencia, repetida por Albert Camus, pertenece a Píndaro, el más grande de los grandes líricos griegos.

Por la importancia del verbo, por el vigor y la riqueza de la conjugación española, se entregan, en capítulo aparte, los modelos clásicos de las tres conjugaciones en –ar, -er, -ir, amar, temer, partir, además de aquellos verbos que, siendo regulares, presentan cambios ortográficos en algunas personas y tiempos; se proponen modelos que ilustran estas dificultades y les dan respuesta. Respecto a los llamados verbos irregulares, se entrega la conjugación de cada uno de los que tienen irregularidad propia y modelos o patrones de verbos con irregularidades vocálicas o consonánticas. El arte de conjugar es esencial para la expresión oral y, singularmente, para la escrita: solo si conjugamos con propiedad los verbos, podremos aprender la concordancia correcta de sus tiempos para la perfección de nuestras oraciones y párrafos. Se entregan en los artículos pertinentes, ejemplos de oraciones que incluyen el régimen del verbo, es decir, la preposición con la cual este se construye, según su significado. Por supuesto, se pone énfasis en peculiaridades ecuatorianas del uso de ciertos verbos, reveladoras de nuestra idiosincrasia, sobre todo en lo relativo a la rica conjugación perifrástica con gerundios, por influencia del quichua: dar diciendo, dar haciendo, dejar abriendo, mandar sacando, etc., originarias de la Sierra centro, y conocidas en todo el Ecuador.

Cuando lo consideramos indispensable, para ilustrar mejor las respuestas a las dudas que suscitan ciertos términos, hemos creado ejemplos apropiados, tanto del error, cuando, obviamente, de la corrección que se precisa.

Nuestro DUCE incluye, sin intención alguna de censura, ecuatorianismos registrados en el DLE, o no registrados aún. Es sabido que a lo largo de la historia del español en América, escritores como el gran tradicionista peruano Ricardo Palma, apoyado singularmente por nuestro sabio expresidente, lingüista, botánico y académico don Luis Cordero Crespo, presentó a la Real Academia de la Lengua, al conmemorarse cuatrocientos años del ‘Descubrimiento de América’, en 1892, largas listas de americanismos que nombraban ‘las cosas nuestras’, cuyas inclusión en el diccionario general fue rechazada entonces. Hoy, al contrario, tenemos la impresión de que se aceptan panhispánicamente demasiados términos, sobre todo los anglicismos que designan cuanto se relaciona con el portento de la informática.

Pero antes de ir a ello, hay aún una tercera parte en este DUCE, que trae apéndices sobre cuestiones fundamentales de lexicografía y gramática, como la acentuación, la puntuación. Evoco al inolvidable maestro jesuita Miguel Sánchez Astudillo, quien en sus cursos ponía singular énfasis en este capítulo; puntuar bien era para él, muestra del claro talento del escritor y, a la inversa… Para no abundar, remito al lector al índice, donde encontrará capítulos singularmente necesarios y, a la vez, concisos y claros.

Por último, y esta es la parte nueva de este libro, hemos trabajado los Suplementos lexicográficos cuyos títulos muestran a ustedes su oportunidad y necesidad. Se trata, en breves palabras, de términos correspondientes a sendos capítulos sobre léxicos relativos a diversidad sexual, música ecuatoriana e informática, cuyos términos no se hallan oficialmente establecidos –muchos de ellos son todavía extranjerismos que escribimos, como lo pide la norma, en cursiva, pero que no tienen equivalente apropiado, definitivo ni ‘oficial’ en nuestra lengua y, sin embargo, la invaden y seguirán usándose aunque, tantas veces, sin suficiente discriminación. Este diccionario no podía dejarlos de lado. Era indispensable destacarlos en capítulos distintos, y eso hemos hecho; de otra forma, se habrían perdido entre el vocabulario que colma los primeros capítulos y apéndices ya citados.

El valor de estos Suplementos radica en que responden a nuevos ‘constructos’ socioculturales, que revelan cambios en nuestra existencia, por una parte, y en nuestra concepción de ella, por otra. Significan exigencia de conocimientos lexicográficos inimaginables hace solo veinticinco años, pero imprescindibles hoy.

Sus definiciones, largamente discutidas, buscaron la mayor precisión, a la vez que la adecuación a las definiciones de otros países.

Repito con agradecimiento doblemente cabal y apremiante, parte sustancial del párrafo con que terminaba el prólogo de las ediciones anteriores de este libro, además de hacer justa referencia a la actualidad:

“He de agradecer al único y cercanísimo colaborador de esta obra, mi hijo Alfredo Espinosa Cordero, quien de modo directo y constante ha apoyado mi trabajo con su fino talento, su perspicacia estética e idiomática y su lúcida crítica. A él debo la primera y difícil selección de viejos artículos míos sobre temas idiomáticos que no se escribieron en computadora, y mucho de lo atinente al capítulo de los verbos”.

Hoy, he de destacarlo, ha sido singular su colaboración en lo pertinente a la búsqueda y definiciones de los términos de los citados Suplementos, los cuales se han acrecentado y enriquecido singularmente en esta edición, con los tres capítulos ya aludidos, cuyos títulos ‘Aproximación a la música nacional’, ‘Diversidad y género’ y ‘Glosario informático’, hablan por sí solos.

Sin el aporte de Alfredo Espinosa Cordero, muy poco habría podido incluir yo misma sobre temas tan actuales y arduos, que exigen otro tipo de especialización. Los hemos discutido y pensado juntos, de acuerdo con sus sugerencias, e impulsados por el deseo de entregar algo nuevo y valioso, merced a su sabiduría.


¡Gracias, hijo!



Susana Cordero de Espinosa

PRÓLOGO A LA PRIMERA EDICIÓN

CARLOS JOAQUÍN CÓRDOVA

Director de la Academia Ecuatoriana de la Lengua




De verdad, se llena un vacío. Susana Cordero de Espinosa, doctora en Pedagogía con especialización en Lengua y Literatura y con estudios de Lingüística Aplicada en la Universidad de la Sorbona y en la Universidad Laval de Québec, y destacada catedrática universitaria, con su obra Diccionario del uso correcto del español en el Ecuador ha puesto al alcance del público un instrumento didáctico de superior categoría.

Hablar es facultad natural de fácil ejecución como también fácil es adquirir, por virtud de la enseñanza, la capacidad de escribir. Mas, hablar bien y escribir correctamente son dos actos que exigen conocimiento, ilustración y acierto. El admirable mecanismo del lenguaje dispuesto con singular maestría sirve para la aplicación de los códigos gramaticales sistemáticos dentro de la habitual y fluida comunicación de la gente. Hay reglas y más reglas dispuestas para que el hablante las ponga en práctica en beneficio de la pureza, exactitud y gracia de la comunicación en el diario quehacer de la vida. Es cosa corriente que el hablante, debido a natural disposición, sea fiel al cumplimiento normativo señalado en los tratados teóricos y su aplicación práctica; pero también viene el habitual desvío de los refinamientos gramaticales como de las normas instituidas, ya porque las ignora o porque no las aplica con fidelidad. Queda así al descubierto el error. Bien sea por falta ortográfica, por desliz sintáctico, por fallo morfológico o por imperfección prosódica, el hablante o en su caso, el que escribe, se halla en potencia o efectivamente proclive a desviarse de la corrección y propiedad.

Resulta natural el riesgo de caer en la duda o de cometer una falta ya sea al hablar como en la redacción de una pieza cualquiera. Susana Cordero viene entonces en ayuda, muy a tiempo. Con su excelente libro quedan resueltas cuantas dudas puedan asaltar tanto al hablante como a quien escribe. La corrección del lenguaje se encuentra presente de manera continua en su obra, cual escudo de seguridad contra la comisión de errores. Y estos son de numerosas clases porque el complejo mecanismo gramatical propio de la lengua parece que pone a prueba al hablante en su acto de comunicación verbal o escrito. Ante estos reales peligros que atentan contra la corrección, el libro de la doctora Cordero es verdadera tabla de salvación. En sus ricas y bien nutridas páginas, plenas de saber lingüístico, de sabia orientación y claridad expositiva, este valioso diccionario resuelve además, con sencillez y precisión, cuanta dificultad surja, ya sea por el significado mismo de tal o cual palabra, como la solución de los varios problemas gramaticales referidos a sus diversas e importantes partes: léxico, sintaxis, morfología, ortografía, prosodia y aun la misma elocución.

Quichuismos, anglicismos y modismos se encuentran con profusión en esta rica obra de lingüística ecuatoriana. La perspicaz y cuidadosa autora registra voces provenientes del quichua radicadas secularmente en nuestro castellano que forman parte consustancial del habla ecuatoriana. Como ejemplo tenemos el caso del verbo hablar. En el giro ecuatoriano “el Inspector les habló malamente a los muchachos”, esto es, que el Inspector reprendió a los estudiantes, es frase en la cual el verbo hablar tiene origen en el quichua. En efecto, rimana tiene dos acepciones, la primera, al igual que en español es ‘la acción de expresar por medio de palabras para comunicarse’ y en la segunda significación, la de ‘reprender, regañar’. Quichuismos de uso corriente en el habla familiar son las interjecciones achachay, añañay, atatay, ayáu y otras más de uso habitual. Chaquiñán, guambra, ñaño, runa son cuatro ejemplos de voces quichuas corrientes en nuestra habla.

En cuanto a los anglicismos, la doctora Cordero bien hace en incluir en la páginas de su utilísima obra unos cuantos. En la publicidad, la televisión, los deportes, el turismo, acaso también a trechos, en el habla juvenil, el anglicismo invasor se encuentra presente ya escrito, como también en la expresión oral. Y aquí, nuestra autora señala el barbarismo, con la enseñanza de la correspondiente corrección.

El Diccionario, tal como dice su título, tiene la virtud de referirse al habla ecuatoriana. Resaltan en él las peculiaridades regionales del medio, esto es, la descripción del fenómeno lingüístico que bien reconoce la ciencia del lenguaje como un hecho normal en cualquier idioma. Tal es, como ejemplo característico en el habla estándar, el uso del gerundio en construcciones “a la ecuatoriana”. La docta autora señala con riqueza de ejemplos la ocurrencia de giros regionales y si es necesario, para bien de la corrección, una línea orientadora con la enmienda apropiada.

Frente a lo que puede pensarse respecto del rigor gramatical, bien hace la autora del Diccionario del uso correcto del español en el Ecuador en su afán por corregir lo imperfecto, lo vicioso, tanto de la expresión oral como de la escritura; tal rigor o freno, repito, no lleva por motivo alguno hacia la inmovilidad del idioma nacida de mala directriz purificadora. Queda en sus enseñanzas, sana y fuerte la vitalidad del idioma con los recursos ágiles que el hablante culto imprime a la lengua. No hay duda, la bibliografía lingüística del Ecuador se ha enriquecido de verdad con el Diccionario de la Académica de Número Doña Susana Cordero de Espinosa. Es obra didáctica de positivo valor.

13 de septiembre de 2004

La pluma, lengua del alma
Miguel de Cervantes Saavedra

INTRODUCCIÓN

Ninguna larga explanación del sentido de este diccionario o de su voluntad de ser útil; ninguna reflexión desde fuera de él, intentada por mí que lo he “vivido” desde dentro, dará de este trabajo una explicación satisfactoria ni justificará su existencia, como la lectura de uno de sus artículos más cortos y las certezas que de ella obtenga, o no, el lector inquieto. Por tanto, en cierta manera, huelga esta presentación.

Sin embargo, en atención al uso, he de decir algo sobre él.

Diccionario del uso correcto... Bien sabemos, pensará algún lector alerta, que lo propiamente correcto o incorrecto en la lengua lo es, raramente, de manera absoluta. El único valor absoluto del idioma es su comunicabilidad. La jerga, el argot, el silencio serán a menudo más vigorosamente comunicativos y cumplirán mejor sus fines que un largo discurso repleto de saber teórico. Pero la jerga, el empleo de términos o expresiones solo comprensibles en determinados ámbitos y aun una más extensa habla local o regional nos alejan de la enorme riqueza de la universalidad del español, cuando no la contradicen. El habla coloquial, plena de matices afectivos, solo es vehículo de universalidad si no excluye de sí el universo. Aquel para cuya comunicación basta un millar de palabras y estas, mal pronunciadas y peor escritas, no tendrá, por desgracia, un destino realmente humano sobre la Tierra.

Así creo sintetizar el último sentido de este libro, que no sabré, en buena ley, cumplido, hasta que los lectores me devuelvan con su uso y sus comentarios, la experiencia recogida en él. Espero, pues, del lector ecuatoriano a quien mi quehacer está dedicado, la continuación, no la imposible culminación de este trabajo. Nuestras carencias, las lecturas a que asistimos cotidianamente; nuestros medios de comunicación con su bagaje de saber y de ignorancia han alimentado el léxico registrado en él, resultado de un largo y sistemático ejercicio de observación y estudio de la lengua hablada y escrita en el Ecuador, con énfasis en los errores que se cometen en los diferentes ámbitos del habla cotidiana. La prensa nacional, con escasas excepciones, es espejo de errores idiomáticos que, dilatándose en el tiempo y el espacio se van imponiendo insensiblemente hasta impedir la correcta expresión oral y escrita, no solo de nuestro hablante y escribiente medio, sino incluso la de nuestros buenos lectores y escritores. En la patria carecemos de un texto que provea de respuestas válidas, rápidas y eficaces a nuestras dudas sobre el uso ecuatoriano; que dé una visión objetiva y normativa de la lengua correcta.

Sin ser un diccionario de uso, pues registra el vocabulario usual del español ecuatoriano delimitándolo con los muy sospechosos calificativos de ‘correcto’ o ‘incorrecto’, es un libro en el cual el hablante, el escritor podrán encontrar respuestas a muchas de sus inquietudes sobre lo que debe decirse y escribirse, o no, y sobre cómo deben emplearse ciertos términos, desde el punto de vista del español estándar que permite comunicarse entre sí, es decir, reconocerse, a más de quinientos millones de hablantes de esta luminosa lengua, repartidos en veintitrés países en el mundo.

He aquí, a manera de ejemplo, parte del artículo dedicado al lema ‘a’:

a. ... 14. e) No confunda a ser con hacer: Se dirá Voy a ser candidato, no, obviamente: Voy hacer candidato. Aunque parezca imposible esta confusión, he aquí un ejemplo periodístico, tomado del pie de foto de un conocido diario: “Mario Pagual, vendedor de almohadas: ‘Los ecuatorianos somos chéveres, cómo más vamos hacer, mejor que otros países”. Las palabras de Pagual fueron incorrectamente transcritas: Él dijo, en su habla coloquial: ‘... Cómo más vamos a ser’, pero el periodista al transcribir, cometió semejante dislate.

Como se ve, tampoco es, el nuestro, un diccionario lexicológico, ni aporta graves y sesudas disquisiciones gramaticales que habrían exigido otro espacio y, muy probablemente, otro público lector. Busca respuestas inmediatas a las dudas que se elevan desde nuestras lecturas o desde nuestra propia urgencia por expresarnos mejor; recoge, tanto términos pertenecientes al español estándar, como los ecuatorianismos ya registrados en el DLE o aquellos que, aun no estando registrados, tienen vigencia real en nuestra habla, siempre que en el ámbito de uso del español ecuatoriano, la semántica, la ortografía, la prosodia, la morfología o la sintaxis, el régimen, en fin, de cada término generen dudas respecto de lo que se considera correcto o incorrecto en el registro del habla culta. Se encontrarán sobre el término que urge al lector, algunas de las respuestas posibles a sus inquisiciones. He aquí un ejemplo, con ‘lema’ que no se halla en ningún otro léxico:

habemos. Esta forma, de uso relativamente frecuente, es un vulgarismo inaceptable. El verbo haber como principal se usa siempre en singular: No se dirá: Habemos veinte alumnos en esta clase, sino Hay veinte alumnos. Estamos veinte. Somos veinte, etc. Si la persona que habla quiere incluirse entre las que nombra, en vez de Habemos personas..., deberá decir: Existimos personas que... Estamos aquí personas que... Lo mismo, respecto de hubimos, habíamos, habremos, etc. Se dirá: hubo, había, habrá, o estuvimos, estábamos, estaremos, fuimos, éramos, seremos: Estuvimos veinte amigos juntos o, más simplemente: Hubo veinte amigos.... etc. (V. Verbos, haber).

No es un diccionario de dudas, aunque ha sido trabajado, en parte, desde el modelo del magnífico Diccionario de dudas y dificultades de la lengua española, de don Manuel Seco; y no lo es, porque, más que las dudas que el uso del español genera en cualquiera de sus hablantes, ha tenido como punto de partida los errores concretos a que asistimos lectores y oyentes del español ecuatoriano. Tampoco es un diccionario contrastivo: no pretende comparar el uso peninsular, ni el español de ninguno de los países del área hispanoamericana con el español ecuatoriano, sino dirigir este último para que, sin detrimento de la riqueza y comunicabilidad del habla, nuestro español se enriquezca, se encuentre a salvo y mantenga su unidad. Sin embargo, es de notar, en muchos de los artículos que recogen ecuatorianismos, la presencia de estos mismos términos en otros países del área hispanoamericana, que siempre hemos registrado.

camaronear. En el DLE, como usado en Chile, C. Rica, Ec., Hond., Méx., Nic., Pan. y Perú. ‘Salir a la pesca de camarones’. 2. No está registrado en el sentido ecuat. de ‘conducir sin pericia un vehículo motorizado’: No voy contigo, camaroneas demasiado. Es coloquial. Se conjuga como desear (V).

LO QUE COMPRENDE EL DUCE

En su primera parte, un registro léxico que incluye artículos, adjetivos, nombres, pronombres, adverbios, preposiciones, conjunciones e interjecciones.

La segunda parte del diccionario está dedicada al verbo español con la conjugación de cada uno de los que tienen irregularidad propia y de los diversos modelos a partir de los cuales se volverá más fácil el aprendizaje del arte de conjugar, tan desacreditado entre maestros, alumnos, hablantes y escritores ecuatorianos. Así, en lugar de poner amar, temer, partir como modelos únicos de conjugación de los respectivos verbos regulares en -ar, -er, -ir, en los casos de verbos regulares que, a pesar de su regularidad, presentan algún cambio ortográfico en su conjugación, por ejemplo el cambio de la z en c en ciertas personas de los verbos en -zar, como alcanzar, abalanzar, el de c en qu en otros, propone modelos que ilustran estas dificultades y les dan respuesta. Los ejemplos de oraciones con verbos incluyen su régimen, al registrarse las preposiciones con las cuales se construyen, según su significado. Además de la conjugación, cada artículo comprende las observaciones pertinentes sobre peculiaridades del uso verbal en el español ecuatoriano, amén de ciertas dificultades de uso, características de los verbos registrados.

tercerizar. Ya lo registra el DLE. Subcontratar o extenarlizar trabajos o servicios con terceros. Se conjuga como cazar. (V).

corporeizar. ‘Dar cuerpo a algo no material’. 2. Es más frecuente su uso como prnl.: corporeizarse: Esta idea mía se corporeizará: dejará, te lo aseguro, de ser un sueño. Según el DLE, se conjuga como peinar y sin romper el diptongo: corporeizo, corporeiza, corporeiza; pero en el Diccionario del español actual los ejemplos tildan, como tónica, la i del grupo ei en las tres primeras personas del singular y la tercera del plural del presente de indicativo, así como en todas las personas del presente de subjuntivo e imperativo: coporeízo, corporeízas, corporeíza; corporeíce, corporeíces, etc.; corporeíza tú. Esta forma de conjugación es menos cacofónica. También registra el DLE corporizar, pero prefiere corporeizar.

Cuando es necesario, las respuestas a las dudas que se solventan en los artículos van ilustradas con ejemplos ad hoc. No se encontrarán aquí citas tomadas de autoridades literarias, sino, tan a menudo como lo consideramos válido para cumplir el fin de nuestra tarea, la presencia del error que se deslizó en la prensa, en el habla común, en la locución o el discurso; el gazapo perdonable o la falta imperdonable, y la ilustración con la frase del español estándar creada para mostrar la manera correcta en que han de usarse, por contraste, los términos.

En cuanto a los ecuatorianismos, se incluyen para dominio del público lector aquellos ya registrados en el DLE y aun algunos no registrados, sin que estas creaciones de nuestra habla sean objeto de censura, pues pertenecen al decir coloquial y enriquecen e individualizan nuestra comunicación. Se desaprueban, sí, los solecismos, barbarismos e idiotismos, así como los vulgarismos, es decir, los usos que no solamente no corresponden a los que señala el español estándar, sino que disienten de él por ignorancia, descuido y falta de respeto por la lengua. A propósito, añado a este prólogo una última ‘perla’ que no alcancé a incluir en el cuerpo de mi diccionario. En un artículo titulado “El presidente Gutiérrez se ancla en el PRE”, publicado en importante diario capitalino, se escribió: “El coordinacionador nacional del PSC, Xavier Neira, dijo que es una acción desesperada de Gutiérrez para que Bucaram lo apoye en las elecciones”. Coordinacionador... Esta creación bárbara surge de una rara afición de nuestro periodismo por las palabras largas, como si en esta civilización de las cifras pudiera medirse el valor semántico de una palabra por el número de letras que contiene... ¿Cuantas más letras tenga un término será este, para tal escribiente, más copioso de significación? No lo sé. Pero estas pedanterías, y no solo ellas, ilustran la legitimidad de mi errar con ojos y mente abiertos por los vericuetos del español cotidiano..., para encontrarles un mejor camino.

La tercera y última parte de este libro es la de los apéndices, que trata sobre cuestiones gramaticales básicas y desarrolla, entre otros temas, la acentuación española; la puntuación y el uso correcto de mayúsculas y minúsculas; la formación de diminutivos, aumentativos y gentilicios; temas como los de género y número; nombres y adjetivos que designan colores y numerales; nombres colectivos, amén de temas atinentes a los pronombres y al uso de modos y tiempos verbales. Dos vocabularios de ‘rarezas’ contienen, uno, el léxico que designa las diversas artes adivinatorias; otro, nombres de voces y acciones de algunos animales. Aparte de estos apéndices, en su primera y segunda sección, el DUCE contiene alrededor de siete mil quinientas entradas. A estas se añaden hoy, como novedad imprescindible, tres repertorios titulados ‘Aproximación a la música nacional’, ‘Diversidad y género’ y un muy amplio y vivo ‘Glosario informático’.

Reitero mi reconocimiento a Alfredo Espinosa Cordero, mi hijo, por su indispensable ayuda en esta explanación obligada y bella, que da a mi diccionario renovadora actualidad.

Para facilitar su uso, he procurado evitar las abreviaturas, reducidas a lo indispensable. He simplificado acepciones y advertencias de uso, aportando en cada caso expresiones de empleo común que permiten comprender el error y corregirlo con prontitud. Se han recogido diversos significados de los términos cuando ha sido imprescindible hacerlo por darse en la acepción presente el uso impropio o anormal que se denuncia. También las he incluido cuando consideré que eran necesarias para situar al lector en la plenitud del dominio léxico.

He caminado, así, por el alma y el ser ecuatorianos que ineludiblemente se expresan a través de la lengua; por sus carencias y posibilidades. Quiero abonar en favor de nuestra urgente necesidad de ser mejores, de educar mejor, de vivir con dignidad, y pongo toda la esperanza que impulsó este trabajo en la ilusión de contagiar dichas aspiraciones a mis lectores pues, lo sepan o no, sin su inquietud por conocer algo más de sí mismos, este libro no se habría cumplido.

Agradezco el aliento y la bondadosa comprensión que destilan las palabras del prólogo de don Carlos Joaquín Córdova, eminente lexicógrafo, Director de la Academia Ecuatoriana y, sobre todo, incondicional e inolvidable amigo.

Creía no haber descuidado nada en cada una de las entradas que incluye el diccionario; mas desde el mismo momento en que cerré su hechura, experimenté que su plenitud era imposible y lo he aceptado con temor y humildad.

Espero contar con las contribuciones de todos mis lectores para mejorar esta obra que, como cada empresa humana, vivirá impulsada por la fuerza que genere su propia imperfección.




Susana Cordero de Espinosa

Cumbayá, 13 de agosto del año 2004

Cumbayá, 22 de agosto del año 2019

Cumbayá, 30 de agosto del año 2020.

ABREVIATURAS USADAS EN ESTE DICCIONARIO

Á. Andes. Área de los Andes

Á. Caribe. Área del Caribe

acep. acepción

adj. adjetivo

adv. adverbio, adverbial

Am. América

am. americano, na, americanismo.

Am. Cen. América Central

Am. Mer. América Meridional

Anat. Anatomía

Ant. Antillas

Antrop. antropología

Arg. Argentina

Arq. arquitectura

art. artículo

Astr. astronomía

aum. aumentativo.

Biol. biología

Bol. Bolivia

c. d. complemento directo

c. i. complemento indirecto

C. Rica. Costa Rica

Can. Canarias

Cinem. cinematografía

Cinem. y TV. cinematografía y televisión.

Col. Colombia

coloq. coloquial, coloquialismo

condic. condicional

conj. conjunción, conjuntivo, va.

DA. Diccionario de americanismos

Dep. Deportes, deportivo

Der. derecho

desp. despectivo

desus. desusado

dim. diminutivo

DLE: Diccionario de la lengua española

DPD: Diccionario panhispánico de dudas

DUCE: Diccionario del uso correcto del español en el Ecuador

Ec. Ecuador

Ecol. ecología

Econ. economía

ecuat. ecuatorianismo

El Salv. El Salvador

Electr. electricidad, electrónica

elems. compos. elementos compositivos.

Estad. estadística

f. femenino; nombre femenino

fam. familiar

fig. figurado, sentido figurado

Fil. filosofía

Filip. Filipinas

Fís. física

Fon. fonética; fonología

fr. frase

frec. frecuente, frecuentemente

Gen. genética

Geog. geografía

Geol. geología

Gram. gramática

Guat. Guatemala

Hond. Honduras

Impr. imprenta

Inform. informática

interj. interjección

invar. invariable

jerg. jerga, jergal

lat. latín; latino

Ling. lingüística

loc. locución

m. masculino; nombre masculino

m. u. más usado

Mat. matemáticas

may. mayúscula

Mec. mecánica

Med. Medicina

Meteor. meteorología

Méx. México

Mil. milicia

min. minúscula

Mús. música

Nic. Nicaragua

obsol. obsolescente

onomat. onomatopeya; onomatopéyico

or. origen

P. Rico Puerto Rico

p. u. poco usado, poco usada

Pan. Panamá

Par. Paraguay

peyor. peyorativo, peyorativamente

Pint. pintura

pl. plural

pop. popular

pref. prefiérase; preferido; se prefiere; preferir

prep. preposición

prepos. prepositivo –va; preposicional.

prnl. pronominal

pron. pronombre

prov. proviene proveniente.

Psic. psicología o sicología.

Quím. Química

R. Dom. República Dominicana

RAE Real Academia Española

reg. registra, registrado.

Rel. religión

Ret. retórica

rur. rural

sin. sinónimo, sinónima.

sing. singular

Sociol. sociología

sup. superlativo

sustantivo. sust.

Taurom. tauromaquia

tb. también

TV. televisión

u. m. en pl. Se usa más en plural

U. o u. usado, úsase; úsese; usual; uso

u. t. c. s. usado también como sustantivo.

Ur. Uruguay

V. ver, véase,

Ven. Venezuela

Veter. veterinaria

vulg. vulgar

Zool. zoología


Abreviaturas usadas en la nomenclatura de la conjugación española

Cond. condicional

Cond. pf. condicional perfecto

Fut. futuro

Fut. pf. futuro perfecto

Ger. gerundio

Ger. comp. gerundio compuesto

Inf. infinitivo

Inf. comp. infinitivo compuesto

Part. participio

Pres. presente

Pret. ant. pretérito anterior

Pret. impf. pretérito imperfecto

Pret. pf. comp. pretérito perfecto compuesto

Pret. pf. simple. pretérito perfecto simple

Pret. pf. pretérito perfecto

Pret. ppf. pretérito pluscuampefecto


Abreviaturas para Glosarios

Género, informática y música

(V) ver

acort. acortamiento

acrón. acrónimo

apos. aposición

Cinem. y TV. cinematógrafo y televisión

elem. compos. Elemento compositivo

en l. de. en lugar de

intr. intransitivo

malson. malsonante.

may. mayúscula

pl. plural,

pls. plurales

pref. prefiérase

Psicol. psicología, sicología.

Psiquiat. Psiquiátrico; correspondiente a la psiquiatría o siquiatría.

rur. rural

tr. transitivo

u. en l. de. usado en lugar de; se usa en lugar de;

u. m. c. s. m. Se usa más como sustantivo masculino.

u. t. c. usado también como…

u. t. en apos. usado también en aposición.

u. t. c. f.: usado también como femenino.

u.t. en sent. desp. usado también en sentido despectivo.