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Gonzalo Narvreón nació en Buenos Aires en el año 1963. Tuvo su primer acercamiento a la escritura en el colegio secundario, en el que estudió publicidad, enfocándose concretamente en la redacción de textos publicitarios.

Luego de haber cursado sus estudios terciarios en la Universidad de Buenos Aires y tras haberse recibido de Arquitecto, escribió algunas notas para revistas y más tarde, cursando un posgrado, redactó varios trabajos de investigación.

Abocado a desarrollar su profesión de arquitecto, mantuvo tapada lo que quizá, resultara ser su verdadera vocación, que es la creativa y terapéutica actividad de escribir, que, durante ese período, solo afloraba de tanto en tanto, al redactar historias breves que publicaba en ciertos sitios de Internet.

La aceptación de quienes las leían fue enorme y eso lo motivó a recopilar el material suelto que tenía escrito, para comenzar a trabajar con la intención de convertirlo en un libro.

Abocado a trabajar en lo que sería su primera novela, las paginas comenzaron a fluir una tras otra y comprendió que había mucho para contar sobre la temática elegida, por lo que, luego de la primera novela, comenzó a trabajar con la segunda, a la que se le sumó una tercera, para completar la trilogía denominada "Relatos de un hombre casado."

Luego de un tiempo de descanso, comenzó a escribir material absolutamente nuevo, sobre el que no tenía borradores y ni siquiera una idea clara sobre la historia a contar. Finalmente, el cuarto libro salió a la luz. Aunque mantuvo la temática, lo hace de un modo más naife, menos explícito y enfocado en la vida cotidiana de un hombre casado y heterosexual. El protagonista nada tiene que ver con el de la primera saga y a diferencia de las primeras tres novelas, el resto de los personajes secundarios, ayudan a armar la historia de principio a fin.

Como había sucedido al escribir el primer libro, Gonzalo descubrió que debía darle un cierre a ese volumen, cuando aún quedaba mucho por contar, por lo que la historia de Aquiles, continuó plasmándose en un quinto libro.

Hasta aquí fue la temática elegida por G. N. para despuntar el vicio de la escritura, aunque quizá, en algún momento nos sorprenda moviendo el timón para encarar otros rumbos que nada tengan que ver con la narrativa erótica.